El
modelo neoliberal se ha instalado dando la impresión de que es la única forma
posible para que el mundo prospere. Nos intenta convencer que la economía tiene
unas reglas a las que hay que someterse. Que lo natural es dejar que las cosas
se arreglen solas. Que los mercados ya se autorregulan y por lo tanto hay que
limitar el papel de los Estados en su papel de regular, recoger impuestos,
crear marcos de convivencia, poner en marcha sistemas públicos de salud o de
educación. Nos intentan convencer de que las cosas se arreglan dejando que los
mercados decidan quién gana y quién pierde. Nos intentan convencer, en
definitiva, de que no hay que hacer nada, porque basta con la apertura al
comercio internacional, la eliminación de trabas para la libre circulación de
los capitales, la eliminación de rigideces y regulaciones en el mercado
laboral, la incentivación a que cada individuo emprenda la búsqueda de su
propia aventura empresarial, etc. Nos intentan convencer de que la devaluación
de los salarios es la única forma de competir en un mundo global. Nos intentan
convencer de que ya hemos salido de la crisis y que así lo demuestran los
indicadores macroeconómicos. Nos intentan convencer de que las políticas de
austeridad son las únicas posibles si queremos mantenernos como un país desarrollado.
Nos
intentan convencer de que las mujeres simplemente con más formación se equipararán
salarial y profesionalmente a los hombres.
Los
principales medios de comunicación colaboran con eficacia en la conformación de
una opinión pública y una mentalidad social favorable a aceptar ese modelo
neoliberal y a aceptar que ese modelo, las ideas y las políticas que los
acompañan son las únicas posibles.
Sin
embargo, la realidad es tozuda. La desigualdad va creciendo de forma alarmante,
los salarios de la mayoría de la población, y sobre todo de los jóvenes que
están entrando en el mercado laboral, es mucho menor que antes de la crisis, el
desempleo es muy alto, la falta de inversión en la sanidad pública y la
enseñanza pública, y su intento de desmantelamiento es patente, el recorte de
las libertades públicas es un hecho. España es uno de los países en el que más
han crecido las desigualdades, las restricciones a los derechos laborales y los
recortes a las libertades.
La
falta de regulación a nivel mundial hace que se le preste poca atención al
problema del cambio climático, que no se plantee la calidad del mundo que
queremos dejar a nuestros hijos. En España este problema es especialmente grave
por las restricciones impuestas a las energías renovables y a las alternativas
ambientalmente sostenibles en beneficio de los intereses de determinados
sectores económicos.
La
especulación a nivel mundial se ha convertido en la forma de hacer dinero
rápido para un grupo cada vez más reducido de personas. En España esto se
complementa con un nivel de corrupción bochornoso por parte de los partidos que
han ostentado y están ostentando el poder.
Las
rígidas políticas de austeridad impuestas a los poderes públicos, especialmente
en España, no están consiguiendo rebajar sustancialmente el déficit público. La
disminución del salario no nos está haciendo más competitivos ni está resolviendo
el problema del paro.
La
formación de las mujeres es cada vez mayor. Hay especialidades universitarias
que están mayoritariamente cultivadas por mujeres, pero la brecha salarial
entre hombres y mujeres es evidente y el porcentaje de mujeres en los puestos
de dirección de las empresas e instituciones es bajo.
El
desfase entre las ideas de las que quieren convencer a la mayoría y la cruda
realidad es muy grande. Esto está llevando a una crisis política y, en España,
a un replanteamiento del llamado consenso de la transición democrática de
finales de los 70. Existe un rechazo generalizado hacia los partidos políticos,
que utilizan la representatividad electoral obtenida para asentar sus
organizaciones en las instituciones del Estado, facilitando un clientelismo de
partido y una corrupción muy extendida, que distancia a la ciudadanía de la
política. El conflicto de Cataluña ha llevado a los poderes del Estado a limitar
la organización territorial establecida. En medio de ese panorama, el sector
progresista se halla desorientado.
Los
aspectos más positivos de la situación los han ofrecido las movilizaciones sociales,
así como los esfuerzos por buscar alternativas al bipartidismo que favorezcan un
modelo diferente de participar y representar a las personas en las
instituciones. La movilización
social del 15-M consiguió transformar parcialmente el panorama político
tradicional, pero las nuevas formas de organización
política, social, transversales, plurales y abiertas, no han conseguido un cambio
político real.
Sin
embargo, las políticas llevadas a cabo durante la crisis han creado las
condiciones que hacen posible avanzar hacia más Democracia y Justicia Social. La
situación nos requiere a todos para participar e intervenir (según las
posibilidades de cada uno) en la vida política, organizada o no. Es preciso
construir un bloque social mayoritario que ofrezca alternativas viables a las
políticas neoliberales y a las reformas antidemocráticas. A él deberían sumarse todas las fuerzas políticas
y sociales progresistas con pretensión de cambiar la realidad.
Contra
lo que pregonan los portavoces de la plutocracia dominante, hay alternativas a
esas políticas antisociales. Pero se necesitan varias condiciones para
imponerlas, en especial dos: unidad política de los sectores progresistas y,
como elemento principal, la movilización de la mayoría social.
El grupo
que impulsa este blog, integrado por personas de diferentes profesiones y con
dilatada experiencia en la lucha social y política contra la dictadura de
Franco y en las décadas posteriores, quiere realizar su modesta contribución para
que se levanten Vientos de Cambio Justo hacia un país y un mundo mejor, más
equitativo, más humano. Es también nuestra intención organizar conferencias,
foros y debates monográficos en los cuales podamos encontrarnos personalmente
para dialogar sobre los problemas más importantes de nuestra sociedad.
Hablamos de un cambio posible a corto o medio plazo, que aborde la resolución de la crisis actual mediante políticas sociales y un nuevo régimen de Democracia más progresivo, que sirva de contrapeso, de poder real efectivo y más justo al régimen de depredador dominante.
Participan:
Antonio Sánchez Rdgz. - Enrique Cobo - Francisco Casero - José Antonio Bosch - Juan Valencia - Manuel Armenta - Margarita Laviana - Miguel Toro.
Hablamos de un cambio posible a corto o medio plazo, que aborde la resolución de la crisis actual mediante políticas sociales y un nuevo régimen de Democracia más progresivo, que sirva de contrapeso, de poder real efectivo y más justo al régimen de depredador dominante.
Participan:
Antonio Sánchez Rdgz. - Enrique Cobo - Francisco Casero - José Antonio Bosch - Juan Valencia - Manuel Armenta - Margarita Laviana - Miguel Toro.