Manuel
Armenta
Quienes provocaron la crisis que vivimos
desde hace 10 años y los partidos políticos que sustentan los poderes del
Estado, siguen avanzando en sus posiciones de destrucción de derechos
políticos, territoriales, condiciones de vida y de trabajo, etc., sin que el
régimen se “resienta” en la necesaria
profundidad para conseguir implementar un Cambio de Tendencia, a pesar de la
oposición y condena que se le hace al gobierno dentro de las Instituciones por
partidos políticos, y por las huelgas, protestas y movilizaciones de la
ciudadanía en los trabajos y las calles (hoy lideradas por las mujeres y
pensionistas).
Las DEMOCRACIAS son por definición “imperfectas”
y consolidan tendencias progresivas o regresivas en derechos, desigualdades y
condiciones de vida dignas para las mayorías sociales, en función de quienes
gobiernan las Estructuras del Estado. Ello emplaza a la sociedad civil a participar de la vida política para
conquistar más y mejor Democracia.
La crisis hizo saltar por los aires el
sistema de partidos políticos, porque evidenció en unos casos: que su
naturaleza e ideología se fundamenta en
servir al poder económico, y en otros, de ideología más plural pero que también lo sirven, y por el añadido de
su fundamento de existencia, de asentar la estructura de partido en los órganos
de poder de las Instituciones
Públicas y en su estructura inclusiva de gestión de la vida política y social como objetivo de vida. Esas han sido
las formas de actuar -con algunos
matices entre unos y otros- de los partidos políticos en el régimen de
Democracia que vivimos.
Y como todas las crisis provocadas por los
poderes, destruyen derechos y condiciones de vida de las mayorías sociales, se
provocan confrontaciones de poder con la sociedad civil en todas sus expresiones, que generan objetiva y
subjetivamente más conciencia social, movilizaciones y nuevas estructuras
organizativas políticas y sociales.
La confluencia de estos dos mundos de "conciencia social y la acción política", hace posible progresar en
Democracia.
Y solo ese protagonismo de la protesta, movilización y luchas en todas sus expresiones, podrán ser el referente que haga posible que los partidos (nuevos o viejos) lleguen al poder Institucional y actúen en él, bajo el prisma de una nueva forma de ser y estar en política con Vientos de Cambio Justo.
La dilatada vida de toda organización política
que asume objetivos de consolidación de
Sistemas de uno u otro signo, siempre se caracterizará por el rasgo de profesionalidad para hacer sostenible
en el tiempo sus objetivos de “mantenimiento o transformaciones de régimen o
sistema, al servicio de los intereses de unos pocos o de mayorías sociales”.
Esa larga vida de las organizaciones y la
experiencia de militancia en Partidos políticos, Sindicatos y otras formas de
Organización social o profesional, también se caracterizó por el rasgo de profesionalización de un sector de sus
militantes, en el interior de la organización y en las Instituciones Públicas.
Circunstancias, que en unos casos ha traído
como consecuencia: corrupción, amiguismo
clientelar, etc., y en otros, mantenimiento
de estructuras de poder profesionalizadas y peleas o pugnas entre grupos/castas
por su control, que degeneran el modelo de vida del Partido y de sus representantes,
a pesar de que siempre manifiestan tener como objetivo principal, servir a las mayorías sociales y a los
valores democráticos.
En consecuencia, las posibilidades de avanzar
en la Tendencia de Cambio progresista y
progresiva, exigirá de sus
protagonistas, representados por las movilizaciones de la calle o de la
representación política, sindical, social o Institucional, un nuevo sistema y
forma de entender y asumir, que la profesionalización en la vida política solo
debe aplicarse a los sistemas
organizativos estructurales y NUNCA
a las personas que militan en ellos, sean de elección social y abierta o de
militancia interna de la organización.
Las nuevas estructuras de partido que hoy las
mayorías sociales necesitan, tienen que asumir: la conciencia social y formas
de actuar, que demuestre y convenzan con
hechos y no solo con palabras, que viven y existen para “ayudar y servir”
con prioridad al conjunto de la sociedad y a los derechos básicos de las
personas, y NO a sus intereses
personales ni a los de la organización en la que militan o apoyan.
El protagonismo político de CAMBIO necesita,
de la confluencia real de la confianza
de mayorías sociales, de la confluencia con
la movilización y protesta en calles y centros de trabajo, y que se faciliten sistemas participativos a esos
movimientos y sus liderazgos naturales, para que puedan representar todos unidos en las Estructuras del Estado a la “voluntad
popular”, con un nuevo modelo participativo competencial y plural.
Solo desde el concepto confluyente, competencial y plural de partidos y la sociedad civil
en sus diferentes expresiones, superaremos la crisis que vivimos y podremos
salir victoriosos de ella y de la confrontación en la que estamos inmersos,
recuperando derechos, condiciones de vida dignas y de trabajo que nos están siendo
arrebatadas, así como poder caminar y avanzar hacia Más y Mejor Democracia por
la senda de los Vientos de Cambio Justo.
Algunas medidas básicas que deberían implementarse
en la vida de los Partidos Políticos que luchan por el CAMBIO de progreso, son:
MEDIDAS
BÁSICAS DE FUNCIONAMIENTO.
·
Estructura
Territorial de los Sistemas organizativos y Confluencias.
Aunque la transformación social y política
solo es posible a nivel del Estado, son las estructuras territoriales básicas
de Comunidades y Municipio, en las que se produce la relación más directa entre
las personas, movimientos y organizaciones, con los partidos políticos y los
órganos de poder. En consecuencia, debe ser en estos territorios en los que se activen de forma básica, los
referentes del modelo de organización partidaria.
El Estado requiere un modelo de organización
del Partido “federal”, confluyente y
unitario en estrategias políticas y
de actuación; y las Comunidades, con los añadidos de independencia y autonomía
en base a los requerimientos de sus ámbitos.
·
Concepto
de "Vanguardia" de Organizaciones Políticas y “liderazgos” naturales.
El partido que en conciencia y honestidad
busca representar y servir a sectores sociales, a clases
sociales y al interés general de la
sociedad, debe de asumir que su actividad política tiene que ser inclusiva socialmente. Y en consecuencia, deben implementar fórmulas que integren en
los ámbitos de representación Institucional, a personas “no militantes”
cualificadas profesionalmente y a líderes naturales de los que protagonizan las
luchas, movimientos y organizaciones sociales.
Este es el camino para dar cuerpo y forma, a
las expresiones que hoy tanto se manejan en política de: participación, empoderamiento y protagonismo de la sociedad civil,
y que tienen que comenzar a ser realidad con listas electorales “abiertas”, y
en órganos de control y transparencia del propio partido.
·
Incompatibilidad
y Temporalidad en la profesionalización de la vida política.
La “profesionalización intemporal” de cargos en
el partido y las Instituciones Públicas, así como la “compatibilidad” de
funciones y responsabilidades simultáneas en ambos órganos, debe ser excluida de toda Norma y Práctica,
y así evitará los “personalismos y grupos de poder” en la vida política
partidaria e Institucional, y convertirse en referente y ejemplo de la sociedad
Justa e Igualitaria que se defiende.
·
Igualdad
de género en los órganos electos del
partido y de las Instituciones.
La igualdad
de género, tiene que implementarse como un principio Estatutario, tanto de
carácter interno para toda la estructura orgánica del partido -electa y funcional-,
y para las listas electorales y órganos de confluencias. La Igualdad de género, será el referente
de “proporcionalidad” en la secuencia de orden de las listas, y la Igualdad de género estará en los
sistemas participativos de personas “no militantes”.
·
Sistema
participativo-representativo de personas y territorios en los órganos.
A nivel
de Estado, será
prioritario el criterio proporcional ciudadano y territorial, que garantice la
presencia igualitaria de todas las Comunidades Autónomas. En las listas
electorales, con la participación y
presencia de personas NO
militantes, en proporción no inferior al tercio de su composición total, y
alternancia de orden en las listas.
A nivel
de Comunidad Autónoma, similar al Estado y el añadido de las Mancomunidades de
Municipios que tendrán protagonismo
presencial en todos los ámbitos. Así como un 50% de participación y presencia de personas NO militantes.
A nivel
de Municipio,
similar a las Comunidades Autónomas y el añadido de barrios o núcleos urbanos con identidad, que
garantizan cercanía, participación y representación plural y transversal en la
vida política y en los órganos partidarios e Institucionales.
El Partido en los niveles del Estado y
Comunidades Autónomas, se dotará de órganos de Control y Transparencia, independientes del mismo y de
composición mayoritaria por personas profesionales no militantes, con perfiles de experiencia y conocimiento en la
materia y el compromiso ético y deontológico que proceda en cada caso.
·
Compromiso
“Ético y Deontológico” del cargo o representante.
Todos los cargos a nivel de organización
interna o Institucional, comprometerán su trabajo y responsabilidad, a una
forma de proceder ética y deontológica
garantista del cumplimiento de la ley, el servicio a la sociedad y a la
transparencia en sus actos.
-
Ejercerán
su cargo con dedicación exclusiva e
incompatible con cualquier otra función o responsabilidad.
-
Cumplir,
hacer cumplir la Ley y denunciar cualquier presunto delito de los que tenga
conocimiento, en su vida privada y de responsabilidad pública.
-
A
no presentarse de candidato o desempeño del cargo para el que hubiera sido
elegido o nombrado, en más de dos ocasiones o periodos de tiempo electoral.
-
Participar
–como uno más- y fomentar la participación ciudadana, en los movimientos
sociales, sectoriales y profesionales y demás plataformas cívicas.