El gobierno de coalición progresista está
siendo forzado por una realidad imprevista de “crisis sistémica”, provocada por
la Pandemia del COVID-19 que además de matar, altera todas las formas de vida
de las personas y el sistema normal de convivencia, servicios públicos,
productivos y laboral.
Manuel Armenta
Sevilla 21 de Abril de 2020
Aunque la realidad de presente y futuro
afecta al mundo entero motivada por este virus que lo invade (Covid-19), cada estado y núcleo de
población necesitará de sus propias capacidades políticas, económicas y
sociales para confrontar con él -que
todo lo invade y destruye- y así poder detenerlo lo antes posible. España
así lo intenta sin olvidar la importancia del sistema de globalización europea y
mundial con la que convivimos, y a pesar de las discusiones que se han tenido
que librar en la CEE, para poder conseguir un superfondo del Covid-19 sin la exigencia de recortes económicos.
Esta crisis no afecta a todos por igual,
porque cada país afronta su propia realidad frente a un virus incontrolado que
invade y mata, y por las condiciones humanas y estructurales de cada cual, para
hacerle frente. En consecuencia, la dimensión de las actuaciones y vivencias
serán diferentes e imprevisibles en el día a día y en su desenlace final.
Tampoco afecta a todos los estados por igual,
porque la realidad política y la estructura económica y social, es desigual en todos los órdenes de la
vida. España, días antes de la invasión vírica, iniciaba la reconstrucción
de una nueva realidad política y social con las marcas de progresista y por la igualdad, ante una situación histórica que se
hacía insoportable para las mayorías sociales, y asumiendo todas las
confrontaciones políticas de oposición del tripartito PP-C´s-Vox que se
rearmaban para retroceder y mantener el
régimen de Democracia más reaccionario y ultraconservador.
La nueva Transición política que España reiniciaba en 2020, se alteró con la
Pandemia del Covid-19 y sus consecuencias –incalculables- pero muy graves
porque afectan a todo el Régimen y Sistema en todos los órdenes de la vida. Y
aunque el futuro se convierte en una situación de profunda obscuridad, tenemos que afirmar que menos mal que el virus
también se enfrenta con el gobierno de
coalición y el sistema sanitario público para que la ruina no se hubiera
apoderado de la sociedad con un gobierno de las derechas.
El Estado de Alarma y las Leyes de
confinamiento y cierre de actividades de todo tipo decretadas por el gobierno
con el respaldo parlamentario, han sido el referente básico para poder acometer
un conjunto de políticas sanitarias, laborales y sociales, que por encima de
todo protagonizan la lucha contra el
virus, el reforzamiento de la sanidad pública y las medidas económicas y
sociales más acordes con las personas y el mundo del trabajo. La realidad y
el proyecto de futuro progresista se ha alterado y se tendrá que redefinir su
reconstrucción económica y social, pero paso
a paso, con el margen de tiempo necesario y la confianza necesaria de las mayorías
sociales que lo sustentan.
La sociedad y las personas tenemos que ser
conscientes que nos enfrentamos al mundo desconocido de una epidemia que mata y destruye todo tipo de convivencia y para la que ninguna sociedad
está preparada. Situación que obliga al poder político a gobernar con un
fuerte desconocimiento a pesar de hacer protagonista del mismo al mundo
científico, al sistema sanitario público, a determinados sectores productivos y
el máximo respaldo incondicional de la sociedad civil. También tenemos que ser
conscientes que los “errores y equivocaciones” son las que nos enseñan a andar
y avanzar.
Y a esta crisis vírica, tenemos que añadir la
potente estrategia política de las derechas contra la acción del gobierno a
todos los niveles que con el soporte de sectores del poder económico y sistemas de comunicación, tratan de crear confusión y atacar al
gobierno de coalición y a las políticas que abren puertas a que se mantenga la
perspectiva del futuro de progreso e igualdad de la nueva Transición, a
pesar de la nueva crisis que es la que tiene hoy que concentrar todos los
esfuerzos de la sociedad para superarla.
Una gran experiencia que estamos viviendo
para confrontar con el virus es el
sistema de participación competencial y protagonismo en el diseño y gestión
de las políticas de gobierno, que están teniendo sectores científicos,
económicos y sociales, para conseguir la eficiencia no solo en las luchas
contra el virus y la asistencia sanitaria precisa, sino en las políticas
económicas, sociales y del mundo del trabajo que la sociedad y las personas
necesitan para afrontar el día a día del confinamiento
y la paralización social y laboral.
El Covid-19 ha hecho renacer la imperiosa necesidad
de que el Estado Social de Progreso del que tanto hablamos y defendemos, no sólo tendrá que implementar políticas
justas sino dotarse de capacidad instrumental y medios estructurales que
garanticen poder hacer frente en todos los ámbitos de la vida a esas políticas.
Los sistemas públicos han de auto-capacitarse en la proporción adecuada: de
los medios productivos y de gestión, como la mejor garantía de eficacia y
eficiencia. La privatización de los sistemas públicos se ha evidenciado en quiebra, no sólo en la Sanidad Pública, sino
por la dependencia absoluta del sistema productivo privado del que se ha tenido
que proveer.
El Covid-19 también ha evidenciado la
necesidad de que la sociedad civil y su estructura organizada que protagoniza y
demanda una sociedad más justa e
igualitaria, adopte una posición de acercamientos y confluencia con el
Gobierno de Coalición progresista que el sufragio universal ha impuesto, tanto
porque las demandas y reivindicaciones se
tendrán que adaptar a la nueva reconstrucción
política, económica y social que surgirá de esta pandemia, y porque ya es obvio
y evidente que el tripartito ultraconservador está decantado de forma rotunda
en acabar con el gobierno y las políticas de progreso social e igualdad a toda
costa, y por todo ello, bajo ningún
concepto se puede confluir –objetivamente, ni en el tiempo ni en las formas con PP-C,s-Vox- en la confrontación, censura y demandas al gobierno.
Esta problemática es de vital importancia en
una crisis como la que vivimos, que además de superar las condiciones que
impone el Covid-19, necesitaremos afrontar
la crisis económica y social consecuencia de la misma. Y toda esta
situación, necesitará de posicionamientos claros y confluyentes con las mayorías sociales y sus representantes
desde YA para no morir por la
epidemia ideológica del neoliberalismo contra el modelo de Democracia
Social e Igualitaria que queremos y podemos construir.
El objetivo principal para afrontar esta
crisis tan especial en la que hemos caído, debe estar centrado en el llamado Escudo Social que refuerce los
servicios públicos básicos de: Sanidad,
Educación, Vivienda, Servicios sociales……. etc., y un Ingreso Mínimo Vital para
los que carecen de él, con el
objetivo de recuperar calidad de vida, más igualdad y bienestar en la
población. Y en otro orden: recuperar
empleo y generar la reconversión necesaria del tejido productivo industrial,
energético, agroalimentario, tecnológico e investigador que mejor garantice
el futuro social.