martes, 18 de julio de 2023

EL DÍA 24 DE JULIO


Enrique Cobo

18 de julio de 2023

 

Seguro que el 24 de julio no será el día en que todos al levantar la vista veamos una tierra que ponga libertad, pero estoy seguro que, sea cual sea el resultado, seguiremos empujando para que pueda ser, porque queremos, deseamos, nos creemos que es posible un futuro utópico (= sin ubicación cierta en el tiempo) en que todos disfrutaremos de una tierra que ponga libertad y que sea patria de la humanidad.

Cuál sea el camino es una cuestión que nos hemos planteado, nos planteamos y se plantearán en el futuro porque siempre estaremos empujando para que pueda ser y hasta que sea.

¿La violencia, las democracias occidentales, las democracias socialistas, o… qué?

Menuda pregunta. Yo no sé la respuesta ni para mi país, aunque sí pienso que hay un factor común en cualquiera de los caminos que se han usado, se usan y se usarán; ese factor común es la clase trabajadora, las personas que “hacen cosas” – en el sentido de la lengua gitana, que lo usa en lugar de “trabajar”-, ese factor común siempre será el pueblo, siempre serán los pueblos, siempre serán los que hacen en su vida, de su vida, algo útil.

En alguna ocasión tendremos que defendernos de sus violencias armadas o no, pero no podemos confiar en las violencias armadas como camino para avanzar porque sabemos que en las actuales circunstancias esas valencias pueden llevar a la desaparición de cualquier expectativa de futuro. La descartamos, pero no por miedo a combatir sino porque ese camino no tiene salida. Yo pienso que el futuro utópico, hoy, solo es pensable sin violencia armada. La lucha por la paz es el camino, pienso yo. Y en ese sentido, aunque sin venir a cuento, una iniciativa a proponer es que no sea obligatorio combatir, que no sea obligatorio ir a la guerra porque nadie, o casi nadie, quiere matar o ser matado.

El camino de las llamadas “democracias occidentales”, el camino de las elecciones periódicas a distintos niveles territoriales, estamos seguros de que no es, por sí solo, el camino para la consecución de un mundo en libertad de personas libres. Bien es verdad que no será el camino de los cambios que le den la vuelta a este mundo de libertades con ánimo de lucro, porque a los pueblos solo se les permite poder votar periódicamente y con esa mimbre no se hará el cesto porque está visto que es imposible. Pero también es verdad que no nos da igual quién sea quien nos gobierne porque diferencias hay e importantes para los pueblos y los ciudadanos. Habrá que votar con la esperanza puesta en conseguir metas parciales, pero no pondremos en esta forma de las democracias en que vivimos la esperanza de ese otro mundo en el que ponga libertad.

En las llamadas “democracias socialistas” tampoco pongo mis esperanzas como único camino, aunque piense que algunas de las que hemos conocido, en algunos aspectos concretos, son más útiles para avanzar en derechos puntuales, si bien no parecen ser el camino que podamos transitar hacia nuestra utopía: la tierra que ponga Libertad.

No soy neutral. Pienso que el capitalismo, representado en el mundo por todas las derechas, no obedece sino a dos mandamientos en los que se resume el conjunto de sus “valores”, el modelo de su mundo deseado: el primero es que hay que ganar cuanto más mejor y pagar o ceder cuanto menos mejor. Aunque podría resumirse su propuesta moral en alcanzar la LIBERTAD CON ÁNIMO DE LUCRO. Debe haber la más absoluta libertad para lucrarse, incluyendo la violencia más severa contra quienes se opongan, dificulten o no cedan ante las pretensiones de los que tengan un proyecto para lucrarse. Repasar cualquier iniciativa: urbanismo, vivienda, servicios públicos, investigación, procesos industriales, utilización de los territorios, poder judicial, administración militar, políticas financieras, incluso su propio modelo de democracia cuando los resultados electorales dificultan la libertad de los que quieren ejercer su derecho a lucrarse. Es su única ley moral y a ella se subordinan sus planteamientos de la democracia, de los ejércitos, de los ecosistemas, de las personas mujeres, de las libertades individuales, de su presencia en las instituciones…. Poneos ejemplos y veréis cómo el objetivo a conseguir es la LIBERTAD CON ÁNIMO DE LUCRO.

De acuerdo con lo que he expuesto tengo que terminar diciendo por qué creo posible que un día disfrutemos de esa tierra que ponga libertad sin ánimo de lucro, o más simplemente LIBERTAD.

Sea cual sea el instrumento que se utilice, la esperanza está en que los pueblos sean fuentes, titulares reales de todos los poderes: el ejecutivo, el legislativo, el judicial, el militar, el económico…

Me parece que ayudar a que se produzca el acuerdo entre los trabajadores, los pueblos, acerca de lo que desean que ocurra hoy y mañana y pasado, definido en términos concretos en lo pequeño, en lo mediano y en lo universal, acordando lo que en común deseemos, decidiendo los medios para hacerlos realidad al ritmo que se pueda y, por último, usar su poder,  que no es solo electoral, para poner los medios que crean útiles para hacer realidad lo que en común desean, es un camino que creo sería eficaz para que un día sea posible una patria común de la humanidad en la que se pueda escribir con orgullo LIBERTAD. Desear, ponerse objetivos y decidir conquistarlos al ritmo que decidan, creo que es el camino a recorrer. Las vanguardias deben transformarse en servidores del proceso y actuar sometiéndose y no sometiendo.

Así que desde esta perspectiva me planteo qué haré el 23 de Julio, que es cuando hay que votar a los que se presentan o no ir a votar. Como creo que es útil para algunas cosas importantes para mucha gente en el día a día, para que se creen algunas circunstancias importantes en el ejercicio de algunas libertades individuales y colectivas, para que podamos colaborar con otros pueblos en el advenimiento de más y mejores circunstancias en el ejercicio de las libertades, porque quiero minimizar, que no evitar, el uso de la violencia contra mis paisanos y contra mis semejantes, porque se crearán mejores circunstancias por menor represión contra el protagonismo de los pueblos, porque algo de mejoras espero en cuanto al ejercicio de algunas libertades individuales y colectivas, porque a corto plazo deseo una mayor y más fecunda conciencia feminista y ecologista, porque quizá podamos ejercer más presión por avanzar hacia la paz. Es decir que aunque mis esperanzas son muy limitadas en cuanto a los resultados de estas elecciones que se celebrarán a la manera de las democracias occidentales, VOY A VOTAR y lo haré por una de las opciones que se me presentan que no defienden obscenamente la LIBERTAD CON ÁNIMO DE LUCRO, pensando con los datos de las encuestas, en a quién tengo que votar para que los diputados de SUMAR y PSOE sean más que los de PP y VOX.

El 24 de Julio seguiré trabajando para que aumente el poder de los trabajadores de mi comarca, para que ejerzan cada vez más el título que les corresponde: pueblo soberano del que proceden todos los poderes del Estado, como dice nuestra Constitución (¡anda que si fuera verdad!).