martes, 12 de septiembre de 2023

CONFRONTACIÓN DE PODERES

De las Elecciones Autonómicas y Municipales de mayo y las Generales de julio cabría destacar la importante controversia del poder popular en las urnas, con el necesario reforzamiento de los poderes políticos institucionales progresistas que soportan las tendencias de “progreso, libertad, derechos y condiciones de vida dignas”, frente a poderes fácticos y sus políticas de recortes del ultra-conservadurismo de derechas.


Manuel Armenta

8 de septiembre de 2023

La consecuencia de todo ello es que se abren puertas a una crisis política de gobernabilidad, en Comunidades y Municipios gobernados por el PP en solitario, y con coaliciones PP-Vox en muchos de ellos. A nivel del Estado, una mayoría igualmente de las derechas frente a las izquierdas, pero con la salvedad positiva de la representación que aportan otras fuerzas nacionalistas y progresistas decantadas por la coalición de gobierno existente y sus políticas de progreso democrático en la vida política, territorial y social.

La cámara del Senado se constituyó con mayoría absoluta de las derechas, y todos los órganos controlados por ellas marcarán un hito relevante en negativo si se consigue seguir gobernando desde la coalición de las izquierdas con el apoyo de nacionalistas.

El Congreso de los Diputados se constituyó sin mayorías relevantes de ninguna fuerza y convertía en inevitables las alianzas y apoyos de otras fuerzas a los liderazgos del PSOE o del PP a la hora de establecer la representación de los órganos de la Cámara. El PSOE impone su representación de mayoría absoluta, con el apoyo de todos los grupos frente a PP-Vox. Paradoja que emplaza al Rey a designar quién es nombrado candidato para la Presidencia del Gobierno que soporta esta Cámara. Su decisión: el PP con Feijóo, con el criterio de designación de “la costumbre” como justificación y práctica de uso en Derecho, cuando ese criterio solo sería aplicable al PSOE con P. Sánchez, como ya evidenció la mayoría absoluta conseguida en la elección de la Presidenta del Congreso y todos sus órganos. La decisión del Rey compromete su “imparcialidad”.

Y como último añadido a la confrontación abierta de órganos de poder, señalar la RFEF y a su presidente L. Rubiales, que a raíz de la conquista de la Copa Mundial de Futbol Femenino, actúa públicamente con una de sus jugadoras con besos y gestos calificados de “agresión sexual y vulneración de los derechos constitutivos de la personalidad” (que la Constitución reconoce en su art. 18). Y si a ello unimos sus actos de poder en la Asamblea para NO dimitir, con un apoyo mayoritario, y las manipulaciones manifiestas con la víctima..., unimos en el tiempo una desproporcionada confrontación de poderes que está afectando a la crisis política institucional y a los Derechos de la mujer.

Este último acontecimiento, aunque sigue vivo, cada día manifiesta con más claridad su desenlace contra los poderes fácticos que gobiernan la RFEF, contra el presidente y contra algunos miembros del núcleo duro que lo respalda. La FIFA ha suspendido “de toda su actividad” al sr. Rubiales; el gobierno del Estado moviliza todas sus fichas, a pesar de la mesura en su inicio; y la nueva estructura de la RFEF, a través de la reunión de presidentes autonómicos y territoriales, pide la “dimisión inmediata” de Rubiales; y lo más clarificador de un futuro de cambio positivo para las mujeres deportistas y para el conjunto de las mujeres, por la igualdad y los derechos que las leyes ya les reconocen, se debe fundamentalmente a las luchas que se han generado en todos los sectores de la sociedad española e internacional.

El nombramiento del candidato a Presidente del próximo Gobierno por el Rey también nos aporta a este momento crítico de CAMBIO progresista y democrático la oposición clara y crítica del poder monárquico a las opciones democráticas más avanzadas y progresistas, y su apoyo y respaldo a los recortes del ultra-conservadurismo representado por PP-Vox, que alinea al Rey, descarnada y públicamente, con lo que estas fuerzas políticas y poderes fácticos del Estado buscan, apoyan y luchan con protagonismo por ello. También hay que reconocer que el Gobierno en funciones y el nuevo Parlamento han silenciado todo tipo de censura o crítica a la decisión del Rey; desde la sociedad también, salvo ciertas personas expertas en Derecho Constitucional, y otras del mundo de la cultura, de la política y medios de comunicación, que sí han hecho pública su censura. Aunque también hay que remarcar que este camino fracasará, debido al conjunto de las fuerzas políticas que ya actuaron en la constitución del órgano parlamentario por Más y Mejor Democracia y apoyaron las políticas progresistas del gobierno de coalición.

Las Elecciones de julio han evidenciado la misma tendencia negativa que la ciudadanía ya expresó en mayo en las Autonomías y Municipios, que ponen en peligro las perspectivas de la continuidad de las mejoras implementadas en estos cuatro años por el gobierno de coalición, con el apoyo de las fuerzas nacionalistas y progresistas. Situación que nos emplaza a la sociedad en su conjunto y a todo tipo de organizaciones y movimientos a encontrar mejores vías de entendimiento para que haya una apuesta conjunta en el ejercicio del poder popular en las urnas en favor de las fuerzas políticas que demuestran la implementación de esas políticas de mejoras y progreso en derechos y condiciones de vida dignas para el conjunto de la sociedad y los sectores más necesitados de ella.

Considero que la situación política de gobernanza progresista es crítica, porque el PP y sus posibles aliados tienen que fracasar en la formación del nuevo gobierno del Estado para que se abra la puerta por la que el PSOE retome la competencia de hacerlo con esa mayoría absoluta necesaria, que SÍ es posible, como se ha evidenciado en la formación de los órganos del Congreso de los Diputados.

También considero que amplios sectores de la ciudadanía, votantes o no, tendrán que encontrar motivos que justifiquen su actitud cuando por ley son convocados a ejercer su poder en la vida política institucional, y se juegan lo que ellos mismos demandan y necesitan para vivir en libertad, con derechos y condiciones de vida dignas, para actuar en positivo o de la forma menos negativa que ya conoce en su vida cotidiana.

En esta dirección, es imprescindible que las organizaciones políticas que demandan los votos a la ciudadanía diferencien sus discursos, explicaciones y datos que usan en campañas y en la vida cotidiana; los dos sectores de personas que votan o no votan se concentran en los ámbitos territoriales más necesitados y más receptores de las políticas sociales que se aplican por los gobiernos y fuerzas progresistas, frente a lo que recortan las otras fuerzas ultra-conservadoras. Estos sectores de población tienen que entender lo imprescindible que es su voto para mejorar sus condiciones de vida. Y los 26 millones que votan deben entender, además de las cualidades de cada partido o coalición electoral, que hoy la sociedad está configurada políticamente por dos corrientes políticas exclusivamente, que se proyectan en la dirección de progreso o retroceso, y que es su voto el determinante de ello.

También es imprescindible que los movimientos sociales organizados que protagonizan todo tipo de luchas y protestas en demanda de mejores condiciones de vida -gobierne quien gobierne-, deben de diferenciar los momentos críticos electorales para actuar tanto interna como externamente en favor del conjunto de fuerzas políticas que están más en la línea y proyección de implementar cambios y mejoras que se necesitan, sin que ello implique que las luchas, movilizaciones y demandas siempre serán necesarias gobierne quien gobierne. Este es un camino imprescindible y necesario, dada la pluralidad que configuran los movimientos de base en todos los ámbitos de vida.

Los poderes institucionales y fácticos -económicos, sociales, medios de comunicación, etc.- son los grandes responsables de pervertir, engañar y confundir a una gran mayoría de las personas para que actúen de forma errónea y equivocada en esos momentos tan críticos del ejercicio del poder popular en las urnas. Pero eso no descarta que somos todos los que renunciamos o no a criterios muy personales y profundos que vivimos. La vida, por muy social y colectiva que se viva, es personal y se vive al margen de lo que desde fuera nos indiquen como pauta de comportamiento en momentos tan decisivos en el ejercicio de la mezcla del poder popular y el voto individual.

El Rey ha interferido la legitimidad democrática en la designación de Feijóo (PP) como candidato a Presidente del nuevo Gobierno. La expresión de fuerza más votada es muy sesgada, no sirve para conseguir una mayoría absoluta parlamentaria de acuerdo con la realidad política, conocida y vivida. El bipartidismo entró en declive porque las crisis, la corrupción, la desigualdad y la pérdida de derechos y condiciones de vida dignas, generaron grandes movilizaciones que acabaron con las mayorías absolutas partidarias, abriendo las dos corrientes políticas actuales: la de progreso, igualdad y más Democracia, frente a la de los recortes en todos los ámbitos de vida social, económica y política.

En consecuencia, coaliciones, alianzas, acuerdos y apoyos a una u otra corriente es lo que mueve la vida política y la configuración de mayorías para gobernar. Así vivimos la legislatura acabada, y así ha comenzado la vigente, como evidencia la constitución del nuevo Parlamento y los órganos que lo gobiernan. Las izquierdas, nacionalistas y progresistas lideradas por el PSOE han conseguido la presidencia y mayorías en todos sus órganos, y el PP ha sucumbido.