El deterioro de la sanidad pública andaluza ha explosionado con el tema de los cribados de cáncer de mama.
En un organismo debilitado por falta de
nutrientes presupuestarios durante años (la sanidad pública) ha entrado un germen
patógeno (la privatización) ...
Sebastián
Martín Recio. Médico. Marea Blanca de Andalucía
14 de octubre de 2025
La sanidad pública andaluza está enferma
y su estado va empeorando. Para colmo, en los últimos años, este
organismo público está sufriendo una sangría insufrible: cada semana le sacan
una bolsita de sangre para dársela a otro organismo diferente que es la sanidad
privada, la cual va engordando escandalosamente…
Pero además este organismo exhausto, anémico, a veces casi agónico, ha
tenido la desgracia de infectarse con una bacteria multirresistente, una de
estas que merodean las UCIs políticas en busca de carne pública para generar
una depauperación en toda regla, convirtiendo así el organismo en una presa en
descomposición para gusto de una amplia gama de depredadores…
El patógeno de la privatización, ya introducido hace años en este organismo llamado sanidad pública, en
estos últimos tiempos, consciente y estratégicamente ha rebrotado con mayor
agresividad y va haciendo estragos. Ha debilitado seriamente el primer nivel de
defensas frente a todo tipo de enfermedades, que es la atención primaria,
baluarte de prevención y atención integral, así como todos los programas de
prevención secundaria dirigidos a pacientes con enfermedades crónicas: corazones
heridos que dejaron de revisarse, tumoraciones que crecieron al abrigo de la
incompetencia… Este patógeno, asimismo, va carcomiendo las estructuras
asistenciales porque los recursos nutritivos del organismo, los presupuestos
públicos, son derivados a otro concepto y a otros ámbitos cuales son la sanidad
privada, que considera la enfermedad como un negocio, y tienen otras miras y
otras prioridades.
Y como consecuencia también de lo mismo, ahora ha surgido una lesión
sangrante, dolorosa, mortal a veces, que se llama CÁNCER. Cáncer que puede ser
evitable en gran medida con una prevención adecuada, con un diagnóstico precoz
o con tratamientos eficaces en ocasiones.
Lo que hemos visto estos días es la explosión de un absceso incubado que ha
salido a la superficie a vista de todos, en el mismo tórax, en la región
mamaria del sistema: han fallado los sistemas de detección precoz de diversas
anomalías inquietantes, ha habido una falta de personal radiológico en un
período largo de tiempo, tras la crónica anunciada hace dos años del incremento
de mortalidad por cáncer de mama en Andalucía...
Quien está inoculando a dosis excesivas
este patógeno (el PP) está viendo indiferente, con
una inexplicable sonrisa subyacente, una afectación generalizada en este
organismo público: aparecen desde hace tiempo unos síntomas alarmantes (listas
de espera, demoras asistenciales, mala calidad asistencial...) y unas lesiones
graves (aumento de mortalidad, de vulnerabilidad, de enfermedades graves...).
Todo en un contexto de bajada de defensas sociales. Ocurre, sin embargo, que
surgen también picos de fiebre, de inflamación y mareas ciudadanas; el corazón late más fuerte y bombea más sangre
movilizadora a todo el organismo y su entorno, enviando una ingente cantidad de
leucocitos activistas a los focos problemáticos. Pero esto no es suficiente…
Hacen falta ya antibióticos eficaces contra el patógeno privatizador: el amor y
la defensa de lo público, a dosis masivas. Hay que nutrir ese organismo público
con presupuestos mediterráneos, dejar de sacarle ya tanta sangre para
beneficios de otros hígados y, sobre todo, sinceramente, tiene que cambiar
radicalmente el cuadro médico que lo atiende con tan malas artes…
Y en estos días, y en estos años, hemos visto también el escenario dramático adonde nos lleva esta concepción privatizadora,
esta gestión mercantil, esta estrategia encaminada a cambiar un modelo de
sanidad pública, universal, de calidad y gratuita -pagada con los impuestos de
todos- a un modelo dual en el cual quienes más recursos tengan podrán acceder a
más pruebas diagnósticas y en menos tiempo que la población de mayor edad y con
problemas más costosos, como el cáncer, en los que el tiempo transcurrido en un
diagnóstico muchas veces es cuestión de vida o muerte…
¡¡¡SALVEMOS LA SANIDAD PÚBLICA!!!