viernes, 22 de abril de 2022

CARTA ABIERTA A LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y SINDICALES

José Luis Molano Bravo

22 de abril de 2022

El objetivo de esta carta es acabar con la guerra, no es buscar culpables (existen), ni ofrecer razones éticas y morales para implementar una justicia que implique profundizar más en la misma.

La crisis provocada por esta guerra se solapa con la crisis económica no superada de 2008, configurando una situación enormemente caótica y peligrosa para toda la humanidad.

La guerra de Ucrania iniciada con la invasión de Rusia (20/02/2022), provocada por tensiones e intereses geoestratégicos, arrastra necesariamente fatales consecuencias para las condiciones de vida y trabajo de toda la población mundial, en un mundo plenamente interrelacionado y globalizado. Las medidas de castigo contra Rusia se vuelven contra los países que las aplican como un boomerang. El trastorno del comercio mundial, la distorsión de los mecanismos de pagos y transferencias internacionales, las subidas de los precios de materias primas y de la energía, la falta de componentes de la producción deslocalizada en terceros países, etc., etc., echa todo el peso de estas carencias, de esta crisis, sobre las espaldas de los trabajadores y los pueblos europeos, en primer lugar.

La inflación galopante (9,8 % en el mes de marzo en España, según el INE) implementada por la situación de guerra está empobreciendo a marcha forzada a millones de familias y poniendo en crisis todos los mecanismos de ayuda y servicios sociales, salarios, pensiones, cuidado de mayores, sanidad y servicios públicos en general y poniendo en peligro todas las inversiones previstas.

El militarismo imperante en Europa, y en España, con el ejemplo del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, desbocado como un “zombi”, no contribuye en nada a superar esta grave situación.

La excepcionalidad de la misma invita de forma maliciosa a “normalizar” la necesidad de apretarnos más el cinturón para dar cobertura a todo tipo de congelaciones salariales, gastos en armamentos para prolongar y extender la guerra y el sufrimiento del pueblo ucraniano, desgravaciones fiscales...etc., etc.

Los movimientos sociales, pensionistas, sanitarios, de enseñanza, laborales, y los sindicatos institucionalizados (partícipes en el “diálogo social”) deben mantener sus reivindicaciones para contrarrestar las subidas de los precios, de lo contrario la hambruna, la guerra y las enfermedades nos machacarán como los cuatro jinetes del Apocalipsis. Las reivindicaciones contra la carestía de la vida están situadas en el mismo plano que la lucha por la paz y hay que desvincularlas  totalmente de la situación de guerra.

Acabar con la guerra y recuperar la paz es el objetivo de esta carta. Así lo exigen los intereses estratégicos de supervivencia de los trabajadores y los pueblos de Europa. Toda la ciudadanía y especialmente los movimientos sociales organizados de nuestro país debemos exigir a nuestro gobiernos un acuerdo de paz, ya. Comenzando por no enviar más armamento al escenario de la guerra para no añadir más leña al fuego, e implementar la ayuda humanitaria, lo que sería sin duda la mejor ayuda que podríamos aportar.

Mairena del Aljarafe, a 14 de abril de 2022