martes, 6 de febrero de 2024

CRECIMIENTO Y REDISTRIBUCIÓN

La nueva legislatura del gobierno de coalición progresista ya evidencia una estrategia política, económica y social, que afecta no solo al régimen de Democracia, sino al Sistema Económico liberal que impera no solo en España, sino en la mayoría de los países occidentales, que “avanzan” por el ultra-conservadurismo y la autocracia, con el respaldo de las fuerzas políticas de derechas y ultras.


Manuel Armenta

6 de Febrero de 2024

La legislatura apunta desde su inicio a una fuerte confrontación de las izquierdas, con el respaldo de progresistas y nacionalistas, frente a las derechas y ultra-derechas, que se mantienen con importante respaldo social. De otra parte están las guerras, que crecen, matan, destruyen y profundizan la crisis económica y política mundial. Si a ello unimos que los poderes fácticos económicos y políticos a nivel general se esfuerzan para que se mantenga el sistema económico neoliberal de las desigualdades y los recortes, frente a los avances en la igualdad, la democracia y el bien común por el que España camina en los últimos cinco años, esa radical confrontación está garantizada, así como que podemos ganarla.

Tomemos algunos referentes de estos cinco años de gobiernos de coalición progresista que evidencian avances del crecimiento y redistribución económica, en:

§  Más Igualdad y condiciones de vida dignas de mayorías sociales, creando riqueza pero aumentando el empleo en dos millones de personas, y una subida del SMI en más del 50 %.

§  En el Medio Ambiente se ha reducido el consumo de recursos naturales un 5 %, las emisiones en un 10 % y aumentado las renovables un 34 %.

§  Recuperación de importantes derechos políticos, económicos y sociales que afectan al conjunto de la sociedad.

Y todo ello, en años de crisis por epidemias, confrontaciones políticas y guerras, que acentúan los retrocesos y crisis económicas que afectan a las personas en todos los órdenes de la vida.

La realidad que se vive en los países occidentales de Democracia está mostrando una confrontación de las dos corrientes políticas básicas: derechas e izquierdas, fortalecidas las primeras por el radicalismo y auge de la extrema-derecha que marcha hacia los modelos de regímenes autocráticos que soportan el modelo de derechos, libertades y condiciones de vida recortadas; y las izquierdas, por un avance del régimen y sistema de Democracia que camina con apoyos de fuerzas progresistas, nacionalistas y comunistas, hacia modelos de progreso en todos los órdenes de la vida: igualdad, derechos y condiciones de vida dignas, con especial hincapié en los sectores más desfavorecidos. Los ejemplos de ello ya se viven en toda Europa y América Latina.

En España ya se ha vivido, y hoy con más potencia por el avance en la vida política de Vox, que comparte con el PP estrategias y acción política en el Estado, así como en la gobernanza en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos; y más grave aún, con un importante apoyo de la ciudadanía en los procesos electorales, con el voto y la abstención; y en las calles y medios de comunicación, con el grito contra el gobierno. Si a ello unimos que millones de esas personas son de las más favorecidas por la política del gobierno progresista desde hace 5 años, en algo tenemos que mejorar, desde esa gobernanza y desde todos los movimientos y organizaciones sociales, que luchan por todo lo que se consigue y más.

Este ciclo de gobernanza de la coalición de gobierno se ha iniciado y se mantendrá a lo largo de los 4 años, con algunas nuevas presiones de fuerzas políticas que lo apoyan y respaldan, como es el caso de nacionalistas e independentistas y de Podemos. Unos para que se amplíen sus derechos y competencias de sus Comunidades y la Amnistía del Procés catalán; ley cuya aprobación parlamentaria Junts ha bloqueado, votando NO con el PP y Vox y rompiendo acuerdos con el gobierno; y Podemos, que quiebra el grupo de organizaciones que configuran la coalición de gobierno con sus 5 parlamentarias/os, incorporándose al grupo mixto, desde el que ya ha confrontado con el Gobierno votando NO a la aprobación de una ley y confluyendo con PP y Vox, lo que hizo posible su rechazo parlamentario. Confrontaciones que dañan los avances progresistas, en un momento tan crítico como el que vivimos, política y socialmente.

Los acuerdos con Junts establecen que “la Ley de Amnistía es para beneficiar a toda la sociedad española en derechos y convivencia… y cerrar heridas que la complicaron con Cataluña...”, conforme a la Constitución y al Derecho de la CEE, porque los movimientos independentistas NO son terroristas.

Las fuerzas políticas de izquierda y progresistas no deben obstaculizar hoy, con sus ideologías y objetivos políticos máximos de partido, la imperiosa necesidad unitaria en la acción política en la gobernanza, frente a las ultra-derechas, que sí se oponen radicalmente a todo tipo de avance en derechos y condiciones de vida, por pequeñas que sean las mejoras. Las justas censuras al gobierno por avances insuficientes siempre se deben acompañar de la crítica profunda al PP-VOX, que están siempre radicalmente en contra de los avances.

Las fuerzas que configuran la coalición de gobierno, deberían buscar más cauces para avanzar por la solidaridad interterritorial para combatir el desarrollo desigual por el que caminan las CC.AA., así como la de algunos sectores de población que sobrepasan los límites de la pobreza y discriminación, como es el caso de la población gitana española, de la que el 86 % vive en situación de pobreza y el 46 % de extrema pobreza; o las 9.000 familias que viven en infravivienda o chabolismo; que la tasa de empleo es del 30 % y de las mujeres el 16 %; así como que el 39 % manifiesta haber sido discriminada; en el caso de niñas/os, 6 de cada 10 no consiguen el título de la ESO y solo el 17 % de los mayores de 16 años completan los estudios de la ESO o Superiores; así como otros sectores que viven bajo el umbral de la pobreza, que se han visto afectados por la reducción del 12,8 % del gasto en Rentas Mínimas de Inserción” que las CC.AA. aplicaron desde 2020, año en que el Estado implantó el Ingreso Mínimo Vital.

En las condiciones actuales que vivimos de presión y confrontación, la sociedad y el gobierno de coalición progresista deberían avanzar en la medida de lo posible en la protección efectiva de la pobreza; un plan de choque para combatir el fracaso escolar, la segregación y la atención especial a la infancia; un plan para la erradicación del chabolismo y priorizar la intervención y rehabilitación de barrios de alta vulnerabilidad; y la intensificación de las políticas de empleo para favorecer a sectores marginados.

No podemos olvidar un referente de vital importancia para conseguir un futuro sostenible en calidad de vida, igualdad y derechos de los más necesitados y de las mayorías sociales: éstas deben comprender y asumir que el régimen y sistema de sociedad Democrática Avanzada y Participativa por el que HOY se camina en España y algunas Democracias en general, está necesitado de confluencia, del apoyo y el protagonismo social para avanzar hacia ese futuro imprescindible.

2024 es un año importante de elecciones en todo el mundo y mostrará si se avanza o se retrocede en calidad de vida y derechos, aunque en España solo nos toque proceso electoral en la Comunidad de Galicia y la UE. Galicia ya es una de las 11 Comunidades Autónomas que gobierna el PP, lo que la convierte en un importante objetivo de cambio progresista, que con PSOE, SUMAR y nacionalistas del BNG hasta podrían llegar a implantar una coalición de gobierno. Y las elecciones europeas también estarían necesitadas de algún avance en el entendimiento de fuerzas políticas progresistas y la sociedad, para evitar que sigan avanzando las del ultra-conservadurismo radical en países europeos.