viernes, 24 de mayo de 2024

NO PUEDE SER OBLIGATORIO MATAR O SER MATADO


Enrique Cobo

24 de mayo de 2024

 

Algunas noticias de estos días:

«En estos países de la UE es obligatorio el servicio militar: Austria, Estonia, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania, Noruega, Suecia, Chipre, Suiza, Moldavia y Ucrania

«España no cuenta con servicio militar obligatorio desde el año 2001. Conocido coloquialmente como la mili».

«En Francia a partir de 2024 se reinstaura el servicio militar obligatorio».

«Llama especialmente la atención el caso francés. El servicio militar obligatorio desapareció en el país galo hace años. Sin embargo, en 2018 el presidente Emmanuel Macron impulsó un nuevo formato con un mes de servicio obligatorio tanto para hombres como para mujeres, que entra precisamente en vigor este 2024. Algo similar ocurrió en Suecia, donde se reestableció recientemente el servicio militar obligatorio, aunque solo para 2.000 plazas, debido a la invasión rusa».

«En los países nórdicos en los que existe el servicio militar obligatorio, Dinamarca y Finlandia, cabe destacar que, aunque los jóvenes deben presentarse como disponibles, las plazas son finalmente cubiertas por voluntarios».

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Introducción

Cuando no nos programaban ninguna guerra el servicio militar era menos obligatorio, tenían bastante con los mercenarios con que nutren de soldados a los ejércitos; parece ser que lo dejamos pendiente de que alguien algún día considerara que podría declarar una guerra «defensiva», como dicen todos los que declaran las guerras, aunque siempre sean ofensivas, es decir, para vencer al «otro» y, de camino, quitarle lo que se pueda.

La guerra es imposible sin militares y sin obligar a los y las jóvenes a ir a ella. El servicio militar obligatorio ha contado con un importantísimo rechazo social en todos los países del mundo. Servir militarmente, aceptar como futuro el tener que matar o morir intentándolo, no hay personas normales que lo deseen como futuro.

En Europa, en estos momentos en los que la perspectiva de guerra vuelve a ser probable, son muchos los países que se plantean volver al servicio militar obligatorio. Cuando la guerra parecía menos posible los gobiernos consintieron en quitar el servicio militar como obligatorio, evidentemente porque no se concebía la posibilidad de enfrentamientos armados, aunque en realidad era solo porque no se preveía la guerra como un futuro posible, no porque reflexionaran sobre el respeto a la libertad de los individuos para tomar una decisión tan grave como la de matar o ser matado.  Francia y Suecia la acaban de aprobar a partir de este año. Alemania, ¡Alemania!, se está planteando hacer obligatorio el servicio militar, sabiendo lo que sabe de la guerra. Y España… (¿?).

Cualquier persona que sepa que la guerra no ha sido ni será nunca un camino para vivir en paz y que, consecuentemente, quiera evitar cualquier guerra y rechazar cualquier motivo para desearla o consentirla, sabe que si el servicio militar no es obligatorio la posibilidad de guerra disminuye. De tal manera que los que no aceptan que ninguna guerra, ofensiva o defensiva, está justificada, que ninguna guerra lo estuvo, no quieren que la hagan los que no quieren hacerla, los que no quieren matar ni ser muertos en ninguna guerra.

Por otra parte, los que creemos en las libertades individuales de cada persona, libertades que no deben tener más límite que evitar hacer daño a otro ser humano, no podemos consentir ni estar de acuerdo con el servicio militar obligatorio. Tampoco con la «profesión» de prepararse para matar a otro joven, a otro padre o madre de familia, a otro niño, a otro viejo, o dejarse matar para defender a otro joven, a otro padre de familia, a otro viejo, a otro niño.

No tiene pies ni cabeza que en nombre de nada ni de nadie, ni de ningún dios, ni de ninguna patria, ni de ningún rey, unos y unas jóvenes que no tienen nada en contra de otros y otras jóvenes, sino que, por el contrario, desearían ser amigos, conocerse, relacionarse amistosamente, decidan matarse unos a otros porque unos gobiernos, sin el consentimiento de sus pueblos, por cálculos de poder y por ambiciones, decidan hacer la guerra con soldados obligados a serlo a otros gobiernos, que también obligan a sus pueblos a combatir, porque, teniendo palabras para justificar lo que les conviene, afirman que la mejor defensa es un buen ataque. 

Decididamente: las gentes no estamos locas y no deseamos irnos a matar unos a otros porque vivir es nuestro deseo básico y sabemos que el que no vive no puede disfrutar de la vida.

Ninguna guerra es justa ni tiene justificación porque, aunque todas nos la quieran vender como defensivas, ninguna lo es; porque sabemos que unos y otros de los que nos mandan a las guerras se proponen vencer a los otros para ganar, para tener más, para ser más fuertes, para imponerse a los otros y quedarse con más riqueza, o territorio, o…

Hoy por hoy la mejor oposición a la guerra sería que la mili no fuera obligatoria para nadie en el mundo y que se vea claro que la guerra es propia de los más poderosos y de mercenarios, de gentes que buscan en la misma violencia de la guerra ganarse la vida, arriesgándola, defender el futuro matando a otros que también guerrearían para ganarse la vida matando a los otros, de tal manera que como estamos viendo proliferan los ejércitos profesionales que están dispuestos a luchar con los «unos» o con los «otros», con el que más pague y, si no lo evitamos a tiempo, por cuenta propia, como ya hacen en muchos países (Méjico, Colombia, Italia,… por ejemplo).

Yo me opongo a la guerra de Israel contra los palestinos, a la de Rusia contra Ucrania, a la que hay en Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana, Nigeria, República Democrática del Congo, Afganistán, Pakistán, Irak, etc. Y me opongo a que el servicio militar sea obligatorio en cualquier país y también a que cualquier gobierno mantenga ejércitos de mercenarios.

Los que estamos aquí ahora sin saber cómo oponernos a tanta guerra y que no sabemos cómo hacerlo, podríamos proponernos que aquí no pueda ser reclutada contra su voluntad ninguna persona, renunciar a seguir una carrera para hacer «nuestro ejército» más fuerte frente a otros ejércitos de otros países que a su vez quieren hacer sus ejércitos más fuertes, porque esa carrera siempre ha acabado lo mismo: probando a ver quién es más fuerte para imponerse al otro ejército, pero lo haríamos. Porque ningún pueblo quiere vencer a otro pueblo, porque la gente sabemos que los otros son también gentes como nosotras que no quieren matar ni ser matadas.

Como sin soldados no habría guerras, OPONGÁMONOS AL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO EN ESPAÑA, EN CUALQUIER PAIS DE LA UNIÓN EUROPEA Y EN CUALQUIER PAIS DEL MUNDO.

Podríamos empezar a oponernos en nuestro país, porque lo peor que nos puede pasar es que tengamos una guerra y la ganemos, y lo mejor es que no haya guerra. 

Podemos empezar en esta campaña al Parlamento de la Unión Europea exigiendo a todos los partidos que se presenten que propongan en sus programas abolir en la UE el Servicio Militar Obligatorio en todos y cada uno de los Estados de la UE y… votar en consecuencia.