Paco
Casero Rodríguez. Presidente Fundación Savia.
27 de mayo de 2025
Cada vez con más frecuencia
nos encontramos con jabalíes por los pueblos, carreteras…, y en las redes fotos
y vídeos de jabalíes por las playas, centros comerciales, en los parques… Ya es
algo habitual, forma parte del paisaje, va a más y no somos conscientes de sus
consecuencias. Desde Fundación Savia venimos manifestando desde hace más de diez
años la necesidad de una actuación firme, dando argumentos de su urgencia para
que no se convierta en un mal mucho mayor, como por desgracia está siendo. Lo
cual nos ha llevado a la Fundación Savia, con los datos e información de que
disponemos, a reafirmarnos en que las administraciones no pueden seguir mirando
para otro lado….
Ante la realidad que vivimos,
con el aumento de hasta más de tres millones de jabalíes, desde Fundación Savia
hemos vuelto a trasladar al Consejero de Agricultura un escrito sobre la gran
preocupación e inquietud sobre la correcta aplicación en Andalucía del Plan de
Erradicación de la Tuberculosis Bovina, dado que se sigue teniendo una
prevalencia del 6,57 % de rebaños positivos tras casi cuarenta años de su
ininterrumpida aplicación.
Hace diez años dirigimos un
amplio informe a la señora Consejera de Agricultura y a sus asesores en el que
exponíamos la grave situación económica y emocional que estaban atravesando los
ganaderos de extensivo debido a la desprotección administrativa y agobio
burocrático que sufrían; y sobre todo al alto número de animales que se les
estaba sacrificando por la aplicación del Plan Nacional de Erradicación de la
Tuberculosis Bovina.
En el escrito describíamos
que, desde nuestro punto de vista, este Plan Nacional de Erradicación se estaba
realizando de una forma incorrecta, ya que no se estaba actuando a la misma vez
sobre la fauna silvestre, jabalí y ciervo principalmente. Esas especies eran en
realidad los grandes reservorios y huéspedes del bacilo de la Tuberculosis, que
excretaban y transmitían al ganado vacuno a través del agua y los pastos
contaminados. Hacíamos mucho hincapié en ello, porque no encontrábamos otra
explicación tras el rotundo fracaso de casi cuarenta años de su intensa
aplicación solo sobre el ganado bovino (desde el año 1987, con nuestra entrada
en la CEE).
Como en aquellos momentos
“nadie de la Administración quería oír hablar de la Tuberculosis en la fauna
silvestre” ignoraron nuestra argumentación y advertencia. Por ello,
transcurrido un año sin recibir contestación alguna de la Junta de Andalucía,
decidimos publicar un artículo en la prensa estatal. El artículo, publicado en
diversos medios de comunicación especializados, llevaba por título: “¿Es
correcto el Plan de Erradicación de la Tuberculosis Bovina?”, y por subtítulo:
“Algo se hace mal si la prevalencia aumenta pese a los miles de sacrificios”.
La hipótesis que
desarrollábamos se está cumpliendo paso a paso, y aquel Decálogo que hicimos, siguiendo las directrices marcadas por la
Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), sigue siendo ignorado
administrativamente hoy, aunque todo apunte a que son los animales silvestres,
y no el ganado vacuno, la causa principal de los malos resultados obtenidos con
la aplicación de este “Plan de Erradicación”, pues es imposible erradicar una
enfermedad bacteriana multihospedador que ya está localizada endémicamente en
la fauna silvestre actuando solamente sobre el ganado vacuno. Eso es lo que ya
advertíamos hace diez años, y hoy lo confirman todos los datos que la
Administración incluye dentro del actual Plan Nacional de Erradicación (2023)
Por todo ello y partiendo de
la base de que los veterinarios de campo hacen perfectamente el trabajo que se
les manda, aplicando adecuadamente el protocolo de la prueba de
Tuberculinización sobre el ganado bovino, nos dirigimos a los responsables
administrativos recordándoles que:
1. Andalucía sigue estando en
resultados en la cola de España, ya que es la Comunidad Autónoma que tiene
mayor cantidad de rebaños positivos (el 30 % de toda España), y también es la
que sacrifica mayor cantidad de animales positivos (el 40 % de todos los
sacrificados a nivel nacional), cuando, desgraciadamente para todos nosotros,
solo posee el 6 % de las explotaciones de bovinos, y solo tiene el 8 % del
censo de ganado sometido al Programa de Erradicación de la Tuberculosis en toda
España.
2. También, desafortunadamente para toda
Andalucía, se confirma que la aplicación de este incorrecto Plan de
Erradicación de la Tuberculosis Bovina ha provocado la penosa circunstancia de
que seamos la Comunidad Autónoma en la que existen mayor cantidad de jabalíes
tuberculosos (especie invasora de imprevisibles consecuencias sanitarias) y de
ciervos afectados por Tuberculosis (el 60 % de los jabalíes analizados y el 30 %
de los ciervos), lo que paralelamente se traduce en que las comarcas andaluzas
con mayor presencia de jabalíes y ciervos enfermos sean también las que
presentan mayor cantidad de bovinos positivos de Tuberculosis.
3. Por tanto, seguimos
creyendo que si se quiere erradicar esta contrastada Tuberculosis Animal
existente en nuestros campos y dehesas habrá que actuar también sobre la
numerosa fauna silvestre con Tuberculosis endémica que existe en ellas, además
de tomar las medidas de bioseguridad que se consideren necesarias.
Desde la Fundación Savia
pedimos a los responsables de la Producción Animal de Andalucía que reflexionen
sobre la gestión, en nuestra opinión inadecuada, que se está realizando con la
ganadería extensiva en general (con una disminución alarmantemente del número
de explotaciones y de cabezas ganado). Y en cuanto al actual Programa Nacional
de Erradicación de la Tuberculosis, si es posible, que se rectifique y ponga el
foco en la fauna silvestre, que es donde radica el principal problema,
cambiando las estructuras y objetivos de este inconcluso Programa de
Erradicación (imposibles de alcanzar) y se sustituya progresivamente por un
Programa de Control de la Tuberculosis Animal (que sí es posible alcanzar).
Si se continúa por el camino
actual, lo que se está consiguiendo es despoblar el campo de gente y de
animales domésticos (bovinos, ovinos, caprinos y porcinos), que son un ganado
fácilmente manejable (y controlable sanitariamente), que además produce una
carne genuina, sana y de excelente calidad, y que también sirve a la sociedad
como herramienta de conservación medioambiental de unos valiosísimos ecosistemas
pastoreables (DEHESAS); y sin embargo están siendo equivocadamente sustituidos
por abundantes montes leñosos (con altos riesgos de incendios), ocupados por
superpoblaciones de una fauna silvestre peligrosamente descontrolada y
potencialmente portadora de enfermedades zoonóticas de desconocidas
consecuencias. Todo lo contrario de lo que persigue la Unión Europea con la
implantación del concepto sanitario, mundialmente imperante, UNA SOLA SALUD
(ONE HEALTH), que es la base y el futuro de una BUENA SANIDAD PUBLICA.