MÁS DEMOCRACIA y menos poder a la Monarquía
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la Constitución de 1978, es la constitución de una Restauración Monárquica…….
El Estado constitucional no es más que un proyecto de ordenación racional del
poder, tanto en su origen como en su ejercicio, y en el mismo no tiene cabida
una magistratura de tipo hereditario….. la Monarquía fue restaurada en 1947 con
la Ley de Sucesión (de
Franco) a la Jefatura del Estado,
primera de las Leyes Fundamentales sometida a Referéndum….. y dirigiría el
proceso que hemos definido como de TRANSICIÓN…….
(Textos del Constitucionalista Sr.
Pérez Royo)
Manuel
Armenta
9
de octubre de 2018
La crisis económica que arrancó hace diez
años, ha venido extendiéndose al conjunto de ámbitos de la sociedad de forma
generalizada: régimen, sistema económico y social, y con especial intensidad al
ámbito judicial, la unidad territorial del Estado y a la monarquía como
expresión vitalicia de poder en la Jefatura del Estado. La confluencia de todas
estas crisis ha dado lugar a una quiebra de la convivencia pacífica en el país
provocada por los poderes del Estado, y la única salida posible, es el Inicio
de un Cambio de tendencia y políticas hacia más y mejor Democracia mediante el Sufragio Universal.
Demandas de cambio, que tienen una profunda
expresión no solo en las movilizaciones y reivindicaciones que la sociedad
civil exige desde hace años, sino en la Constitución de 1978 (art. 1.2) al
proclamar que todos los poderes del Estado emanan de la voluntad popular, que consagra el principio de legitimidad
democrática y prevalente sobre el (art. 1.3) referido a la Monarquía, que de
hecho se antepone y apropia de la Jefatura del Estado y otros privilegios de
por vida.
Ningún régimen Democrático puede actuar con
ambigüedad y subordinación respecto a este principio de legitimidad de la
soberanía nacional en el que se asienta el sistema político, las Instituciones
del Estado y sus órganos de poder constitucionales, y menos aún en el caso de
España, cuya Monarquía tiene su origen en las leyes y la decisión de un
dictador. Es por ello imprescindible establecer de una vez por todas, una forma
nueva de legitimación de la Jefatura
del Estado que nazca y se renueve periódicamente de acuerdo con la voluntad
popular.
Los 40 años de régimen democrático que
vivimos han estado jalonados de una absoluta “permisividad” por todos los gobiernos
electos, para que desde ningún ángulo se toque o censure las formas de ser y
estar en la vida política y social del rey y demás miembros de la casa real.
Los mismos personajes y partidos que no paran de autodefinirse como
CONSTITUCIONALISTAS para reprimir derechos y libertades de personas y territorios
(art. 155 CE entre otros) o modificando el art. 135 de la Constitución para
recortar derechos básicos y un largo etc., al margen de la voluntad popular.
Mucho se escribió de la corona por su
proceder en 1981 en relación con el golpe de Tejero, sobre el significado de
fraude constitucional con la Abdicación, sobre el discurso político ante la
crisis de territorialidad, sobre la corrupción y enriquecimiento personal y un
sinfín de acontecimientos solapados y no esclarecidos por la condición absoluta
de AFORADO E INVIOLABLE de la que gozan sus actos (incluido esposa e hijas), en
la jefatura del estado y en la vida privada, que integra incluso al “rey
emérito y familia” desde 2014, año que se le reconoció el aforamiento tras su
abdicación, usando una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que se
aprobó en Julio de ese año.
La Monarquía Parlamentaria instaurada en 1978
y que vivimos como “expresión” de un régimen de Democracia, es más bien la
restauración del modelo de sistema Monárquico de la historia de siglos pasados,
combinada con el absolutismo del régimen de dictadura que consiguió invalidar
en el proceso de Transición, la prevalencia democrática del art. 1.2 sobre el
1.3 de la Constitución.
La necesidad de un CAMBIO para más y mejor
Democracia en la que estamos inmersos, tiene que considerar de vital
importancia la reforma constitucional dando protagonismo y prioridad a la
voluntad popular, para que resuelva “quien y como en cada período de tiempo”
debe ocupar la Jefatura del Estado. Y ya que hoy se habla y proyecta la
necesidad de acabar con aforamientos de políticos y representantes electos en
las Instituciones del Estado, que bajo ningún concepto se exceptúe a la “no electa” familia real que ejerce un
Poder de Estado y a la “emérita que no
lo ejerce”; y se modifique también en la CE, el artículo 56.3 que consagra que
el Rey no está sujeto a responsabilidad por sus actos, aunque solo sea por
LEALTAD a la Constitución y a la IGUALDAD de todos ante la Ley (art. 14 de la
CE).
Avanzar hoy en Democracia está siendo posible
debido a las confluencias institucionales que sacaron del poder de gobernar a
la derecha más conservadora, como expresión y respuesta confluyente con las
demandas de amplios sectores de la sociedad, plural y transversal. Protagonismo de la ciudadanía en la que
se soporta la Constitución (art. 1.2) y las Instituciones y representantes de
partidos que lideran el Cambio, harán más posible que los
avances sean progresivos y sostenibles en el tiempo.
Y para ello, se tiene que concretar ya el
tipo de reforma Constitucional que España necesita para recuperar y avanzar en
derechos y justicia con las premisas Democráticas y la Soberanía Nacional,
mediante el sistema de consultas y referéndum a la sociedad para decidir el “alcance y contenido” de la misma hacia Más y Mejor Democracia, y para poder
salir de la crisis y las herencias de la dictadura que hoy perviven.
Continuará el próximo viernes con una II
parte