Nos
acercamos a un momento decisivo para avanzar o retroceder en el régimen y
sistema de Democracia y en condiciones de vida dignas para las mayorías
sociales. Las Elecciones de Abril y Mayo marcarán los referentes de Poder
Institucional en “una u otra dirección”.
Sevilla, 12 de Marzo de 2019
La situación y acontecimientos políticos y
sociales que abren el curso de 2019, emplazan a la ciudadanía en general a protagonizar en las urnas qué fuerzas
políticas serán las que ocupen preferentemente los gobiernos del Estado,
Comunidades y Ayuntamientos.
Aunque el sufragio universal se fundamente en
dar protagonismo y voz a las
personas para decidir quiénes les representarán en las Instituciones, éste no
les otorga ninguna capacidad de poder exigirles
en directo a quienes las gobiernen, qué políticas y medidas “comprometidas
o no”, son las que se tienen que priorizar, salvo con la presión de las movilizaciones, protestas y huelgas en
las calles y trabajos.
La quiebra de los Sistemas de Democracia,
fruto de la confrontación de intereses que “reina y reinará” en ellos, solo
puede y debe suplirse si generamos
desde las políticas progresistas, nuevas culturas y formas de entender y fundir la vida política y social
de las mayorías sociales y de sus organizaciones, movimientos sociales y políticos
en las estructuras del Estado, con sistemas participativos inclusivos y competenciales en la toma de
decisiones de interés general.
Si consideramos que los recortes y restricciones en derechos y condiciones de vida que se
han impuesto a las mayorías sociales, no han sido contradictorios con la
Constitución (salvo en la modificación del 135 al margen de la voluntad
popular), los objetivos de recuperarlos y
avanzar en Más y Mejor Democracia,
será también factible de realizar derogando
y creando nuevas leyes desde la voluntad popular expresada en las urnas,
por sistemas participativos inclusivos competenciales, y por la presión de las
demandas y movilizaciones en centros de trabajo y las calles.
El Derecho Constitucional y la realidad de
las leyes que la desarrollan, confrontan
y conviven sin que obliguen a los poderes del Estado a preservar DERECHOS
básicos:
- El derecho al trabajo, con la pérdida de empleo, paro, precariedad laboral de especial intensidad en jóvenes y mujeres, más desigualdad por razón de sexo, etnia y migrantes, reducciones salariales, congelación de pensiones, emigración intensa de profesionales de la Sanidad, Educación e Investigación….
- Los derechos básicos universales (educación, sanidad, vivienda y condiciones mínimas de subsistencia), con el crecimiento del fracaso escolar, la privatización de la institución educativa y sanitaria, los desahucios por causas sobrevenidas y la venta de viviendas sociales públicas a fondos de inversión privada, los cortes de servicios básicos y el crecimiento de la pobreza por falta de recursos…..
- La libertad de expresión, con la ya famosa Ley Mordaza que restringe y penaliza infinidad de actos y expresiones de las personas en todos los ámbitos de la vida.
- Los
derechos territoriales de Nacionalidades y Autonomías, caso de Cataluña, con la aplicación de la DUI y el 155
de la CE de carácter político (transformado en penal y en estado de excepción),
con el objetivo de penalizar la “acción
política”, como actos de “rebelión, sedición, terrorismo y organización
criminal…”.
Y como una consecuencia de la crisis ha sido
la quiebra y gobernanza de la
alternancia de poder con objetivos políticos básicamente confluyentes del
bipartidismo (PP-PSOE), que configuró la Transición a la Democracia en 1978 y
40 años de gobiernos, se ha iniciado la nueva etapa de Cambio y Transición en
la doble dirección de Más o Menos
Democracia, con dos nuevos espacios políticos que la situación ha
configurado como de “derecha antisocial
y retrógrada” reagrupada en tres corrientes políticas y de “izquierda social y
progresista” que afecta a partidos y organizaciones políticas históricas y
nuevas a nivel de Estado, Comunidad Autónoma y Municipio.
Ambas figuras han tomado cuerpo en dos actos
recientes: la Moción de censura de
PSOE contra la corrupción, que con el apoyo incondicional de fuerzas
progresistas, sacó del gobierno de España al PP, y las Elecciones en Andalucía que posibilitó el gobierno tripartito PP-C´s-Vox.
Situaciones que marcan caminos hacia los dos modelos y estructuras de
Democracia contrapuestas y confrontadas. Y de ahí la importancia de los procesos electorales de 2019 y la soberanía
popular.
Ambas figuras tienen sustento y protagonismo
directo en la acción de la representación
política (moción de censura), y en la voluntad
popular mayoritaria que se expresó y se abstuvo en las urnas. El tiempo es
corto y es imprescindible que las fuerzas políticas y organizaciones
progresistas que defienden y luchan por
CAMBIAR y MEJORAR, ganen la confianza y apoyo de las mayorías sociales PARA ESE
FIN.
Partidos y organizaciones progresistas que vais a pedir el apoyo
y el voto para gobernar representando los interés generales de la sociedad, mostrad de forma fehaciente que vais a
gobernar con la decencia frente a la
corrupción y amiguismo clientelar de cientos de miles de personas instaladas en
las Instituciones; que vais a primar
políticas sociales y derechos sobre recortes, pero con la imprescindible
concreción en tiempo; que vais a priorizar
la creación de empleo justo y decente, frente al precario y desigual; que
vais a mejorar y apuntalar los
sistemas educativos y sanitarios públicos, frente a privatización y conciertos
privados; que vais a avanzar en los
derechos de la mujer, pensionistas, juventud e inmigración, con medidas
concretas y tiempos. Mostrad el Cambio y Actitud en vuestro interior, para convencer.
Movimientos y organizaciones sociales y
profesionales, es fundamental que a las luchas y movilizaciones se unan las acciones de acercar los
postulados reivindicativos a fuerzas políticas progresistas con la pretensión
de que los hagan suyos, así como la exigencia de protagonizar la participación competencial en las Instituciones; y
en la situación electoral que vivimos, acercar
la movilización reivindicativa al conjunto de la sociedad para su
confluencia mayoritaria en las urnas. Es
fundamental y POSIBLE unir la acción social con la política.
Las luchas y movilizaciones de Mujeres y Pensionistas marcan hitos y
referencias de que la transversalidad social y política es confluyente en las demandas y reivindicaciones en derechos
y condiciones de vida dignas, y se pueden
protagonizar en las URNAS.