Miguel Toro
10 de noviembre de 2020
En el mes de noviembre seguimos con una preocupante situación sanitaria debido a la pandemia. La situación sanitaria y la necesidad de restringir los contactos sociales están dando lugar a una crisis económica sin precedentes. La situación por la que pasa la Comunidad de Madrid y las decisiones tomadas por el gobierno de la comunidad en la gestión de la pandemia están favoreciendo que la ciudadanía rechace a la clase política. El enfrentamiento continuo del gobierno de Isabel Díaz Ayuso con el gobierno de Pedro Sánchez se suma a la no aceptación del gobierno progresista por las derechas y la ultraderecha. Este clima de confrontación está pensado y premeditado y produce como resultado, esto es sabido, desconfianza de los políticos, desafección política. Esta desafección siempre favorece a los sectores retrógrados de la sociedad.
Relacionado con lo anterior y de forma complementaria se está produciendo un debate, yo creo que siempre intencionado, sobre la conveniencia de que los “expertos”, en las diferentes situaciones, sean los que tomen las decisiones importantes y que los políticos se retiren de dirigir el país. Esto ha sido reivindicado hace algunas semanas por varias sociedades científicas sanitarias que promovieron el manifiesto titulado “En la salud, ustedes mandan pero no saben”. El texto ha recibido mucha atención y ha tenido una importante repercusión mediática. Plantea puntos interesantes como oír a los expertos o hacer caso de la evidencia científica sanitaria y algunos deseos: dejar a un lado las disputas políticas. Sin embargo, también plantea muchas dudas, como que las decisiones deben basarse "exclusivamente" en criterios sobre salud o que son los expertos sanitarios "sin ninguna injerencia política" los que deben tomar las decisiones.
Aquí tenemos que plantearnos varias cuestiones. ¿Alguien se cree que se podrán aparcar las disputas políticas cuando PP y Vox no aceptan el gobierno democrático como un gobierno legítimo y están dispuestos a hacer cualquier cosa, incluido difundir noticias falsas, para hacerlo caer?. ¿Alguien cree que estarán dispuestos a llegar a algún consenso con el gobierno de Madrid? La experiencia está demostrando que no. Rompen los acuerdos incluso después de haberlos pactado. Ha ocurrido en la renovación del Poder Judicial y en la gestión de la pandemia en Madrid.
Pero no solamente no se contentan con impedir los acuerdos. Intentan desviar la atención diciendo que no es el gobierno el que tiene que tomar las decisiones. Según ellos deben ser los expertos. ¿Pero qué expertos? ¿Es que acaso los expertos son neutrales en la confrontación política? ¿Es que acaso no hay expertos de todas las ideas políticas dispuestos a apoyar a un gobierno u otro? ¿Es que la ciencia es la adecuada para tomar decisiones políticas? Estoy totalmente convencido de que no. La ciencia y los expertos, los buenos, tienen como misión elaborar propuestas pero son los políticos elegidos democráticamente los que deben tomar las decisiones. Vivimos y queremos vivir en una democracia. Esta idea de que “gobiernen los expertos” se suma al intento de desacreditar al gobierno progresista. Esta idea de que los expertos son neutrales y que son ellos los que deben tomar las grandes decisiones se suma al intento de desacreditar la política, de crear desafección política. Y esto siempre beneficia a los sectores más retrógrados.
Hay muchas situaciones donde el gobierno de los expertos se vende como lo natural y “lo mejor”. Un ámbito donde esto ocurre es el Poder Judicial. Aquí los mismos sectores también defienden que son los jueces los que deben elegir el Poder Judicial porque son ellos los que entienden. ¿Pero entienden o quieren defender sus intereses corporativos y políticos? Creo que es más bien los segundo. Pablo Casado se resiste a renovarlo porque cree que le beneficia y además plantea que deben ser los jueces, los expertos, los que elijan el gobierno de los jueces sin intromisión de los políticos. ¿Pero es que el Consejo General del Poder Judicial es neutral en las decisiones políticas y solo toma decisiones basadas en las leyes? Los últimos tiempos han demostrado que no con la toma de posición con respecto a la visita del Rey a Cataluña y el ataque al gobierno por haberlo impedido. Si verdaderamente creyeran en la democracia los miembros del Poder Judicial habrían dimitido y habrían obligado a renovar el órgano. No soy un experto en leyes y no conozco las dificultades de lo que voy a plantear aunque asumo que son muchas. Pero me pregunto ¿por qué no podemos los ciudadanos elegir directamente el Consejo General del Poder Judicial? Evidentemente hay que salvaguardar la separación de poderes pero esto no implica que el máximo órgano de los jueces solo se elija por criterios corporativos y como se aprecia claramente está sesgado hacia posiciones políticas conservadoras.
Hay otro ámbito donde se reivindica el gobierno de los expertos. Es el campo de la economía, de las decisiones estratégicas del modelo económico del país, del modelo fiscal, etc. Se nos intenta vender que la economía es una ciencia neutral y objetiva y que por lo tanto las decisiones de los economistas deberían ser seguidas a pie juntillas. La experiencia nos viene demostrando que no es así, la economía y los economistas tienen en muchos casos modelos justificativos de la realidad. Modelos de la realidad que justifican la necesidad de la reforma laboral, de que no se suban los impuestos en estos momentos y que se bajen las pensiones. Son las ideas que propugna un supuesto experto económico que asume ser neutral y objetivo: el director del Banco de España. Abundando en este tema el PP propone que sea una comisión de expertos la que decida el reparto de los fondos que se van a recibir de la Unión Europea.
Yo me dedico a la universidad y aun así pienso que las grandes decisiones estratégicas sobre las líneas prioritarias de investigación tampoco deben tomarlas los investigadores universitarios como muchos reivindican. Debe tomarlas el gobierno democráticamente elegido. En esta tarea el gobierno actual está haciendo dejación de sus funciones.
Yo reivindico la necesidad de la política y de los políticos. Los políticos no son ni buenos ni malos, representan intereses de parte de la población y esos intereses están en contradicción unos con otros. Fundamentalmente los intereses de un pequeño sector de población que tiene la mayoría de la riqueza del país frente a los intereses del resto. Creo que si un político no representa los intereses de sus electores simplemente hay que esforzarse en quitarlo para poner otro que sí los represente. Esto implica reivindicar la participación en política, en las discusiones políticas, no dejar las decisiones a expertos que en muchos casos son simplemente tertulianos de café y no permitir que el gobierno deje sus funciones en manos de esos supuestos expertos y aún menos que se esconda tras ellos. Los expertos, los buenos, deben ofrecer opiniones fundadas, pero luego deben estar abiertos a la discusión democrática y finalmente aceptar que la decisión la tomará el gobierno democrático.
Evidentemente, en democracia, las decisiones de un gobierno pueden y deben ser criticadas si no se ajustan a los intereses de sus electores y por otra parte un buen gobierno debe asesorarse bien si quiere llevar adelante planes realistas.