martes, 13 de abril de 2021

HAY QUE CONOCER MÁS A CHINA Y AL PUEBLO CHINO O EL FUTURO INMEDIATO NOS SORPRENDERÁ (II)

Nota: La primera parte del artículo puede leerla “aquí”

El collar de perlas vigilado?

Antonio Sánchez Rodríguez

13 de abril de 2021

Globalización y crisis enlazadas 2008 y 2019:

Habiéndose ‘globalizado’ el virus, todos los países sabían que el empuje del capitalismo hacia la Globalización produciría grandes desequilibrios. También China con la introducción del capitalismo se vio inmersa en ellos. Los desequilibrios se mostraron, como era previsible, mediante tres efectos provocados por dicho proceso:

  •        Agravamiento del hacinamiento urbano
  •        Descontrol de las Cadenas de Valor Globales (CVG) (de las que hablamos en el artículo sobre la banca).
  •       Y el déficit del tratamiento en la manipulación-industrialización de los alimentos

China, en su creciente desarrollo, ya tomó nota de dichos desequilibrios en una primera experiencia con la crisis del 2008, y por ello no sólo ha tenido reacciones inmediatas de éxito, sino que a los ocho meses de la aparición de la pandemia, inició una clara recuperación económica -aunque con tasas de crecimiento inferiores a su promedio-. Cosa que, en esas mismas fechas, no logró el resto de países que continuaban en recesión.

China se vio obligada a revisar su estrategia económica en aquel momento de crisis mundial del 2008 y la inmediata gran recesión del 2009 y años sucesivos, porque en dicha situación países como por ejemplo los EE.UU. o Europa frenaron la adquisición de los excedentes chinos -hemos de recordar el ‘mea culpa’ de Merkel por haber dejado y utilizado a China como taller del mundo –realmente lo hizo dirigiéndose a sus empresas multinacionales- esas que obtuvieron enormes beneficios con los productos manufacturados en China adquiridos a bajo precio, pero comercializados a precio ‘occidental’ en sus países o en terceros.

Evidentemente esta posibilidad de enriquecimiento fácil era una oportunidad, insoslayable y deseada que ponía en manos del capital ‘la globalización’, y este no puso frenos ni límites a la adaptación del sistema productivo global (CVG): deslocalizando la industria a costa de la propia y con ello generando una gran dependencia del mercado chino. Ahora Merkel y otros dignatarios se ven obligados a tomar posturas más proteccionistas y ‘soberanas’ con tendencia a recuperar las industrias locales abandonadas. Una vez más se demuestra que el neoliberalismo no tiene un objetivo previsto, más allá de su beneficio.

En aquel momento, China intentó mantener su expansión y cubrir su sobreproducción más en su mercado interno, con ello el distanciamiento chino del mercado mundial se quedaba a medio camino de lo deseado. Por otro lado la rentabilidad que aportaba la exportación no se logró en ese viraje hacia el consumo interno. Pese a todo no hubo caída en la economía China, en parte por el control que ejerce el Estado a todo ese circuito económico -globalización incluida- y que evitó fugas de capital que en cambio sufrieron otros países periféricos.

Del mismo modo hay que resaltar que hasta ese momento, prácticamente todas las relaciones comerciales con otros países eran bilaterales, pero a partir de la recesión mencionada de 2009 y los tenues resultados en la combinación mercado mundial en recesión y la potencia de su mercado interno, la alternativa elegida por Xi Jinping fue apostar por un Mercado Mundial más enfocado a la multilateralidad y la cooperación. Esa decisión ya no era únicamente un enfoque comercial simple, era la recuperación de “La Nueva Ruta de la Seda” u otras denominaciones aplicadas a ese objetivo de impensable montante económico de inversión que necesitaban, se puede decir, todos los países que la ruta conectaba: Asia, África y Europa.

En la siguiente tabla se muestran algunos proyectos propuestos por China. Algunos se iniciaron con esa intencionalidad de multilateralidad en fechas previas a la crisis del 2008, en zonas muy concretas, con países de economías emergentes y otros muy vinculados a potencias occidentales. Son destacables los dos últimos por la participación de países que han sufrido presiones de EE.UU. para que no los firmaran.


Los datos de fuente propia, sobre las fechas puede haber discrepancias en tanto unos establecen las del acuerdo, otras la entrada en vigor, teniendo en cuenta que algunos de ellos han tardado prácticamente una decena de años en las negociaciones.

Evidentemente en los planes de ‘Occidente’ no encaja el magno proyecto chino de “La Nueva Ruta de la Seda” del que unos comentan sus ‘suspicacias’ y otros lo apoyan. Estas contradicciones surgieron sobre todo en el potente mundo empresarial que se dividió entre: ‘nacionalistas o soberanistas’ como por ejemplo el Trumpismo aumentando el proteccionismo, subiendo aranceles, abriendo una guerra comercial, etc. y ‘globalistas’ encabezados por las grandes empresas tecnológicas y otras multinacionales cuyo ámbito, ya no puede ser sólo su país, estas ya no conciben que el mundo se empequeñezca ante sus potenciales sistemas de negocios en los que distancias, tiempo y relaciones comerciales son inmediatas.

China no parece frenarse mucho por las posiciones de Occidente ante el proyecto y además el convencimiento de China en la bondad del proyecto le hace crear un banco específico e invita a todos los Estados a participar en él. De tal manera que en el 2009 Xi Jinping presenta El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), en el 2013 se inicia su implantación y funciona desde el 2016, a estas fechas tiene 103 Estados miembros y está capitalizado en 100.000 millones de dólares. No sé si al FMI y al Banco Mundial les ha entusiasmado la idea.

‘Suspicacias’ de algunos Estados y ‘algo más’ sobre La Nueva Ruta de la Seda:

No nos entretendremos mucho en los orígenes de las ‘suspicacias’ pero la imagen de cabecera demuestra buenas dosis de cinismo de algunos, porque sus comportamientos vienen de lejos y muy motivados por el claro deseo de un control global muy centrado, no sólo, en el campo energético: petróleo y gas; sino también del comercio de bienes y materias primas, así como de los países tanto demandantes, como productores e incluso el control de los ‘países-caminos’ por donde se distribuye todo tipo de mercancía. Occidente no se ha puesto frenos para conseguirlo desde hace mucho tiempo, digamos que desde su etapa colonialista, de manera que sus actuaciones y participación en las últimas y diferentes guerras en Eurasia (zona que tratamos) sustentadas en argumentos de apoyo a la libertad y la democracia, con el paso del tiempo, se puede observar que parecen ser otras las razones y sus objetivos finales.

Respecto a Eurasia he de comentar que: primero británicos y luego estadounidenses tenían clara la existencia del territorio definido como “corazón del mundo”, con todos los recursos y riquezas energéticas, con la masa de tierra y población mayor del planeta. Sobre esta zona es famosa la frase del geógrafo Mackinder (reputado estratega global occidental) que dijo: “Quien rija el Este de Europa comandará el Heartland. Quien rija en el Heartland comandará la “Isla del Mundo” (Eurasia). Quien rija en la Isla del Mundo comandará el Mundo”. 

Eurasia

Los antecedentes para las suspicacias eran evidentes respecto a países con sistemas socialistas, no hay que alejarse mucho en el tiempo, podríamos comenzar en la última decena del siglo XX con un ‘Occidente’ cuyo foco estaba puesto en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), a la que venció y se materializó con la caída del muro de Berlín en 1989 y la inmediata disolución de las quince repúblicas soviéticas entre marzo de 1990 y diciembre de 1991. Prosigue con la desestabilización de países de la Europa del Este en los 90, países con cierta fragilidad por sus nacionalismos internos y con conflictos étnicos-religiosos en los que era fácil hacer resurgir sus diferencias y convertirlos en Estados fallidos y controlables como Yugoeslavia (guerra 1991-2001), otros a las puertas de Rusia como Ucrania y la península de Crimea, en el mar Negro donde se concentra la flota rusa y desde donde tenía la única salida al Mediterráneo era el siguiente bastión (2014), pero también Ucrania abría un paso por encima del Mar Negro y el Caspio hacia el Asia Central que conectaba con la ruta más al norte de la ruta de la seda, pero esta senda se tornó complicada, porque la reacción de la ya Federación Rusa fue rápida y porque detrás del mar Caspio tenemos el Asia central compuesta por cinco repúblicas ex-soviéticas, que no acababan de perder sus buenas relaciones con Rusia, y ahí se atascó la cosa… -de momento-, porque ¡Ojo! a las declaraciones de Biden el 25 de marzo de de 2021:

"China no se convertirá en el líder mundial mientras yo sea presidente".

El objetivo de ‘Occidente’ se duplica: Rusia primero y después China. A estas fechas  Occidente no tiene certezas de que esa sea la prioridad dado el avance logarítmico en multitud de sectores de China.

Otro foco, era el camino por debajo del Caspio hasta China lleno de oleoductos, pero que ya lo tenían parcialmente abierto: desde Turquía -perteneciente a la OTAN desde 1952- hasta Afganistán que siendo República Democrática de inspiración comunista desde 1978, tuvo luchas continuas a veces con ayudas rusas hasta 1987, a veces con americanas hasta 1991 y una guerra civil desde 1992 hasta 1996, pero todos sabemos que no ha terminado…, de momento aparentemente controlada por Occidente.

Países-caminos

Dicha ‘calle’ –la de abajo- hasta China estaba ocupada en este orden: Turquía, Siria, Irak, Irán y Afganistán. Teniendo los extremos controlados, le tocaba la hora de ser tomado el centro: Irak, con el objetivo de romper posibles contactos Siria-Irán, de tal manera que en el 2003 Irak, con el supuesto argumento de ‘almacenar armas de destrucción masiva’, fue tomada.

Entre las aisladas Irán y Siria era fácil decidir el momento de atacarlas por posición geográfica, situación política, nivel de desarrollo, o número de habitantes… Todas las papeletas las tenía Siria, totalmente rodeada de amigos de los occidentales y con cerca de 21 millón de habitantes; mientras que Irán –República islámica desde 1979- estaba más asentada políticamente, con 75 millones de habitantes y un superior nivel de desarrollo. Con las revueltas árabes el 2011 fue el momento de atacar Siria, aunque lo cierto es que no ha sido vencida, y no lo ha sido por la participación rusa, algunos saben que perder Siria, sería perder su puerto en el Mediterráneo. No deja de ser curioso que el pasado 25 de febrero de 2021 (Hace tan sólo unos días) Biden ataca el este de Siria y ¡ojo! Con el siguiente mensaje a IRÁN:

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, subrayó este viernes en rueda de prensa que Biden envía con esta acción (25 febrero 2021) a Teherán el “mensaje inequívoco” de que siempre actuará para “proteger” a los estadounidenses.


El futuro inmediato ya es presente…