martes, 5 de noviembre de 2024

NO SÓLO SE TRATA DE LA CANTIDAD DEL PRESUPUESTO, HAY QUE VER ADÓNDE SE DESTINA Y CUÁL ES EL MODELO QUE SE INCENTIVA


Sebastián Martín Recio. Médico. Portavoz Marea Blanca en Sevilla. Miembro de la Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas

5 de noviembre de 2024

 

En estos días estamos asistiendo a un escenario propagandístico en torno a los presupuestos de la Junta de Andalucía para el 2025. Y de manera muy especial los presupuestos dedicados a Sanidad: más de quince mil millones de euros, 1.000 millones más que en el 2024.

Vuelve a repetirse la misma cantinela: “Estamos ante el presupuesto más grande de la historia”, lo cual es relativo pues seguimos a la cola en España del gasto sanitario por habitante y en otros indicadores de calidad asistencial. También se decía ante presupuestos anteriores: “la sanidad con este presupuesto va a mejorar ostensiblemente”.

Pasado un año, la situación ha empeorado. En el vídeo que se adjunta (1) aparecen unas declaraciones el 29 de abril de 2023 en una manifestación de toda la Sierra Sur en Osuna (un mes antes de las elecciones municipales de mayo de 2023), en el que se refiere la situación que atravesaban entonces los servicios sanitarios públicos. Ya pueden comprobar que nada ha cambiado, si acaso han empeorado.

¿POR QUÉ NO MEJORA LA SANIDAD PÚBLICA A PESAR DE ESOS FANTÁSTICOS PRESUPUESTOS?

Ahora dice Moreno Bonilla, como extrañado, que no comprende cómo con el esfuerzo realizado no se solucionan los problemas ni de listas de espera ni de la atención primaria… ¿Qué ocurre? Pues ocurre que no sólo se trata de la cantidad presupuestada inicialmente, sino de varias cuestiones vinculadas a ella: En primer lugar, si la cantidad presupuestada luego se gasta totalmente, porque ha habido años con sobrantes de dinero sin gastar (para el 2025 ya calculan que sobrarán 5.000 M€, lo veremos). En segundo lugar, y más importante aún: en qué se gasta, qué finalidad concreta tienen. Y distinguir claramente lo que es la cantidad que va a reforzar la sanidad pública y la cantidad que transferida a través de los conciertos y otros mecanismos de contrataciones acaba finalmente en los negocios de la sanidad privada.

Esa es la gran diferencia. Pues bien: ¿por qué no mejora la sanidad pública andaluza a pesar de las ingentes cantidades que estos presupuestos presentan? Pues realmente no mejoran porque gran parte van dirigidas a la sanidad privada. Ocurre entonces que la sanidad pública se empobrece porque transfiere grandes cantidades a la sanidad privada (actualmente más del 35 % del gasto sanitario total es gasto sanitario privado). Todo esto provoca un empobrecimiento de la sanidad pública y un enriquecimiento de la sanidad privada. Al empobrecerse, la sanidad pública pierde calidad asistencial, no invierte lo suficiente en sus propias infraestructuras, en sus propios equipamientos diagnósticos, en su personal o en el aumento de sus plantillas… Ello conlleva una progresiva dependencia de la sanidad privada que ha ido, eso sí, aumentando su capacidad asistencial, sobre todo orientada a los aspectos, a los ámbitos diagnósticos y a las patologías menos problemáticas, menos costosas (por eso se desprenden de enfermos pluripatológicos, crónicos con enfermedades oncológicas, cardiovasculares o neurológicas…).

La política del PP es, pues, un absurdo. Pretender mejorar la atención sanitaria de los servicios sanitarios públicos con dinero transferido a los servicios sanitarios privados, es un contrasentido. Salvo que, en realidad, se pretenda algo de mayor alcance: cambiar el modelo sanitario actual.

EL CAMBIO DEL MODELO SANITARIO

Si miramos con perspectiva toda la problemática de los servicios sanitarios públicos, igual que sucede con el sistema educativo público, estamos asistiendo en realidad a una reconversión en toda regla. Una reconversión sanitaria que nos lleva a un cambio del modelo de servicios sanitarios.

En 1986, la apuesta de la Ley General de Sanidad aprobada era una sanidad pública, universal, de calidad y gratuita en el momento de la asistencia recibida, financiada con los impuestos de toda la sociedad. En España, afortunadamente, se abandonó el modelo de seguridad social por cotizaciones como vía de derecho al acceso al servicio sanitario público; progresivamente los padrones de pobres y de beneficencia desaparecieron en aras de una equidad que contemplaba a todas las personas con el mismo derecho, ese era el objetivo.

Pero muy pronto comenzaron las cautelas con el gasto sanitario. El “Informe Abril Martorell” planteaba ya el copago; leyes y normativas permitían la gestión privada de recursos públicos… Luego vino la crisis inmobiliaria con una burbuja financiera que fue afrontada con dinero público y con grandes recortes en los servicios, en este caso sanitarios… Desde esos tiempos hasta ahora van ya 19.000 M€ los que se computan como un “agujero” o “deuda histórica” con la sanidad pública por los sucesivos recortes que lógicamente provocaron pérdida de plantillas, de calidad asistencial, aumentos de las listas de espera, etc… Apareció la llamada “colaboración público privada” como propuesta que sugería que, antes las deficiencias del sistema público, la sanidad privada, previo conciertos o contrataciones, se haría cargo de algunos aspectos asistenciales. Pero esa “colaboración” en realidad era un proceso “parasitario” de crecimiento económico y de beneficios de las empresas sanitarias privadas -ya en manos de multinacionales- que realmente están interesadas en otro modelo sanitario. En lo cual el PP está de acuerdo y facilita con todas las consecuencias…

Un modelo “mixto” o “dual” que se va perfilando con una sanidad pública deteriorada, colapsada, empobrecida, y una sanidad privada emergente, marcando agenda y estrategias y prioridades a los gobiernos de turno. La sanidad pública habrá de hacerse cargo de atender a toda la población, con una atención primaria precarizada, y especialmente habrá de asistir a todas las personas más vulnerables, mayores de 65 años, con enfermedades crónicas de riesgo, pluripatológicos, oncológicos, cardiovasculares, neurológicos, osteoarticulares, etc., que a la sanidad privada les resulte muy costoso o no rentables. Así, la sanidad pública, con menos presupuesto real –por transferirse parte del presupuesto público a empresas privadas de la sanidad- verá aumentada su mortalidad, tal y como ha demostrado un estudio reciente publicado en The Lancet (2)…

LA GRAN BATALLA SOCIAL Y CULTURAL DE LAS MAREAS BLANCAS

Y en esa estamos. Una batalla desigual en la que los grandes poderes económicos y mediáticos, junto a la derecha política, están apostando claramente por ese cambio de modelo en esta coyuntura política, que calculan en una o dos legislaturas en manos de las derechas del Estado y de las CCAA. Con una población en gran medida alienada, ajena a sus propios intereses y a su futuro, con gran desafección por la política y por lo público, presa fácil del discurso de la inmediatez, de las salidas individuales, de la competitividad y del consumismo más superficial.

Frente a ello las Mareas Blancas se han propuesto una estrategia de comunicación basada en el conocimiento de los problemas y sus causas cercanas y profundas, una toma de conciencia colectiva, comunitaria, sobre la importancia de lo público, de lo común, en todos los aspectos. Una dinámica de alianzas transversales, con participación real de las fuerzas políticas, sindicales, sociales y culturales. Una organización muy participada, muy descentralizada, con cientos de Mareas como asambleas autónomas en municipios y barrios inmersas en la pluralidad y la diversidad social, cultural y política, con una reivindicación común: la defensa de la sanidad pública. Y una movilización permanente que genere una conciencia de la necesidad de una transformación en este estado de cosas y, en consecuencia, un cambio político auspiciado por los movimientos sociales según estos parámetros, que permitan también un cambio de cultura política en los partidos y en la sociedad en su conjunto.

 

NOTAS:

(1)   Enlace vídeo:

https://www.ateneorepublicanodeandalucia.es/2024/11/manifestacion-marea-blanca-17-nov-2024.html

(2) Un estudio de la Universidad de Oxford relaciona el aumento de la mortalidad con la privatización de la sanidad pública:

https://www.publico.es/sociedad/estudio-universidad-oxford-relaciona-aumento-mortalidad-privatizacion-sanidad-publica.html