martes, 11 de septiembre de 2018

UN TERCIO DE TODOS LOS DATOS DEL MUNDO ESTÁN EN LOS ESTADOS (I)



El volumen de datos que controlan los estados es de unos 4,3 ZB, para tener una imagen gráfica bastaría con convertir en letras la Información guardada (imágenes, texto, etc.), pasarlas a libros y con ellos formaríamos unas 3.900 pilas de libros desde la tierra al sol. Estos datos se duplican cada dos años y medio. (1)
La peculiaridad de estos datos reside en su carácter eminentemente socio-político. 



Antonio Sánchez Rodríguez

11 de septiembre de 2018

Con los artículos anteriormente publicados parecía que sólo existían datos personales en las redes sociales y empresas privadas. Con este artículo saltamos, al mundo oficial.

Sobre el ámbito Privado:

Sólo añadir un apunte de lo dicho respecto a las redes sociales y su supuesta gratuidad porque otros gigantes tecnológicos pueden ser carísimos y otros, algo más baratos en principio, pueden desviar nuestras vidas hacia la incertidumbre.

Las de comercio electrónico, como Amazon, Ebay, Alibaba, etc. digamos que ‘baratas’, pero que parecen conseguir sus precios en parte por sus duras posiciones con sus trabajadores… véase la huelga de Amazon de hace apenas dos meses en su centro de distribución madrileño y también tendrá que ver los precios que 'negocien' con sus proveedores. Hay una cosa cierta y es que con estos sistemas de 'intermediario globalizado' el comercio minorista peligra, del mismo modo cambian las relaciones comerciales y todo ello sin saber dónde está su límite de concentración de distribución de productos (Monopolio) y que ocurriría si su sistema se viene abajo. Ojo, también pueden hacer negocio utilizando los datos de sus clientes o comportándose como bancos adelantando dinero a sus fabricantes o proveedores y así se extenderán en la diversidad de negocios como un auténtico virus.

Y cómo olvidar las proveedoras de acceso a Internet, de telefonía fija y móvil Como Movistar y su empresa especializada en datos “Smart Steps”, Jazztel, Vodafone, Yoigo, Orange, etc. porque estas sí que cobran una altísima cuota mensual y además de los metadatos disponen de los contractuales exigidos, entre los que aparece nuestra muy cotizada ubicación geográfica de cada momento (el eje “Z”, le llaman), entre otros como nombre y apellidos, género, etc. En este caso concreto no parece muy clara la voluntariedad de los usuarios de ofrecer sus datos para posteriores negocios, en tanto que no participa del beneficio cuando realmente es la ‘materia prima’ con la que se termina comercializando.

La sociedad ante el trasiego de los datos, sus derechos y el futuro:

No hay duda, la sociedad ya se ha percatado que sus datos y metadatos están almacenados sólo por el hecho de estar hiperconectados. Ya saben que se negocia con ellos, saben de su vulnerabilidad y desprotección porque, según diferentes noticias, pueden ser robados, modificados e incluso utilizados para el control perverso de la ciudadanía. Pero esta sociedad actual líquida y ‘tolerante’, ante todas esas noticias no parece haberse inquietado en exceso y parece no importarle que se vulneren sus derechos fundamentales de Intimidad y Privacidad y lo asumen felizmente vigilados simplemente como ‘el precio’ a pagar por los servicios que utilizan ‘supuestamente gratuitos’ por su hiperconexión y en otros casos aún pagando.

Aunque no sólo los derechos mencionados son los que están en juego, sino que se constata que los más transcendentales objetivos históricos de Equidad, Igualdad, Libertad, Justicia, etc. están caminando hacia lo desconocido con el uso de unas tecnologías desreguladas y descontroladas cuyos movimientos de avance se realizan por un capitalismo neoliberal y sus multinacionales en función de un crecimiento continuo y alocado sin más proyectos que el negocio en sí mismo y el beneficio.

En el ámbito de las Administraciones Públicas (AAPP):

Entrar en este ámbito de los datos de los estados y de sus instituciones supone algo complejo pero no olvidemos que en todo el desarrollo tecnológico han sido las TIC (Datos, Información y Comunicaciones) el núcleo fundamental del mismo. Por lo demás es en este ámbito donde existe una responsabilidad concreta porque es el Estado, y sólo él, el responsable político de establecer una agenda socio-política con un objetivo de país en el que todo tipo de avance tecnológico apunte hacia una sociedad global más justa en todos sus sectores.

Lo cierto es que la utilización de DATOS –incluidos los de las AAPP- junto a las nuevas tecnologías, presenta una gran contradicción entre los productos, servicios, relaciones comerciales y laborales que el capital ofrece –sacados al retorcer perfiles en las redes- y los que realmente la sociedad necesita.

Por otra parte, cada vez es mayor la incertidumbre del futuro porque éste depende de la opción política del momento. Todo ello por no existir un objetivo claro y por ende una normativa estricta y exigente, así como un contrapoder fuerte de la mayoría social que marque con claridad el marco legal y las sanciones económicas, penales y políticas de los que incumplan los objetivos marcados y en concreto, en este caso, el marco de tratamiento de los datos y sus fuentes.

En cualquier caso hay que decir de las AAPP que afortunadamente su existencia evidencia que no todo es negocio, existen maneras de prestar servicios a la población en las que el ánimo de lucro no existe ni parece ser lo esencial, salvo que se abuse de los Entes Instrumentales, Agencias y privatizaciones directas, así como del mestizaje Público-Privado. Los servicios que prestan las AAPP generan empleo y riquezas, considerados como beneficio social totalmente distribuido sin discriminación a toda la ciudadanía. Favorecen la salud, la formación y al tiempo la inteligencia y el conocimiento, materias primas tan importante o más que las sacadas a la naturaleza. Toda una gran inversión social y de futuro que en su proceso productivo permite a su vez su propio sostenimiento.

Pero centrándonos en sus datos e información hay que reconocer que en estos procesos existen efectos colaterales que veremos seguidamente. En esta tarea de las AAPP los ciudadanos desde que nacen hasta que mueren van dejando su vida en registros administrativos de todo su quehacer… tanto en la administración sanitaria como en la escolar y universitaria; en el censo dejará su movilidad y en el registro civil dejará su relación familiar; en la de justicia sus errores si los tuvo, y en la de Hacienda beneficios empresariales, patrimonio, impuestos de IVA y de sociedades, así como los trabajadores dejarán constancia de sus salarios y su contribución en los impuestos, igualmente quedarán registradas sus propiedades mobiliarias e inmobiliarias, vehículos, etc. en la Seguridad Social quedarán las cotizaciones directas aplicadas a la nómina o las sacadas del salario y aportadas directamente por las empresas, también su vida laboral, sus períodos de paro y de angustia –si bien creo que esta última no se mide porque no han creado aún los indicadores adecuados-, etc., etc. En cuanto a nuestra tendencia sexual existen registros específicos de enfermos de sida y de otras enfermedades contagiosas. En ‘román paladino’ esto ya no son metadatos, sino información pura y directa y por tanto es ‘harina de otro costal’.

Todos esos datos sin distinción son ‘objeto de deseo’. Por ellos, se puja desde hace años. En febrero de 2010, la Comisión de Estadística de Naciones Unidas convino en fijar el 20 de octubre de 2010 como fecha conmemorativa del primer Día Mundial de la Estadística y lo dedicó a las Estadísticas Oficiales, donde ya se reclamaba el acceso a los registros públicos. Ver aquí artículo de El País del 17 de octubre de 2018

Transparencia total de datos, ¡Todos los datos abiertos! y que cada ciudadano,  empresa o institución tenga la posibilidad de sacarle el producto más ventajoso… El riesgo de esto lo ejemplarizó Margaret Thatcher cuando dijo que todo inglés podría ser ‘realmente’ dueño del estado si adquiría acciones de la venta de los bienes públicos. Algunos comprarían una acción, otros ninguna, pero otros compraron millones, ¿Quiénes serán los que realmente exploten las grandes bases de datos públicos? ¿Y con qué objetivos?

Unos dirán que los quieren para investigación, otros para mejorar los servicios, otros denominados emprendedores paran crear empleo y las grandes empresas dirán que para nuevas inversiones que aumentarán el PIB y el poder político para conocer a su pueblo y ofrecer soluciones a sus deseos de felicidad y bienestar. Pero en realidad ¿Qué nos queda por guardar a la gran mayoría de los ciudadanos? Y ¿Quiénes son a los que no hay manera de acceder a sus datos?. Porque de un buen número de personajes y empresas no se sabe más que aquello que ellos desean que se sepa. Un ejemplo: Aún teniendo el Estado una larga lista de defraudadores está negando su publicación y si es necesario se rechazan las comisiones de investigación parlamentarias si detrás hay personajes “especiales”, en otros ámbitos sociales sí se puede ser más laso y tolerante.

Continuará el próximo viernes con una II parte. 

Notas:


(1) Un ZetaByte equivale a mil trillones de bytes. En cuanto al volumen y su evolución son datos extrapolados de los calculados por Martín Hilbert al principio de 2015.