viernes, 1 de junio de 2018

¿La discusión en Podemos ha sido sobre la compra de una casa?

Miguel Toro

1 de junio de 2018

Estamos en junio de 2018. En los últimos días ha habido un gran revuelo mediático alrededor de la compra de una casa en Galapagar (Madrid), valorada en unos 600.000 euros lo que supone una hipoteca de 540.000 durante 30 años. Como resultado, si el Euribor se mantiene, la cuota mensual aproximada ascenderá a unos 1.860 euros al mes el primer año y 1.755 los restantes. Ante el revuelo mediático Pablo Iglesias e Irene Montero decidieron consultar a las bases su continuidad como líderes del partido con el compromiso de dimitir si hubieran perdido la consulta. Los resultados de la misma ya fueron publicados. Estos son los datos.

Frente a ellos ha habido un conjunto muy amplio de opiniones. Hay sectores mediáticos, claramente en la oposición al partido morado, que opinan que la hipoteca de Pablo Iglesias e Irene Montero es propia de la casta, no del español medio. Otros, del mismo signo político, denuncian la incoherencia de Iglesias, que no hace mucho criticaba a políticos como Luis de Guindos por realizar operaciones inmobiliarias similares a la suya.

Otros sectores dentro de la corriente de Podemos, como el alcalde Cádiz, opinan: "No quiero dejar de vivir en un piso de currante. Ya es bastante privilegio vivir en La Viña, en Cádiz, y con Teresa Rodríguez". Y que el código ético de la formación "no es una formalidad, es el compromiso de vivir con la gente corriente". Supone, según él, "renunciar a privilegios como el exceso de sueldo". Otros, en la misma corriente, han declarado que la compra de la casa “denota cierta mentalidad pequeñoburguesa que no cuadra con los principios fundacionales” del partido. Para el secretario de Comunicación de Podemos Andalucía, la compra de la casa afecta al relato de "la gente frente a la casta" y deben ser las bases las que tienen que "dar la respuesta" a la dimisión o continuidad de Pablo Iglesias e Irene Montero.

Evidentemente el primer bloque de opiniones, los de los opositores de Podemos, los que lo ven como una amenaza, están haciendo su trabajo: erosionar la imagen de Podemos, intentar restarle toda la fuerza política posible. Es lo normal, lo esperable, que los adversarios políticos lo intenten. Por ello no me detendré en comentar estas opiniones.

Quiero analizar, más bien, el segundo bloque de opiniones. Las de dentro de las corrientes de Podemos. Para ponerlas en contexto hemos recordar que, en Podemos, el código deontológico limita las percepciones de un parlamentario a 3 veces el Salario Mínimo interprofesional (SMI) y se puede ampliar en 0.5 SMI por hijo hasta el límite de dos. Además, pueden cobrar unas cantidades limitadas en dietas. Hay que tener en cuenta que en el año 2018 el SMI es de 14 pagas de 735,90€.  Un total de 10.302,60€. El código deontológico, por lo tanto, limita las percepciones a 14 pagas de 2207,7. Un total de 30907,8 euros al año.

Para completar el escenario es conveniente tener una respuesta a la pregunta: ¿Los parlamentarios deben tener dedicación exclusiva, es decir deben limitarse las actividades privadas de diputados? O, dicho de otro modo: ¿Se debe permitir que los parlamentarios cobren por otras actividades al margen del escaño?

Empezaré por dar mi opinión a la última pregunta. Estoy convencido, como lo han pedido algunos partidos, que la labor de los diputados es muy importante, por ello deben tener dedicación exclusiva, lo que implica no percibir remuneración al margen del escaño. Claramente se podría aceptar la precepción de una cantidad limitada siempre que esté relacionada a actividades ligadas con la actividad política del parlamentario. Sin embargo, la mayoría parlamentaria no apoya, por ahora, estas ideas. En este debate el PSOE ha estado a favor de la dedicación exclusiva y PP, Unidos Podemos y Ciudadanos en contra. En 2015 el 53% de los parlamentarios tenía dedicaciones privadas adicionales y la transparencia sobre estas actividades, y los ingresos relacionados, es muy escasa. Creo que establecer en el código ético el límite de salario y al mismo tiempo permitir ingresos por actividades ajenas a la actividad parlamentaria, como ocurre en el caso de Pablo Iglesias, es, además de una pérdida de transparencia, un fraude.

¿Pero se está discutiendo de la compra de una casa o de que se está discutiendo en Podemos?

En Podemos, como hemos dicho, el código deontológico limita los ingresos a 2207,7 mensuales (un total de 30907,8 euros al año). Eso asumiendo que los parlamentarios no tienen ingresos extras por actividades no parlamentarias.

Con estas cantidades, ¿qué tipo de partido se quiere? ¿Es el partido que se necesita para cambiar las cosas? Yo creo que no. La primera razón es que se dificulta mucho que profesionales reconocidos entre sus iguales, que en la mayor parte de los casos han conseguido con su trabajo unos ingresos superiores, ocupen una plaza en las listas de este partido. Esto suponiendo que no aceptamos la trampa de permitir ingresos por actividades no parlamentarias. Con esas limitaciones se está diseñando un partido cuyos representantes en las instituciones son mayoritariamente personas en paro o con un bajo nivel salarial y que, por esa razón, por no tener ingresos anteriores a la actividad política, intentarán dedicarse profesionalmente a ella. Esto, como hemos comentado en otras entradas de este blog, es una de las fuentes de la corrupción. No creo que sea el tipo de partido necesario para cambiar las cosas. El PSOE andaluz es un ejemplo, en otra escala, de hacia dónde conducen las decisiones de formar un partido con personas que mayoritariamente se agarran a sus ingresos por la actividad política porque no tienen actividad privada comparable a la que volver.

Frente a ello creo que hace falta un partido que sea capaz de atraer a las instituciones a buenos profesionales, además de a activistas políticos, en las filas de los partidos del cambio. A buenos profesionales que busquen las mejores soluciones en beneficio de la mayoría social. En definitiva, atraer a personas que asumen que van a estar de forma transitoria en la actividad política y posteriormente volverán a su actividad profesional. Además de objetivos políticos progresistas hace falta asegurar que los ingresos sean, mientras se está en la actividad política, similares a los conseguidos mediante la actividad profesional previa. Relacionado con esos ingresos será posible que parlamentarios de los partidos progresistas tengan unos u otros inmuebles o inversiones.

Hay un segundo elemento que quiero comentar: ¿Es adecuado que ante una campaña mediática como la habida sobre la compra de la casa los dirigentes de Podemos se inhiban y trasladen la responsabilidad de la decisión sobre su continuidad a las bases? La idoneidad de la decisión ha sido aclamada por muchas voces dentro de Podemos. Se entiende, para muchos dentro de las corrientes de Podemos, que las decisiones las deben tomar las bases y que por lo tanto la misión de los dirigentes es plantear consultas, esperar su resultado, y luego actuar en consecuencia. ¿Es ese el modelo de partido y de dirigentes que queremos para los partidos del cambio? Para muchos, dentro de Podemos, parece que sí.

Yo no creo que sea el tipo de partido que necesitamos. Estoy convencido, además, que esta consulta a las bases, con las consecuencias que podría haber tenido descabezando un partido que ha costado tanto construir, ha sido especialmente irresponsable.

Empecemos por lo primero. Creo que, tras un congreso, como Vistalegre II, los dirigentes elegidos tienen que actuar como tales. Tienen que tomar decisiones y hacerse responsables de sus consecuencias. No pueden escudarse en que las bases dijeron. Si fuera así, para que los queremos. Pero los dirigentes, las caras visibles de los partidos, son muy importantes y es clave que asuman su papel o dimitan. No pueden delegar las decisiones que no quieren tomar. Las consultas a las bases se tienen que hacer sobre temas relevantes de interés para una mayoría, con tiempo, con propuestas escritas sobre las que debatir, con personas concretas que las avalen, que pongan cara, a cada una de las alternativas.

Ahora lo segundo. Decidir convocar esta consulta, sobre el tema consultado, en unos momentos en que el partido en el gobierno ha sido condenado por corrupción, en unos momentos en que el PSOE presenta una moción de censura para quitar del gobierno al PP, en que es necesario apoyar esa moción de censura, en unos momentos en que pueden convocarse unas elecciones, es una irresponsabilidad. Es pensar que da igual que Podemos pueda ser descabezado en estos momentos. Eso es una irresponsabilidad. Hay demasiadas expectativas puestas en Podemos para jugar con ellas. Es jugar con fuego.

No se estaba discutiendo de la compra de la casa. Se estaba discutiendo sobre el modelo del partido del cambio y en esta discusión sí que hay posturas muy diferentes.