1 de junio de 2018
Estamos
en junio de 2018. En los últimos días ha habido un gran revuelo mediático
alrededor de la compra de una casa en Galapagar (Madrid),
valorada en unos 600.000 euros lo que supone una hipoteca de 540.000 durante 30
años. Como resultado, si el Euribor se mantiene, la cuota mensual aproximada ascenderá
a unos 1.860 euros al mes el primer año y 1.755 los restantes. Ante el revuelo
mediático Pablo Iglesias e Irene Montero decidieron consultar a las bases su
continuidad como líderes del partido con el compromiso de dimitir si hubieran
perdido la consulta. Los resultados de la misma ya fueron publicados. Estos son
los datos.
Frente
a ellos ha habido un conjunto muy amplio de opiniones. Hay sectores mediáticos,
claramente en la oposición al partido morado, que opinan que la hipoteca de
Pablo Iglesias e Irene Montero es propia de la casta, no del español medio.
Otros, del mismo signo político, denuncian la incoherencia de Iglesias, que no
hace mucho criticaba a políticos como Luis de Guindos por realizar operaciones
inmobiliarias similares a la suya.
Otros
sectores dentro de la corriente de Podemos, como el alcalde Cádiz, opinan: "No
quiero dejar de vivir en un piso de currante. Ya es bastante
privilegio vivir en La Viña, en Cádiz, y con Teresa Rodríguez". Y que el
código ético de la formación "no es una formalidad, es el compromiso de
vivir con la gente corriente". Supone, según él, "renunciar a
privilegios como el exceso de sueldo". Otros, en la misma corriente, han
declarado que la compra de la casa “denota cierta mentalidad pequeñoburguesa
que no cuadra con los principios fundacionales” del partido. Para el secretario
de Comunicación de Podemos Andalucía, la compra de la casa afecta al relato de
"la gente frente a la casta" y deben ser las bases las que tienen que
"dar la respuesta" a la dimisión o continuidad de Pablo Iglesias e
Irene Montero.
Evidentemente
el primer bloque de opiniones, los de los opositores de Podemos, los que lo ven
como una amenaza, están haciendo su trabajo: erosionar la imagen de Podemos,
intentar restarle toda la fuerza política posible. Es lo normal, lo esperable,
que los adversarios políticos lo intenten. Por ello no me detendré en comentar
estas opiniones.
Quiero
analizar, más bien, el segundo bloque de opiniones. Las de dentro de las
corrientes de Podemos. Para ponerlas en contexto hemos recordar que, en
Podemos, el código deontológico limita las percepciones de un parlamentario a 3
veces el Salario Mínimo interprofesional (SMI) y se puede ampliar en 0.5 SMI
por hijo hasta el límite de dos. Además, pueden cobrar unas cantidades
limitadas en dietas. Hay que tener en cuenta que en el año 2018 el SMI es de 14
pagas de 735,90€. Un total de
10.302,60€. El código deontológico, por lo tanto, limita las percepciones a 14
pagas de 2207,7. Un total de 30907,8 euros al año.
Para
completar el escenario es conveniente tener una respuesta a la pregunta: ¿Los
parlamentarios deben tener dedicación exclusiva, es decir deben limitarse las
actividades privadas de diputados? O, dicho de otro modo: ¿Se debe permitir que
los parlamentarios cobren por otras actividades al margen del escaño?
Empezaré
por dar mi opinión a la última pregunta. Estoy convencido, como lo han pedido
algunos partidos, que la labor de los diputados es muy importante, por ello
deben tener dedicación exclusiva, lo que implica no percibir remuneración al
margen del escaño. Claramente se podría aceptar la precepción de una cantidad limitada
siempre que esté relacionada a actividades ligadas con la actividad política
del parlamentario. Sin embargo, la mayoría parlamentaria no apoya, por ahora,
estas ideas. En este debate el PSOE ha estado a favor de la dedicación exclusiva
y PP, Unidos Podemos y Ciudadanos en contra. En 2015 el 53% de los
parlamentarios tenía dedicaciones privadas adicionales y la transparencia sobre
estas actividades, y los ingresos relacionados, es muy escasa. Creo que establecer
en el código ético el límite de salario y al mismo tiempo permitir ingresos por
actividades ajenas a la actividad parlamentaria, como ocurre en el caso de
Pablo Iglesias, es, además de una pérdida de transparencia, un fraude.
¿Pero
se está discutiendo de la compra de una casa o de que se está discutiendo en
Podemos?
En
Podemos, como hemos dicho, el código deontológico limita los ingresos a 2207,7
mensuales (un total de 30907,8 euros al año). Eso asumiendo que los
parlamentarios no tienen ingresos extras por actividades no parlamentarias.
Con
estas cantidades, ¿qué tipo de partido se quiere? ¿Es el partido que se
necesita para cambiar las cosas? Yo creo que no. La primera razón es que se
dificulta mucho que profesionales reconocidos entre sus iguales, que en la
mayor parte de los casos han conseguido con su trabajo unos ingresos superiores,
ocupen una plaza en las listas de este partido. Esto suponiendo que no
aceptamos la trampa de permitir ingresos por actividades no parlamentarias. Con
esas limitaciones se está diseñando un partido cuyos representantes en las
instituciones son mayoritariamente personas en paro o con un bajo nivel
salarial y que, por esa razón, por no tener ingresos anteriores a la actividad
política, intentarán dedicarse profesionalmente a ella. Esto, como hemos
comentado en otras entradas de este blog, es una de las fuentes de la
corrupción. No creo que sea el tipo de partido necesario para cambiar las
cosas. El PSOE andaluz es un ejemplo, en otra escala, de hacia dónde conducen
las decisiones de formar un partido con personas que mayoritariamente se
agarran a sus ingresos por la actividad política porque no tienen actividad
privada comparable a la que volver.
Frente
a ello creo que hace falta un partido que sea capaz de atraer a las
instituciones a buenos profesionales, además de a activistas políticos, en las
filas de los partidos del cambio. A buenos profesionales que busquen las
mejores soluciones en beneficio de la mayoría social. En definitiva, atraer a
personas que asumen que van a estar de forma transitoria en la actividad
política y posteriormente volverán a su actividad profesional. Además de
objetivos políticos progresistas hace falta asegurar que los ingresos sean,
mientras se está en la actividad política, similares a los conseguidos mediante
la actividad profesional previa. Relacionado con esos ingresos será posible que
parlamentarios de los partidos progresistas tengan unos u otros inmuebles o
inversiones.
Hay
un segundo elemento que quiero comentar: ¿Es adecuado que ante una campaña
mediática como la habida sobre la compra de la casa los dirigentes de Podemos
se inhiban y trasladen la responsabilidad de la decisión sobre su continuidad a
las bases? La idoneidad de la decisión ha sido aclamada por muchas voces dentro
de Podemos. Se entiende, para muchos dentro de las corrientes de Podemos, que
las decisiones las deben tomar las bases y que por lo tanto la misión de los
dirigentes es plantear consultas, esperar su resultado, y luego actuar en
consecuencia. ¿Es ese el modelo de partido y de dirigentes que queremos para
los partidos del cambio? Para muchos, dentro de Podemos, parece que sí.
Yo
no creo que sea el tipo de partido que necesitamos. Estoy convencido, además, que
esta consulta a las bases, con las consecuencias que podría haber tenido
descabezando un partido que ha costado tanto construir, ha sido especialmente
irresponsable.
Empecemos
por lo primero. Creo que, tras un congreso, como Vistalegre II, los dirigentes
elegidos tienen que actuar como tales. Tienen que tomar decisiones y hacerse
responsables de sus consecuencias. No pueden escudarse en que las bases
dijeron. Si fuera así, para que los queremos. Pero los dirigentes, las caras
visibles de los partidos, son muy importantes y es clave que asuman su papel o
dimitan. No pueden delegar las decisiones que no quieren tomar. Las consultas a
las bases se tienen que hacer sobre temas relevantes de interés para una
mayoría, con tiempo, con propuestas escritas sobre las que debatir, con
personas concretas que las avalen, que pongan cara, a cada una de las
alternativas.
Ahora
lo segundo. Decidir convocar esta consulta, sobre el tema consultado, en unos
momentos en que el partido en el gobierno ha sido condenado por corrupción, en
unos momentos en que el PSOE presenta una moción de censura para quitar del
gobierno al PP, en que es necesario apoyar esa moción de censura, en unos
momentos en que pueden convocarse unas elecciones, es una irresponsabilidad. Es
pensar que da igual que Podemos pueda ser descabezado en estos momentos. Eso es
una irresponsabilidad. Hay demasiadas expectativas puestas en Podemos para
jugar con ellas. Es jugar con fuego.
No
se estaba discutiendo de la compra de la casa. Se estaba discutiendo sobre el
modelo del partido del cambio y en esta discusión sí que hay posturas muy
diferentes.