Carmen Yuste Aguilar
31 de enero de 2023
Desde el inicio de la legislatura, el actual gobierno de la Junta
estableció que, en el sector de la Educación, la Formación Profesional sería
una de sus prioridades. Tanto es así que el nombre actual de la administración
educativa andaluza es “Consejería de desarrollo educativo y FP”. En Andalucía,
sufrimos un escandaloso déficit de plazas públicas que debería cubrirse con una
oferta pública y gratuita suficiente que además afronte estas enseñanzas, no
solo como mera capacitación laboral, más o menos especializada, sino como una
formación técnica integral.
La Formación Profesional está viviendo un auge espectacular en todo el
Estado y también en Andalucía, donde se da un fuerte desajuste entre una
demanda creciente y una oferta estancada de plazas públicas. Entre el curso
2018-19 y el pasado curso 2021-22, es decir, tan solo en la última legislatura,
el número de estudiantes en ciclos de grado medio o superior de FP en Andalucía
pasó de 123.558 a 173.701, un crecimiento del + 40´3 %. Pero el crecimiento no
ha sido igual en la Educación Pública (+ 36 %) que en la enseñanza privada (+ 50
%). Así, el porcentaje relativo pública-privada en la FP andaluza se está
decantando paulatinamente en beneficio de la enseñanza privada, concertada o
no. Pero si hay un dato que llama la atención es el del rápido y acusado
crecimiento de los ciclos superiores estrictamente privados, que han pasado de
12.077 matrículas a 23.835, lo que supone un crecimiento del 98 %, o lo que es
lo mismo, se ha duplicado en tres cursos.