Miguel Toro
28 de marzo de 2023
Pocas dudas quedan ya de la
evidencia del cambio climático. Ya no es un problema que afecta a “otra gente,
otros países, otras sociedades” ni es un problema a largo plazo. Está
pasando aquí y ahora. Si la tendencia actual continua, ningún país del mundo quedará
a salvo de sus efectos. Y España será uno de los más afectados, con un 80 % de
su territorio en riesgo de desertificación.
Los efectos del cambio
climático tienen un impacto directo sobre todas las personas. Sin embargo, ese
impacto no es igual para todos. Las personas en situaciones más vulnerables,
que son quienes menos contribuyen al cambio climático, son las que más sufren
sus peores consecuencias. Y esto es así porque éste no es un problema
simplemente ambiental o ecológico. Hablamos de un problema de desigualdad
global. Hablamos de la forma en que se consigue y se distribuye la energía, de cómo
se producen los alimentos y cómo se calcula su precio. Hablamos de un sistema
económico que se basa en la concentración en pocas manos de la riqueza y los recursos,
mientras socializa los residuos y los impactos medioambientales.