Calle Santander. Sevilla
Enrique
Cobo
26 de abril de 2022
Hoy nuestro urbanismo se
oculta tras la dispersión de las responsabilidades en cada pueblo o ciudad, que
parece actuar por su cuenta, pero en realidad aquí y ahora tiene un motor común
que da lugar a comportamientos muy similares, quizá porque respondan a un mismo
motor que los mueve y a unos mismos frenos que lo identifican.
En este proceso constructivo
de nuestros espacios, en que lo “grande”, lo importante, ensombrece, oculta y
aplasta lo esencial, vemos cómo lo pequeño, lo cercano, los átomos que nos
permiten ir viviendo nuestra vida, se ocultan tras los diversos humos que nos
rodean.
Desde el catecismo grosero
del autobombo, del chovinismo rampante, lo incontestable, hasta el desprecio
por lo común identificado y querido, estamos destruyendo groseramente los
entornos de la convivencia, tanto espaciales como rituales.