Rafael Valencia
27 de noviembre de 2020
Rafael Valencia Rodríguez (Berlanga, 1952-Sevilla, 2020)
Extractos de su discurso de ingreso en la Real
Academia Sevillana de Buenas Letras, “El aire de Sevilla (los refranes de la Sevilla árabe. A la sombra de
Pascual de Gayangos)” (2010)
SEVILLA
… A Sevilla voy a referirme en esta parte central de mi intervención… Pero no a la historia de la ciudad durante la Alta Edad Media, sino a un aspecto concreto quizás poco conocido, relacionado con el habla de sus habitantes… El paisaje era similar al que hoy disfrutamos. Las personas que lo poblaban, herederas, en proporción que huye a cualquier fórmula matemática, de la antigua Bética y de los usos que traen los conquistadores árabes en ese final del verano del 712. Y no por un afán de interculturalidad, sino dando lugar a una cultura única que a todos amparaba… Una tarde de primavera, hace ya algunos años, charlando con D. Emilio García Gómez en el patio del Hotel Alfonso XIII, terminamos por hablar de la historia sevillana. En un momento determinado D. Emilio me apuntó que el verdadero protagonista de la historia de esta ciudad es el aire de Sevilla. Ese aire en el que cualquier cultura o civilización, con usos que van cambiando con el paso de los siglos, se conserva una base más de una vez milenaria. Ese aire que conquista a cualquiera que se acerca a ella. Ese aire que constituye parte del gran patrimonio de la ciudad, en un todo único con su historia, sus gentes, sus monumentos, el mejor recurso humano, social y económico con el que cuenta Sevilla.
… Las características de la sociedad que la habitaba y de la ciudad en la Alta Edad Media son en principio las mismas que otras urbes localizadas en el país, aquel llamado al-Andalus, o fuera de él. Estamos refiriéndonos a una sociedad tribal tributaria, de norma musulmana, de elaboración árabe, con una actividad económica basada en la agricultura, pero con un gran peso de las labores urbanas, como el comercio, la vida cultural o el gobierno. Todo ello sobre un medio muy urbanizado ya desde antiguo, tendencia que la entrada en el Mundo del Islam va a incrementar. Un Islam que en ese momento supuso una apertura de horizontes para todo el ámbito ibérico. Y esta apertura no fue sólo cultural sino económica. Los dirigentes de la primera Sevilla árabe y los de la etapa anterior creemos que lo vieron.