La guerra y los posicionamientos de los EEUU y la UE de “confrontar” en detrimento de una búsqueda de entendimiento y paz, profundiza la crisis sanitaria y económica que ya vivíamos, en una situación de grave convivencia en todos los órdenes de la vida.
Manuel Armenta
29 de Noviembre de 2022
La invasión militar de Rusia en UCRANIA se transformó en una guerra entre EEUU y RUSIA, a la que EUROPA otorga un apoyo incondicional a través del instrumento de guerra OTAN, olvidando el verdadero PACTO de seguridad Europea, con referencia a los acuerdos de MINSK. EEUU evita su aplicación y Europa, como nunca fue capaz de tener una política exterior y de defensa propias, se convierte en parte de la estrategia estadounidense con todas sus consecuencias.
Y en esta nefasta dirección recordamos la historia de España: que la Constitución de la II República excluía “la guerra como instrumento de la política nacional”, principio que se rompe con el permiso de la Dictadura a EEUU en 1953 para que implantaran sus bases militares en Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla), utilizadas con el gobierno de Aznar en la II guerra contra Irak. Y con el ingreso en la OTAN se acabó definitivamente la NEUTRALIDAD.
Desde la disolución de la URSS y el Pacto de Varsovia a finales del siglo pasado, el principal incentivo de los EEUU y la OTAN fue generar un nuevo rearme mundial que permitiera cercar a Rusia en todos los órdenes de la vida. Doce de esos países se independizaron y se integraron en la OTAN, dejando rearmada a Ucrania fuera de ella para cercarla y provocarla mejor.