Miguel Toro
27 de noviembre de 2018
El próximo 2 de diciembre los andaluces estamos
convocados a votar en las próximas elecciones andaluzas. Muchas cosas han
ocurrido desde las anteriores. Sobre todo, han ocurrido muchas cosas a nivel
del estado y también se vislumbran cambios a nivel europeo. En España el nuevo
gobierno de Pedro Sánchez ha abierto una oportunidad ilusionante. Una oportunidad que
está devolviendo la confianza en la política a muchos sectores progresistas. En
Europa, sin embargo, está aumentando el euroescepticismo. La clásica
socialdemocracia europea está claramente en declive y la correlación de fuerzas
se está haciendo desfavorable para las izquierdas transformadoras. En Andalucía
por otra parte no se vaticinan cambios significativos. Parece que, salvo
cambios menores, las cosas van a seguir de forma parecida. En esta situación:
¿Qué hacer? ¿A quién votar?
Muchos
sectores, incluso algunos sectores progresistas, creen, y defienden
encarecidamente, que debe apoyarse un cambio de gobierno en Andalucía.
Defienden que debe haber alternancia
política. En definitiva, defienden que Andalucía necesita un gobierno del
PP con Ciudadanos. Creen, incluidos algunos sectores progresistas, que esto
permitiría que, al pasar a la oposición, el PSOE andaluz se regenera. Que se
vería obligado a cambiar el grupo de políticos que llevan en el poder en
Andalucía en todo el tiempo democrático. Es verdad que el PSOE andaluz necesita
regenerarse. Necesita cambiar su discurso y sus objetivos políticos. Necesita,
en definitiva, alinearse con las esperanzas de cambio que se ha abierto el
gobierno del PSOE en Madrid con el apoyo de Podemos. Sin embargo, no lo está
haciendo. Las listas que presentan los socialistas andaluces incluyen solamente
al sector susanista. Han excluido de
forma deliberada a toda la representación del llamado sector pedrista.