Manuel Castañón del Valle
Abogado Ambientalista.
16 de noviembre de 2018
El proceso acelerado
de deterioro ambiental que vive el planeta unido al el avance indiscutible del
Cambio Climático va a originar, si no se emprenden medidas contundentes y
globales, consecuencias catastróficas para los seres humanos y todos los seres
que habitan el planeta.
Hoy por hoy ya no
basta con las actuales leyes de protección del medio ambiente. Debemos innovar
y ser creativos para instaurar nuevas figuras de protección de nuestro entorno
y sobre todo de salvaguardia de las generaciones futuras.
Existen
numerosos instrumentos internacionales de protección ambiental que defienden a
las generaciones futuras frente a la acción de la humanidad del presente.
El Informe
Brundtland “Nuestro Futuro Común” en 1987 ya señalaba: “Hemos tomado prestado
capital del medio ambiente de las generaciones futuras”
El imperativo
moral que exige que se formulen para las generaciones presentes unas
directrices sobre el comportamiento que cabe observar dentro de una perspectiva
de conjunto abierta al porvenir ya está poniéndose en práctica a través de
instituciones en diferentes países.
La Carta de las
Naciones Unidas los pueblos de la Tierra ya expresó su voluntad de “preservar a
las generaciones venideras” así como los valores y principios que consagra la
Declaración Universal de Derechos Humanos.
La figura de el “Defensor de las Generaciones
Futuras” ya es una realidad en muchos países del mundo.
Finlandia (Comisión del Futuro del
Parlamento); Hungría (Comisionado Parlamentario para las Generaciones Futuras);
Nueva Zelanda (Parliamentary Commissioner for the Environment); Bélgica
(Belgian Federal Council for Sustainable Development); Brasil (Comissao Senado
do Futuro); Chile (Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e
Innovación); Escocia (Scotland´s Futures Forum); Francia (L'Office
parlementaire d'évaluation des choix scientifiques et technologiques France);
Malta (The Guardian of Future Generations); Canadá (The Commissioner of the
Environment and Sustainable Development); Gales (The Commissioner for
Sustainable Futures); Suecia (Commission on the Future); Alemania (Consejo Parlamentario
Asesor sobre el Desarrollo Sostenible), cuentan con figuras de defensa y
protección de las generaciones futuras.
Al menos treinta y cuatro convenios, tratados
y declaraciones internacionales hacen mención en sus preámbulos y/o articulado
a la protección de las generaciones futuras.
Con el afán de
preservar nuestro entorno, en beneficio de las generaciones futuras debemos
exigir entre todos la construcción de un futuro para nuestros hijos.
La tarea de
garantizar la protección de las generaciones futuras, en especial mediante la
educación, constituye una parte importante de la misión ética fundamental de
las instituciones públicas y de la sociedad en general y es el gran reto de la
humanidad del presente.
El destino de
las generaciones venideras depende de las decisiones y medidas que se tomen
hoy. Los problemas actuales deben resolverse por consiguiente en interés de las
generaciones presentes y futuras y el deterioro de nuestro medio ambiente
supone un grave peligro para las generaciones presentes y dan lugar a
consecuencias nefastas para las venideras,
Siendo
conscientes de la incertidumbre actual en el panorama internacional en relación
a la adaptación al cambio climático y la preservación de nuestro entorno
debemos dar un paso decisivo e histórico como sociedad en garantía de la
humanidad que va a vivir en el futuro en el planeta.
La Fundación Savia ha
solicitado el apoyo de numerosas instituciones públicas y privadas, en especial
Ayuntamientos, para que se impulse y desarrolle la creación de esta institución
a nivel ya no solo local o municipal,, sino también a nivel regional, nacional
e internacional.
Es hora de
iniciar la creación de la figura del “Defensor de las Generaciones Futuras”.