Miguel Toro
28
de abril de 2020
El
año 2020 empezó con unos impresionantes incendios forestales en Australia. El cambio
climático se manifestaba de forma incontrovertible. Parecía que ya teníamos la
gran catástrofe de este año. Parecía que íbamos a tener un año cualquiera más,
que íbamos a seguir hablando de lo mismo, del cambio climático, del aumento de
la desigualdad, de la emergencia de China, … Pero no.
El
31 de diciembre de 2019 el Gobierno chino informa a la Organización Mundial de
la Salud (OMS) sobre la aparición de casos de neumonía de una etiología o causa
desconocida en Wuhan, ciudad de la provincia de Hubei. El día 30 de enero de
2020 Italia registra su primer caso importado de coronavirus. A las 10 de la
mañana del 31, el Gobierno italiano declara un estado de emergencia por seis
meses y bloquea los vuelos con China. La OMS declara la emergencia sanitaria
global.
El
primer caso registrado en España se da el 31 de enero de 2020 en La Gomera. El
12 de febrero se cancela el Mobile World Congress en Barcelona. Estábamos
en ese momento en el que Ana Rosa Quintana y Eduardo Inda calificaban de "ejercicios
espirituales" el confinamiento de 19 repatriados de Wuhan y de
"exageración y barbaridad" las medidas de precaución tomadas ante esos
casos. El día 10 de marzo los acontecimientos se suceden en cascada, se aplazan
las Fallas, cesan los vuelos entre Italia y España, se prohíben los eventos de
más de mil personas y se cierra el Congreso por el positivo del parlamentario
Ortega Smith, que había pasado unas vacaciones en Italia. El viernes 13 de
marzo se anuncia el estado de alarma y el día 14 se hace oficial la suspensión
de la Semana Santa sevillana.