Vientos de Cambio Justo

martes, 26 de junio de 2018

El nuevo gobierno abre una oportunidad ilusionante



Miguel Toro

26 de junio de 2018

Estamos a finales de junio de 2018. Mucho han cambiado las cosas en un mes. Rajoy era jefe de Gobierno desde el 2011. Ha sido una época de retroceso para España. Durante ese tiempo han manifestado su peor cara el grupo de personas aupadas a las instituciones públicas por parte de Aznar y posteriormente por Rajoy. En los gobiernos de la comunidad de Madrid y de la comunidad Valenciana, ambos dirigidos durante la mayor parte de ese tiempo por el PP, la justicia ha condenado a muchos de sus dirigentes por corrupción. Los que nos presentaron como buenos gestores, como personas formadas y con criterio, resultaron ser unos corruptos que solo querían acceder a la política para enriquecerse. En ese mismo tiempo el PP ha sido condenado por corrupción. En ese mismo tiempo el PP había conseguido hacer una reforma salvaje del mercado laboral, frenar la necesaria transformación energética, etc. El clamor por la dimisión de Rajoy era muy alto. Pero frente a ello, Ciudadanos, uno de los llamados nuevos partidos emergentes, mantuvo su apoyo al gobierno corrupto. Para distraer a los ciudadanos de esa realidad, el PP y Ciudadanos añadieron más gasolina al fuego de Cataluña. En ese escenario, con un PSOE vacilante y un Podemos discutiendo sobre el modelo de partido, presentado exteriormente como una discusión sobre la compra de una casa en Galapagar, parecía que el futuro estaba escrito: Ciudadanos ganaría las próximas elecciones y las cosas seguirían igual. No cambiaría la ley del mercado laboral, no se abordaría el tema de los migrantes, no se abordaría la transformación energética, no se relajaría el tema catalán, etc. Había un sector amplio de población que aceptaba de manera fatalista un futuro que parecía escrito.

Pero, tal como se ha visto, había una ventana de oportunidad política. Había la posibilidad de quitar al gobierno corrupto y generar una nueva mayoría que abordara los grandes retos. Felizmente alguien, Pedro Sánchez, fue suficientemente audaz para embarcarse en una moción de censura y componer una mayoría parlamentaria para ganarla. Había una estrecha ventana de tiempo. Posiblemente si no se hubiera aprovechado el momento la ventana de oportunidad se hubiera cerrado en muy poco tiempo y hubiéramos continuado con el guion que parecía previamente escrito: Ciudadanos hubiera ganado las próximas elecciones y todo seguiría de la misma forma.


Pero el mérito de Pedro Sánchez tiene un segundo matiz: el tipo de gobierno que ha elegido. Podemos poner pegas individuales a cada uno de los ministros elegidos, pero, si lo miramos como un todo, el gobierno elegido es el adecuado para la situación en la que se encuentra el país. Es un gobierno formado mayoritariamente por profesionales, por personas expertas en las temáticas que van a dirigir y no fundamentalmente por gente del aparato del PSOE. Esta decisión, que ha incomodado a muchos barones socialistas, sugiere un modelo de gobierno y una relación con el partido que los sustenta muy interesante. Una decisión que ha sido posible por la situación de Pedro Sánchez en el PSOE tras las últimas primarias.

La moción de censura, y el tipo del nuevo gobierno, ha descolocado, felizmente, a Ciudadanos que esperaba que el futuro que vaticinaban las encuestas se materializara en breve. También ha descolocado a algunas familias dentro del bloque de Podemos. Estas familias defienden que lo único adecuado es la movilización continua de la población y que el gobierno tiene que estar formado solo con personas que acepten la limitación en los ingresos establecido en su código deontológico. Estas familias de Podemos creen que las reformas políticas sirven para adormecer a la población y los gobiernos que las plantean no ayudan a la transformación social progresista.

Nosotros estamos convencidos que la moción de censura y el tipo de gobierno elegido abre una oportunidad, una oportunidad ilusionante, que puede devolver la confianza en la política a muchos sectores progresistas. Que puede hacer posible una nueva mayoría electoral que cambie el guion que parecía escrito. Una oportunidad para abordar, de una vez, la necesaria transformación energética. Para cambiar la orientación de la Unión Europea en temas como la inmigración, la consecución de una mayor integración política que revierta el aumento del euroescepticismo y la xenofobia. Una oportunidad para volver a consolidar el estado del bienestar, para cambiar el sistema fiscal, las leyes del mercado laboral, etc.

El nuevo gobierno es una oportunidad para cambiar el grupo de poder dentro del PSOE que le puedan permitir ser un partido útil para la transformación social. Este será un reto clave.

Claramente la moción de censura ha sido posible por la irrupción en los últimos años de fuerzas políticas como Podemos. Mucha gente opina que la moción de censura ha sido posible por el 15M y el 8M. Nosotros creemos que las movilizaciones populares no dejan su impronta hasta que aparece una fuerza política, que, representando esas ambiciones populares, cambie las mayorías parlamentarias. Si esa fuerza política no aparece la movilización es infructuosa. Podemos ha cumplido ese papel. Ha cambiado las posibilidades de mayorías progresistas. Está obligando al PSOE a transformarse. Pero Podemos ha diseñado un modelo de partido insuficiente para representar las aspiraciones de la mayoría y en muchos casos está teniendo una posición política excesivamente miope. El caso de Podemos en Andalucía es especialmente preocupante. Sus batallas por la independencia orgánica del Podemos estatal, su pacto con IU, los temas políticos donde pone el foco, lo están convirtiendo en un lastre para las posibilidades de cambio más que una ayuda.

Creemos que se ha abierto una posibilidad ilusionante. Una posibilidad de hacer más útil al PSOE como partido progresista, de que Podemos reflexione sobre su modelo de partido y pueda volver a atraer e ilusionar a un sector más amplio de población. Una posibilidad de conseguir una Europa más integrada necesaria para abordar los retos globales que se plantean. Una posibilidad de hacer más progresista el sistema fiscal y de abordar el cobro de impuestos a las sociedades globales. Una posibilidad de hacer más sólido el estado del bienestar. Pero no solamente aportando más fondos públicos. También aumentado la transparencia, la rendición de cuentas y la eficiencia del sistema público.

Evidentemente, pensamos, simplemente con tener profesionales no se hace un gobierno progresista. Hay profesionales que se atrincheran en su profesión para defender los intereses de una minoría. Pero este gobierno ha nacido de una forma determinada. Ha nacido como resultado de una moción de censura contra un gobierno corrupto mantenido por Ciudadanos, el partido de las nuevas derechas que defiende los intereses de las minorías de siempre. Eso le aporta un marchamo especial. Se le puede poner pegas a los ministros individualmente pero el gobierno, como un todo, en las circunstancias en que ha nacido, es el adecuado para este momento del país. Ahora hay que conseguir que se mantenga y consiga cambios progresistas.

Para que la continuidad del gobierno sea posible hace falta un Podemos maduro, que comprenda la situación, que apoye al nuevo gobierno, evidentemente con las matizaciones que convenga en cada caso. Hace falta un Podemos que reflexione sobre sus objetivos, sobre el modelo de partido. Hace falta una colaboración entre el nuevo gobierno y Podemos para conseguir los objetivos propuestos.