El
volumen de datos que controlan los estados es de unos 4,3 ZB, para tener una
imagen gráfica bastaría con convertir en letras la Información guardada
(imágenes, texto, etc.), pasarlas a libros y con ellos formaríamos unas 3.900
pilas de libros desde la tierra al sol. Estos datos se duplican cada dos años y
medio. (1)
La peculiaridad de estos datos reside en su carácter eminentemente
socio-político.
Antonio Sánchez Rodríguez
11
de septiembre de 2018
Con
los artículos anteriormente publicados parecía que sólo existían datos
personales en las redes sociales y empresas privadas. Con este artículo saltamos,
al mundo oficial.
Sobre el ámbito
Privado:
Sólo
añadir un apunte de lo dicho respecto a las redes sociales y su supuesta
gratuidad porque otros gigantes tecnológicos pueden ser carísimos y otros, algo
más baratos en principio, pueden desviar nuestras vidas hacia la incertidumbre.
Las
de comercio electrónico, como
Amazon, Ebay, Alibaba, etc. digamos que ‘baratas’, pero que parecen conseguir sus precios en parte por sus duras posiciones con sus trabajadores… véase la huelga de Amazon de hace apenas dos meses en su centro de distribución madrileño y también
tendrá que ver los precios que 'negocien' con sus proveedores. Hay una cosa cierta y es que con estos sistemas de 'intermediario globalizado' el comercio minorista peligra, del mismo modo
cambian las relaciones comerciales y todo ello sin saber dónde está su límite de concentración de distribución de productos (Monopolio) y que ocurriría si su sistema se viene abajo. Ojo, también pueden hacer negocio utilizando
los datos de sus clientes o comportándose como bancos adelantando dinero a sus fabricantes o proveedores y así se extenderán en la diversidad de negocios como un
auténtico virus.
Y
cómo olvidar las proveedoras de acceso a
Internet, de telefonía fija y móvil Como Movistar y su empresa
especializada en datos “Smart Steps”, Jazztel, Vodafone, Yoigo, Orange, etc. porque
estas sí que cobran una altísima cuota mensual y además de los metadatos
disponen de los contractuales exigidos, entre los que aparece nuestra muy cotizada
ubicación geográfica de cada momento (el eje “Z”, le llaman), entre otros como
nombre y apellidos, género, etc. En este caso concreto no parece muy clara la
voluntariedad de los usuarios de ofrecer sus datos para posteriores negocios, en
tanto que no participa del beneficio cuando realmente es la ‘materia prima’ con
la que se termina comercializando.
La sociedad ante el
trasiego de los datos, sus derechos y el futuro:
No
hay duda, la sociedad ya se ha percatado que sus datos y metadatos están almacenados
sólo por el hecho de estar hiperconectados. Ya saben que se negocia con ellos,
saben de su vulnerabilidad y desprotección porque, según diferentes noticias,
pueden ser robados, modificados e incluso utilizados para el control perverso
de la ciudadanía. Pero esta sociedad actual líquida y ‘tolerante’, ante todas
esas noticias no parece haberse inquietado en exceso y parece no importarle que
se vulneren sus derechos fundamentales de Intimidad y Privacidad y lo asumen felizmente
vigilados simplemente como ‘el precio’ a pagar por los servicios que utilizan
‘supuestamente gratuitos’ por su hiperconexión y en otros casos aún pagando.
Aunque
no sólo los derechos mencionados son los que están en juego, sino que se
constata que los más transcendentales objetivos históricos de Equidad,
Igualdad, Libertad, Justicia, etc. están caminando hacia lo desconocido con el
uso de unas tecnologías desreguladas y descontroladas cuyos movimientos de
avance se realizan por un capitalismo neoliberal y sus multinacionales en
función de un crecimiento continuo y alocado sin más proyectos que el negocio en sí mismo y el beneficio.
En el ámbito de las
Administraciones Públicas (AAPP):
Entrar
en este ámbito de los datos de los estados y de sus instituciones supone algo complejo
pero no olvidemos que en todo el desarrollo tecnológico han sido las TIC
(Datos, Información y Comunicaciones) el núcleo fundamental del mismo. Por lo
demás es en este ámbito donde existe una responsabilidad concreta porque es el Estado, y
sólo él, el responsable político de establecer una agenda socio-política con un
objetivo de país en el que todo tipo de avance tecnológico apunte hacia una
sociedad global más justa en todos sus sectores.
Lo cierto es que
la utilización de DATOS –incluidos los de las AAPP- junto a las nuevas tecnologías,
presenta una gran contradicción entre los productos, servicios, relaciones
comerciales y laborales que el capital ofrece –sacados al retorcer perfiles en
las redes- y los que realmente la sociedad necesita.
Por
otra parte, cada vez es mayor la incertidumbre del futuro porque éste depende
de la opción política del momento. Todo ello por no existir un objetivo claro y
por ende una normativa estricta y exigente, así como un contrapoder fuerte de
la mayoría social que marque con claridad el marco legal y las sanciones
económicas, penales y políticas de los que incumplan los objetivos marcados y
en concreto, en este caso, el marco de tratamiento de los datos y sus fuentes.
En
cualquier caso hay que decir de las AAPP que afortunadamente su existencia evidencia
que no todo es negocio, existen maneras de prestar servicios a la población en
las que el ánimo de lucro no existe ni parece ser lo esencial, salvo que se
abuse de los Entes Instrumentales, Agencias y privatizaciones directas, así
como del mestizaje Público-Privado. Los servicios que prestan las AAPP generan
empleo y riquezas, considerados como beneficio social totalmente distribuido
sin discriminación a toda la ciudadanía. Favorecen la salud, la formación y al
tiempo la inteligencia y el conocimiento, materias primas tan importante o más
que las sacadas a la naturaleza. Toda una gran inversión social y de futuro que
en su proceso productivo permite a su vez su propio sostenimiento.
Pero
centrándonos en sus datos e información hay que reconocer que en estos procesos
existen efectos colaterales que veremos seguidamente. En esta
tarea de las AAPP los ciudadanos desde que nacen hasta que mueren van dejando
su vida en registros administrativos de todo su quehacer… tanto en la
administración sanitaria como en la escolar y universitaria; en el censo dejará
su movilidad y en el registro civil dejará su relación familiar; en la de
justicia sus errores si los tuvo, y en la de Hacienda beneficios empresariales,
patrimonio, impuestos de IVA y de sociedades, así como los trabajadores dejarán
constancia de sus salarios y su contribución en los impuestos, igualmente
quedarán registradas sus propiedades mobiliarias e inmobiliarias, vehículos,
etc. en la Seguridad Social quedarán las cotizaciones directas aplicadas a la
nómina o las sacadas del salario y aportadas directamente por las empresas,
también su vida laboral, sus períodos de paro y de angustia –si bien creo que
esta última no se mide porque no han creado aún los indicadores adecuados-,
etc., etc. En cuanto a nuestra tendencia sexual existen registros específicos
de enfermos de sida y de otras enfermedades contagiosas. En ‘román paladino’ esto
ya no son metadatos, sino información pura y directa y por tanto es ‘harina de
otro costal’.
Todos esos datos sin
distinción son ‘objeto de deseo’. Por ellos, se puja desde hace años. En febrero
de 2010, la Comisión de Estadística de Naciones Unidas convino en fijar el 20
de octubre de 2010 como fecha conmemorativa del primer Día Mundial de la
Estadística y lo dedicó a las Estadísticas Oficiales, donde ya se reclamaba el
acceso a los registros públicos. Ver aquí artículo de El País del 17 de octubre de 2018
Transparencia
total de datos, ¡Todos los datos abiertos! y que cada ciudadano, empresa o institución tenga la posibilidad de
sacarle el producto más ventajoso… El riesgo de esto lo ejemplarizó Margaret
Thatcher cuando dijo que todo inglés podría ser ‘realmente’ dueño del estado si
adquiría acciones de la venta de los bienes públicos. Algunos comprarían una
acción, otros ninguna, pero otros compraron millones, ¿Quiénes serán los que
realmente exploten las grandes bases de datos públicos? ¿Y con qué objetivos?
Unos
dirán que los quieren para investigación, otros para mejorar los servicios,
otros denominados emprendedores paran crear empleo y las grandes empresas dirán
que para nuevas inversiones que aumentarán el PIB y el poder político para
conocer a su pueblo y ofrecer soluciones a sus deseos de felicidad y bienestar.
Pero en realidad ¿Qué nos queda por guardar a la gran mayoría de los
ciudadanos? Y ¿Quiénes son a los que no hay manera de acceder a sus datos?.
Porque de un buen número de personajes y empresas no se sabe más que aquello
que ellos desean que se sepa. Un ejemplo: Aún teniendo el Estado una larga
lista de defraudadores está negando su publicación y si es necesario se
rechazan las comisiones de investigación parlamentarias si detrás hay
personajes “especiales”, en otros ámbitos sociales sí se puede ser más laso y
tolerante.
Continuará el próximo viernes con una II parte.
Notas:
(1) Un ZetaByte equivale a mil trillones de
bytes. En cuanto al volumen y su evolución son datos extrapolados de los
calculados por Martín Hilbert al principio de 2015.
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