Vientos de Cambio Justo

martes, 23 de octubre de 2018

TRABAJADORES DE NAVANTIA, ESPAÑA, ARABIA SAUDÍ Y YEMEN (I)



Sin participación alguna en la toma de decisiones empresariales, la clase trabajadora y asalariada en general, aún siendo la causante práctica de la transformación del mundo en su desarrollo, al menos en este país no pinta nada en los órganos de decisión, y en algún caso, como el de Navantia, se ve envuelta en algo sobre lo que nunca le preguntaron. 

Antonio Sánchez Rodríguez

23 de octubre de 2018

Es este un asunto peliagudo que muchos evitan tratar, pero el no hacerlo es como la opción del avestruz esconder la cabeza para no ver la realidad y esperar... En cualquier caso he de decir que este escrito estaba terminado con toda la complejidad del caso cuando una noticia saltó a la palestra para simplificar todo.

1.- Movilizaciones trabajadores de Navantia

La Bahía de Cádiz está algo más tranquila, hay trabajo para el astillero y algo de él sale fuera del mismo para empresas auxiliares. Se estiman que en total serán unos 6.000 puestos de trabajo a crear durante cinco años para construir cinco corbetas. Y en estos tiempos de temporalidad y precariedad laboral es una suerte para cualquier zona de este país, pero bastante más para esta provincia tan castigada por el desempleo.

Así como en la película de Berlanga “Bienvenido Mister Marshall” los gaditanos dicen “salam aleikum al árabe rico” pero ni el Marshall americano ni los príncipes herederos de Arabia Saudí dejan nada gratis, ahí están las bases americanas y ahí el apoyo soterrado de España a Arabia Saudita en la guerra contra Yemen. Sea como fuere los ricos, siempre oportunistas, hacen que el pueblo llano sintonice con el cuento de la lechera y muchos gaditanos empiezan a soñar:… Los botines y los chándales de los niños se podrán renovar y también cambiar el colchón que fue de herencia, y los “reyes” del 2019 serán más espléndidos con nuestros chavales.

Pero de repente a la vuelta de las vacaciones, el 3 de septiembre de 2018 saltan a la palestra las bombas, unas 400 bombas para el mismo cliente, un contrato del anterior gobierno del PP, prácticamente silenciado, la actual ministra de defensa Margarita Robles del PSOE se lo encuentra de sopetón. Dado que este armamento podría usarse contra los civiles yemeníes, plantea su rescisión inmediata, no sólo como responsable de defensa, sino también como magistrada que es y que por serlo le supone un respeto a la Ley en general y en concreto a la ley establecida al respecto de la ventas de armas de este país.


2.- El contrato con Arabia Saudí de España a través de Navantia

El 11 de septiembre de 2018 los trabajadores de Navantia en Cádiz cortan la A-4 para defender los contratos con Arabia Saudí surgida la duda de que la venta de bombas a Arabia Saudita se suspendería y ello afectaría al resto de contratos corbetas, AVE, metros de Riad, etc. porque Arabia amenaza en tomar medidas si las bombas no les llega, amenazas que con Canadá aplicaron sin dudarlo, como aviso para el resto de países que fuesen capaces de denunciar la falta de respeto a los Derechos Humanos (DDHH) de la monarquía absoluta islámica de Arabia Saudita.

El que no se haga aquí, o que se haga lo contrario no supone condenar a los trabajadores, pero tampoco, de defender que los puestos de trabajo puedan justificar cualquier cosa incluso la violación de los DDHH, empezando por el derecho a la vida.

Fue la Unión Europea y los sucesivos gobiernos de nuestro país, y no los trabajadores, quienes organizaron la llamada "reconversión naval", cerraron la inmensa mayoría de los astilleros civiles y les han abocado finalmente a esta elección diabólica como si fuera inevitable y ajena a la voluntad política de los gobernantes.

3.- Navantia:

¿Qué podrían saber los trabajadores de Navantia Cádiz y Ferrol de todo el entramado entre empresa, gobierno y Arabia saudita?. Para la empresa pública, como para el resto de empresas, los trabajadores y empleados son un instrumento, una herramienta o un RECURSO que para quitar hierro al nombre le añaden HUMANO, pero como decía al principio no se les tiene en cuenta para todo aquello que no sea trabajar como autómatas.

Navantia es una empresa pública, una entidad de Derecho Público, del grupo SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Estatales) perteneciente al Ministerio de Hacienda y fue creado con la Ley 5/1996 de 10 enero que establece las funciones de la SEPI y entre ellas le corresponde Fijar las directrices generales de actuación de las empresas del grupo, aplicando criterios de gestión empresarial y ejecutando las directrices del Gobierno en materia de modernización y reestructuración empresarial con salvaguarda del interés público”.

Como empresa pública podría conllevar que la relación empresa-empleados debiera ser ejemplar en lo que respecta a la participación de los trabajadores, pero es casi cómico lo que se puede leer en la web de Navantia en su apartado PERSONAL por paternalista e insulsa.

4.- Las contradicciones de la Izquierda

El revuelo está montado y los trabajadores en la calle reclaman con todo derecho su empleo y la carga de trabajo, sea para corbetas como para cualquier tipo de navío, es cosa de la empresa, pero el comprador vulnera reiteradamente los DDHH utilizando las armas que adquiere en su guerra contra Yemen y lo hará igualmente con las que España les entregará, razón suficiente para rescindir los contratos porque así lo exige la legislación española y la europea.

El PSOE tira de la realpolitik y se asienta en la postura de la continuidad de los contratos del PP y Susana Díaz, se sitúa desde el primer momento con los trabajadores del astillero, para calmar sus ánimos, aseguraba que Pedro Sánchez no frenaría la venta de bombas a Arabia Saudí, Margarita Robles acaba ‘aceptando’ y otros ministros del gobierno anduvieron con justificaciones un tanto burdas respecto al uso de dichos instrumentos inteligentes para matar, que mejor hubiese sido el silencio.

El PP en cambio tiró de cinismo, en la más pura contradicción política, al decir que defiende a los trabajadores cuando a dicha clase social es a la que más ha depauperado y castigado con todas sus medidas políticas y laborales, cuando su verdadera posición es el apoyo incondicional a su propio partido, al gobierno de Rajoy, a la venta de armas y a sus contratos underground con la monarquía dictatorial de la Casa de Saúd que ya iniciaron en el 2015.

En cuanto a los partidos de la izquierda real los trastoca y les crea divisiones internas: unos anteponen el empleo a las convicciones políticas en la línea de la realpolitik del PSOE y otros opinan que hacerlo se les volverá en contra en poco tiempo. Es una trampa complicada de salvar porque el choque entre la realidad local de los trabajadores de una ciudad como Cádiz castigada con el desempleo y obviar el trabajo que genera la industria armamentística en los astilleros españoles no se resuelve de hoy para mañana. La readaptación del modelo productivo o el enfoque necesario de esta industria requiere tiempo porque no se ha acometido con la intensidad necesaria, pero mientras tanto el gobierno y la comunidad deben responsabilizarse de la situación en la que quedarían los trabajadores y garantizar que la situación económica será solventada... Ahí están los presupuestos en trámite

Los dos partidos más a la izquierda del espectro ideológico Podemos e IU se dividen internamente y se resienten de sus contradicciones. Una ecuación irresoluble: Pan frente a convicciones ideológicas.

No obstante ya actuaron previamente a la eclosión del caso en Cádiz por la aparición del contrato de las 400 bombas, ya que hasta este momento lo tenían meridianamente claro incluso el PSOE de Pedro Sánchez en la oposición. Así El 7 de abril de 2016, con nuestro gobierno en funciones se presenta una Proposición no de ley (PNL) que se aprueba con 23 votos a favor: (ERC, Podemos, PSOE, Amaiur, PNV, DyL), 15 en Contra: (PP) y 5 Abstenciones:  (Ciudadanos). La PNL recoge 7 puntos contra las autorizaciones de transferencias de armas para Arabia saudí que había hecho el gobierno del PP el 25 de marzo de 2015 justo el día antes del inicio de la guerra. Amnistía Internacional la toma como modelo y la distribuye a diferentes países para que la tramiten en sus parlamentos.

IU actúa en Europa. En junio de 2017 Ángela Vallina como eurodiputada en Estrasburgo expuso este asunto denunciando a los países colaboradores entre ellos España (“países como Reino Unido, España, Francia, Italia o Alemania sigan vendiendo armas a Arabia Saudí”) y pide como solución  el dialogo desde Naciones Unidas y el cese de venta de armas. Recuerda que han muerto más de 12.000 civiles, un “70% de la población, en total 18.8 millones de personas, necesitan ayuda humanitaria, y 6,8 millones sufren hambruna.

Y Podemos no dejaba de seguir y pedir explicaciones de la visita de Felipe VI a Arabia Saudí, visita que se pospusieron en dos ocasiones hasta que la tercera se hizo efectiva el 14 de enero de 2017 para salvar el contrato de Navantia, en tanto que el comportamiento de dicho país en la guerra ya hizo que Obama un mes antes les limitara la venta de armas.

Ahora cuando parece estar todo en el aire la parte que se resiste a la colaboración con Arabia Saudí de Podemos plantea que “si el Gobierno NO se atiene a las normas no tendrá legitimidad para esgrimir el principio de legalidad en otros ámbitos”.

Y los resistentes de IU actúan nuevamente en Europa, ya en tiempo incluso de las protestas de los trabajadores. Marina Albiol europarlamentarias de IU el 17 de septiembre de 2018 denuncia directamente a España y presenta una Pregunta Parlamentaria sobre su venta de armas a Arabia Saudí.

5.- La despolitización en los sindicatos

De igual manera los sindicatos de clase ni se lo piensan y separan el trabajo de lo político, pero todo sea dicho la despolitización de los sindicatos viene de viejo. Lo cierto es que los trabajadores y sus sindicatos actuaron de inmediato porque sus esperanzas y sus sueños se desvanecían como pompas de jabón y exigían sin más, la normalización inmediata de la situación –léase contratos-. Evidentemente no mencionaron las bombas, pero también es verdad que si algo se les dijese al respecto, con toda lógica su pregunta sería ¿Qué bombas? ¿De qué me hablan ahora?. Nosotros queremos trabajar, cumplir nuestra parte del contrato social, porque es lo único que tenemos, no tenemos más “partes” ni vínculos en esta empresa ni en ninguna de ellas, y la dirección de Navantia debe cumplir la suya y mantener una cartera de trabajo acorde a nuestra legislación y a las que el país se halla comprometido.

De todas formas a los sindicatos de clase hay que exigirles que corrijan su línea de despolitización porque ha hecho estragos en “la clase” trabajadora y asalariada, no hay que olvidar que, al menos CCOO se define a sí misma como un sindicato sociopolítico e internacionalista (1), pero, a mi modo de ver, cada vez menos ‘político’, tal vez por miedo a identificarse con esa característica en mor al desprestigio de la actividad política en los últimos tiempos. Pero es evidente que un sindicato de clase no puede plantear una lucha sindical sin un previo análisis político, la otra alternativa empobrece su propio objetivo de “clase” de transformar la sociedad capitalista con negociaciones interminables por una subida salarial miserable, unos minutos del horario o por un pasito más al control de la salud laboral que nunca llega, por supuesto que todo ello es importante, pero de alguna manera terminan manteniendo las estructuras del sistema con retoques superficiales.

Esta dejadez política sindical junto a la inexistente participación en la empresa de los empleados, el ser y estar como un convidado de piedra en ellas, más la desinformación, las noticias falsas, el individualismo crónico que ha conseguido el neoliberalismo en toda la ciudadanía, la competitividad interna y externa, el desapego y el desprestigio a la política, el desinterés por la información tanto como por la formación sindical y política han contribuido a la práctica desaparición del baluarte más importante en la lucha de clases: la Solidaridad y por tanto a que los trabajadores, apoyados por sus sindicatos, antepongan su precario empleo sin dudarlo ni un instante, a las decenas de miles de muertos, la mayoría civiles, y el destrozo de un país. Los trabajadores no son así, al menos no eran así… Los trabajadores y asalariados en general han sido un ejemplo de solidaridad, de unidad, de sacrificio personal, de luchadores de fondo contra las injusticias, de lealtad con los suyos y los que con su lucha han contribuido a un mundo mejor.

En los mismos días de las movilizaciones, por supuesto que justificada en la defensa de los 6.000 puestos de trabajo, se conocían los datos de la EPA de finales de agosto 2018, una pérdida de un día para otro de 300.000 puestos de trabajo por el fin de la etapa estival… la postura de los sindicatos no pasó de volver a repetir las ya archiconocidas declaraciones de la precariedad y la temporalidad.

Mark Aguirre es periodista, economista y escritor. Durante unos años trabajo en Yemen y sobre este asunto dice:

“El sistema ha llegado a ser tan disfuncional, en todos los sentidos, que la misma semana en que se perdieron 300 mil empleos de golpe, en un solo día, el gobierno dijo mostrarse preocupado porque se pueden perder 6 mil si no entregamos las bombas que sabemos...

Una disyuntiva falsa. El mercado naviero no empieza ni termina con la marina del ejército saudí. Eso sí, tal vez las comisiones se pierdan.

El problema que los sindicatos deben enfrentar no es la pérdida de de seis mil empleos, por dolorosos que sean, sino la pérdida de 300 mil. La clase obrera necesita ser consciente de que para resolver sus problemas de empleo debe defender intereses generales, no particulares.”

(1)      
Según sus Estatutos, CC. OO. se define como un sindicato: reivindicativo, de clase, unitario, democrático, independiente, participativo, de masas, de hombres y mujeres, sociopolítico, internacionalista, pluriétnico y multicultural. Ideológicamente, se orienta hacia la supresión de la sociedad capitalista y la construcción de una sociedad socialista democrática”   

Nota.- Continuará en una segunda parte