AUNQUE QUIEREN
INVISIBILIZARLO[i]
Antonia Corona Aguilar. Profesora de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla
3 de diciembre de 2024
Desde el 27 de octubre al 3
de noviembre de este año se ha desarrollado la III Marcha Internacional de
Mujeres por el Sahara, liderada por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui
y la PIMSO (La Plataforma Internacional de Mujeres por el Sahara Occidental).
Es difícil, en un breve
artículo, reflejar lo vivido y sentido durante esta semana, e imposible poder
asimilar lo que supone la resistencia y resiliencia de este pueblo desde hace
casi 50 años. Por ello, pongo a pie de página algunos artículos[ii] que pueden ayudar a
conocer un poco más la realidad de este pueblo. De todo lo vivido, que es
mucho, voy a centrarme en tres aspectos que para mí han sido relevantes: la
generosidad, la resistencia y la dignidad y terminaré con algunos de los
riesgos que he percibido.
La
Generosidad. Hemos convivido en Samara en diferentes
familias. Sabemos que tienen muy pocas cosas materiales pero lo que tienen, lo
comparten. Yo, como buena occidental, antes de ir, quería saber qué querían de
nosotras, qué teníamos que hacer allí. Toda la respuesta que recibía era: no quieren nada, no esperan nada, sólo con
ir y convivir con ellas ya es suficiente. Una vez allí lo entendí. Es una
comunidad que nos recibe con alegría, muestran su satisfacción por conocernos y
porque conozcamos su realidad, su lucha, su estar en el mundo. Hemos con-vivido en familia. Cada experiencia
ha sido única e irrepetible. La familia con la que hemos estado mis dos
compañeras y yo, han hecho que nos sintiéramos como en casa, hemos compartido
la comida, que estamos seguras era la mejor que tenían, nos han presentado a su
familia extensa y hemos podido compartir muchos té, que supone mucho más que el
saborear la vida, el amor y la muerte[iii]. Hemos vivido en su
pequeña comunidad y nos han hecho partícipes de su realidad. Nos han cuidado,
como yo recordaba que cuidaban mi madre y mi padre.
La
Resistencia. 50 años resistiendo la ocupación ilegal de
Marruecos de sus territorios, 50 años resistiendo el abandono internacional y
el no respeto de las normativas internacionales, 50 años viviendo en
campamentos y sosteniendo la vida, 50 años luchando por recuperar lo que les
arrebataron con la connivencia de los diferentes gobiernos de España. Me
sorprendo de lo poco que conozco de este pueblo. Uno de los días visitamos el
Centro de Minas (es un hangar lleno de armamento recuperado al ejército
marroquí). Nos quedamos muy impactadas por el nivel de violencia que se
respira. El Sahara Occidental es el territorio ocupado más infectado de minas anti
persona del mundo. Según nos cuenta su responsable, a cada habitante de los
campamentos le corresponde 20 minas. La fabricación de las minas es de todas
partes del mundo, España incluida. Ningún país se ha opuesto a vender minas a
Marruecos. Ahora las lógicas militares principales que utilizan en Marruecos
son drones y con estos no discriminan en asesinar a civiles o militares. Me
conmueve cuando hacen referencia a lo difícil que es procurarle una muerte
digna a sus víctimas, pues si te acercas a rescatarlas te pueden atacar con los
drones ya que los usan de manera indiscriminada.
Resistencia e impotencia
cuando conocemos que Marruecos les ha construido 2.720 km de muro que impide
que puedan entrar en su tierra. Son en total 6 muros, el último con
intervención /convenio del gobierno de España de Felipe González en año 1986 y
el beneplácito del rey, todo ello a cambio de caladeros de pesca saharauis. Esta
barrera artificial es la más grande del mundo, junto con la muralla China. Están
intercalados entre sí y cada uno tiene sus propias defensas militares. Conforme
han ido ampliando territorios estos los han blindado con nuevos artilugios de
guerra, frente al obsoleto y envejecido armamento saharaui. He leído en
diferentes publicaciones que Marruecos se gasta ¡¡¡cuatro millones de dólares
al día para mantener el muro!!! Se puede considerar que es la versión marroquí
del Apartheid. Es un muro que está apoyado tanto por Oriente como por Occidente
y que ha provocado un gran éxodo. No sé puede flanquear, siempre está vigilado
y amenazado con la milicia marroquí. El pueblo está castigado por Oriente, por
ser socialistas, y por Occidente, por ser islamistas. Cuando se les pregunta
por Naciones Unidas, nos dicen que no sienten un apoyo real, no la ven ni
eficaz ni eficiente. Marruecos y su rey son maestros en generar enfrentamientos
y divisiones. Me sobrecojo cuando nos narran que en un mes mató Marruecos más
civiles en el Sáhara que el gobierno de Obama en ocho años y en cuatro países.
El muro está hecho con dinero internacional, modelo estratégico israelí y mano
de obra marroquí. Y a pesar de todas estas barbaridades es un pueblo que
rezuma…
Dignidad. Es
un pueblo rico en valores y en dignidad. La mayoría de los hombres están en la
guerra y la mayoría de las mujeres están sosteniendo la vida y la organización
política. Hemos tenido la suerte de conocer a alguna de las mujeres
guerrilleras que han luchado desde los orígenes por recuperar lo que es suyo.
Sus planteamientos son lecciones de vida para nuestros entornos. Priorizan la
salud, la educación y la comunidad. Me sorprende escuchar a un niño de 11 años
cómo conoce la realidad del mundo, el análisis que hace de los conflictos
internacionales. Me conmueve cómo con los pocos recursos materiales que tienen,
los multiplican y los comparten. Los dispensarios médicos, en medio del polvo
del desierto, atienden las necesidades de salud que van surgiendo. A nivel
organizativo son un referente. Uno de los días mantenemos un encuentro con la
Unión Nacional de Mujeres Saharauis. Este año celebran su 50 aniversario. Han
preparado con mucho cariño el encuentro con nosotras. Una explicación
acompañada de una presentación en PPT nos ayuda a conocer la historia de la
organización. Me resulta muy interesante que celebran congresos cada cinco
años, el primero fue en 1985 en un entorno de extrema hostilidad ambiental y con
la carencia de recursos que tienen (con lo que nos cuesta aquí organizar
cualquier actividad). Son conscientes que, con la ausencia de hombres en los
campamentos, ya que la mayoría está en la guerra, ellas tienen que asumir la organización
de la vida civil y familiar y luchan para incrementar el nivel educativo,
profesional y político de todas las mujeres y toda la comunidad. Conocer a la
Ministra de Promoción de las Mujeres y Asuntos Sociales y ver su clarividencia
en las estrategias organizativas nos enseña que a veces menos, es más.
Para terminar esta pequeña
reflexión, señalo dos riesgos que me preocupan. Por un lado, uno externo, que
es la invisibilización que hay de esta realidad, y como bien sabemos, lo que no
se nombra no existe. No hay noticias en los circuitos oficiales sobre este
pueblo, no hay apenas manifestaciones ni denuncias por parte de la sociedad
civil, no se estudia en los contextos oficiales. Silencio total. Por otro lado,
uno interno que está relacionado con la influencia de las redes sociales, a alguna
gente joven las sentía muy alejada de la propuesta revolucionaria, se pasan las
horas viendo bailes de regaetton, coches de alta gama y todo aquello que el
capitalismo salvaje nos intenta vender al común de la humanidad.