La nueva situación y
realidad que enfrentamos, está rompiendo todos los moldes y sistemas de
convivencia social con el agravante de una extrema CONFRONTACIÓN del ultra-conservadurismo
de las derechas contra el Gobierno de Coalición progresista.
Manuel Armenta
8 de Septiembre de 2020.
La Pandemia
y sus consecuencias naturales en la vida social, política e institucional, han
sido y están siendo utilizadas y manipuladas por todos los poderes fácticos (económicos,
mediáticos y conservadores) dentro y fuera de las Instituciones, para atacar al gobierno (y particularmente a
Podemos) y provocar su quiebra, buscando
la confrontación de los miembros de la coalición y de sus apoyos externos, con
movilizaciones en las calles y en las Instituciones, y con la ya anunciada
Moción de Censura promovida por VOX.
El gobierno de coalición progresista que se instauró como alternativa de cambio al conservadurismo y los recortes económicos,
sociales y políticos, alteró sus planes por la Pandemia del Covid-19 que arrasó
el mundo entero. La paralización de aspectos básicos de la vida social, laboral
y económica que conllevó el Estado de
Alarma, implicó una centralización de la gobernanza para generar las dos
líneas políticas imprescindibles: combatir
el virus desde todos los ángulos sanitarios con una única voz, y la
creación de un escudo social que
ayudara a mantener la vida económica y social a pesar del confinamiento general y la paralización parcial de la actividad
empresarial.
Obviamente, esta crisis sanitaria provocada
por el Covid-19, no inherente a
ningún tipo de sector político, social o económico, debió generar actitudes confluyentes y de unidad entre el
conjunto de Instituciones y fuerzas sociales y políticas con el Gobierno y con sus políticas para
combatir la Pandemia, como se ha evidenciado en la mayoría de países de la CEE.
En España ocurrió todo lo contrario,
y la crisis sanitaria, las muertes y todas sus consecuencias, se utilizan para confrontar con el referente fundamental
de destruir la coalición de gobierno progresista y todas sus políticas.
Los seis meses que vivimos de Pandemia han
evidenciado con resultados y hechos, que los tres meses de Estado de Alarma y
control centralizado de la lucha por el Gobierno en todos los órdenes contra la extensión de la Pandemia, la
salud y vida de las personas, y la básica neutralización de los efectos
económicos en el mundo del trabajo, familias y servicios públicos, ha
evidenciado la eficiente labor del Gobierno de coalición y de los equipos
técnicos que han dirigido la operación. Los siguientes tres meses con el
retorno de competencias a las
Comunidades Autónomas, la Desescalada y actividades de todo tipo, a pesar
de ciertos controles y medidas técnico-sanitarias, ha vuelto a producir un rebrote desproporcionado de afectados, hospitalizaciones y muertes por
el covid-19, y una nueva confrontación en las Comunidades Autónomas y la
sociedad ante la apertura del nuevo Curso Escolar, por el gran desconcierto
social ante la incapacidad Autonómica para la implementación de medidas
concretas que aporten seguridad y
tranquilidad a las familias ante el virus.
No habría que insistir en que los Sistemas
Públicos de Sanidad y Educación,
siempre han sido competencia absoluta de las Comunidades, si éstas no se hubieran dedicado a una importante
censura hacia el Gobierno, a pesar de
que éste no ha dejado de aportar los recursos económicos extraordinarios para
reforzar los sistemas.
La crisis sanitaria del Covid-19 no tiene fecha de caducidad y tendremos
que afrontarla desde todos los ángulos institucionales y sociales a pesar de la
confrontación desgarrada que estamos viviendo desde poderes fácticos y el
liderazgo político del PP-C´s-Vox y un gran apoyo de “ilustres personas” que lideraron la Transición del 78 y el
Bipartidismo, y como sea quieren acabar
también con el gobierno de coalición progresista de Cambio. Y por ello, no
se puede ceder un centímetro en la defensa del Gobierno de Coalición y sus
políticas que hacen frente a las crisis:
sanitaria, social, económica y laboral, y al reforzamiento de los Sistemas
Públicos de Salud, Asistencial y Educativo.
A las importantes consecuencias de crisis
generalizada que el Covid-19 impone en
todos los órdenes de la vida social y económica, debemos añadir aquellas
derivadas de otras circunstancias y hechos ajenos a la crisis sanitaria que
vivimos, pero que ya es inevitable su confluencia con la RECONSTRUCCIÓN que nos permita caminar en la dirección de Más y
Mejor democracia y condiciones de vida dignas. Por ejemplo:
La
crisis territorial
ya existente y en fase de entendimiento con el gobierno de coalición, también
se ha visto afectada y paralizada como consecuencia del Covid-19 que es el que
ha centrado la atención prioritaria del Gobierno; y en medio de la Pandemia, el
rebrote de escándalos del emérito rey de España y sus connotaciones con el republicanismo en Cataluña que se
asienta en las organizaciones nacionalistas y las mayorías sociales. Esta nueva
situación, que también ha tenido mucho calado y repulsa en todo el Estado, nos
emplaza a considerar que esta crisis territorial tiene que retornar a un primer plano en la búsqueda de entendimiento y
confluencia para la gobernanza más progresista, y así evitar la confrontación
con aliados de origen para la nueva Transición
Democrática que apoyaron al Gobierno de Coalición y hoy siguen siendo
imprescindibles.
La
crisis de la Institución Monárquica ya existente, desde su origen y naturaleza con la Dictadura, desde las causas de Abdicación de 2014 y desde el discurso del Rey en 2017 ante los
acontecimientos de Cataluña, y que aunque todos se mantenían “guardados y en
silencio”, se han recrudecido y actualizados por los escándalos del rey emérito, por su salida del país sin retorno, por las actuaciones de Tribunales de Justicia en Europa y en España que
están en marcha, por las movilizaciones
y protestas masivas y la quiebra de principios
constitucionalistas de Derechos e Igualdad tan alterados.
La
crisis social de confinamiento y distanciamiento de relación y
convivencia entre las personas, también nos supone una fuerte quiebra a nuestra cultura y formas de vivir en el día a día,
y generando cierta tensión por vivir “enmascarado” y con el presente riesgo de
contaminar o ser contaminado, así como expuestos a todas horas a la presión de
los sistemas de comunicación que tanto
censuran al gobierno de coalición como si fuera el causante de la crisis sanitaria y de sus consecuencias.
Necesitamos para combatir la situación, más que nunca, la confianza en el tipo
de reconstrucción que afronta el
Gobierno de coalición progresista, y en
nosotros mismos para compartirlo con el protagonismo confluyente y necesario de la sociedad civil, para
recuperar la calidad de vida y convivencia social que necesitamos para avanzar.
Europa ha dado un paso de gigante en la convivencia de Estados ante la crisis
generada por la Pandemia del Covild-19, con la aportación de recursos
económicos que permitan hacerle frente de manera efectiva. Ha sido importante
para el presente y para el futuro porque abre puertas por el camino de progreso social y económico, ante una situación de
crisis económica sin precedentes, y
en consecuencia, sin ningún tipo de
comparativa con las crisis económicas anteriores y sus recortes políticos,
económicos y sociales, que principalmente fueron provocadas por los poderes
económicos y financieros nacionales o internacionales en su exclusivo beneficio.
En conclusión podríamos decir que la
dimensión de la crisis que vivimos en España solo será posible afrontarla en
toda su dimensión, si se prioriza la
crisis sanitaria sobre todas las demás, se refuerzan los sistemas y servicios públicos en todos los órdenes
de la vida, y se afronta un proyecto de reconstrucción
que integre perspectivas y planes para que el conjunto de problemas tengan
proyección de solución y prioridades en el tiempo. Se necesitan: nuevos acuerdos del gobierno para los
cuatro años de gobernanza, y de la necesaria
confluencia con las fuerzas políticas progresistas y nacionalistas que hicieron
posible que PP-C´s-Vox salieran del gobierno para reiniciar la nueva reconstrucción democrática.