Carmen Yuste Aguilar, profesora de Enseñanza Secundaria
1 de noviembre de 2022
Hace
justo un año, en los primeros días de noviembre del año 2021, USTEA presentaba
en el registro del Parlamento de Andalucía el texto de una Iniciativa
Legislativa Popular en el que llevábamos meses trabajando. Se trataba de una
propuesta de modificación de la Ley de Educación de Andalucía para introducir
una bajada de ratios en todos los niveles educativas y en la atención al
alumnado con necesidades educativas especiales. Sabíamos que no iba a ser fácil
que saliera adelante y, de hecho, en un primer momento fue rechazada. Tras
salvar diferentes obstáculos, fue finalmente admitida por la Mesa del Parlamento
en febrero.
La
bajada de la ratio es una cuestión fundamental en el debate educativo, tanto en
su vertiente pedagógica, como en su vertiente más política de modelo de
educación. En cuanto a lo primero, tanto los estudios académicos, como la
práctica docente, mantienen que es uno de los mecanismos más eficaces de mejora
de la educación. En relación con lo segundo, la bajada de la ratio es la
alternativa a la supresión de clases públicas y, por tanto, un elemento central
en la defensa de la red de Educación Pública de Andalucía y un dique de
contención frente a la expansión de la enseñanza concertada, que es una de las
puntas de lanza de la derecha, actualmente en el gobierno de la Junta. Por todo
ello, la bajada de la ratio es un verdadero clamor de la comunidad educativa y
una de las reivindicaciones prioritarias de las organizaciones y colectivos que
defienden la Educación Pública.
Con esto, no debe extrañar que cuando USTEA decidió abrir la campaña por la ILP para la bajada de ratios escolares a toda la comunidad educativa, más de treinta colectivos y organizaciones se adhirieron a la misma: sindicatos docentes, federaciones de AMPAs, organizaciones estudiantiles, colectivos de la escuela pública, partidos políticos y asociaciones de la sociedad civil. Es verdad que hubo que hacer un enorme trabajo de información previa y marcar, desde el principio, unas reglas de trabajo que han permitido que todo el mundo se sienta cómodo y representado en el discurso y las acciones que se han ido desarrollando. El resultado han sido meses de trabajo que son un ejemplo de unidad de acción y de trabajo colectivo.
El
objetivo inmediato de la campaña era recoger las 40.000 firmas para que el
texto fuera debatido por el Pleno del Parlamento. Entre marzo y junio se
desarrollaron decenas de mesas informativas y de recogida de firmas en colegios
e institutos, calles y plazas, mercados, movilizaciones,… hasta en las ferias
de primavera de pueblos y ciudades se montaron mesas. Con el verano y el cierre
por vacaciones de los centros escolares, la actividad prácticamente se
paralizó, a la espera de retomarla en septiembre con el inicio de las clases.
A
mediados de julio, la Mesa del Parlamento, recién estrenada tras las elecciones
andaluzas y ya con mayoría absoluta del PP, adoptó una decisión sin precedentes
en la historia de la autonomía: denegó la ampliación del plazo que siempre se
había concedido a todas las ILP anteriores. En pleno verano, parecía imposible
alcanzar la cifra de firmas necesarias, pero la campaña no se rindió e hizo un
llamamiento a redoblar esfuerzos para lograr el objetivo que nos habíamos
marcado.
La
reacción a la decisión antidemocrática de la Mesa del Parlamento fue
espectacular: decenas de mesas se montaron a toda prisa en los barrios y
pueblos de toda Andalucía, ¡y también en sus playas! En un tiempo récord se
recogieron miles de firmas, muchas más de las necesarias para superar el
trámite que marca la ley, y el 11 de agosto se entregaron en el Parlamento
52.846 firmas en cajas llegadas de las ocho provincias.
En
estos momentos, las firmas están aún siendo validadas por la oficina del censo,
pero esperamos que pronto sean devueltas al Parlamento, para que se inicie el
debate en el Pleno. Mientras tanto, la red tejida durante los últimos doce
meses se refuerza y sigue trabajando. El pasado fin de semana se realizaron
concentraciones y manifestaciones en las capitales de toda Andalucía. Este es
el inicio de una campaña de actuaciones y movilizaciones que no parará hasta
que la bajada de ratios sea una realidad en todas las aulas de Andalucía.