Vientos de Cambio Justo

martes, 3 de diciembre de 2024

Presentación

28 de febrero de 2018 

El modelo neoliberal se ha instalado dando la impresión de que es la única forma posible para que el mundo prospere. Nos intenta convencer que la economía tiene unas reglas a las que hay que someterse. Que lo natural es dejar que las cosas se arreglen solas. Que los mercados ya se autorregulan y por lo tanto hay que limitar el papel de los Estados en su papel de regular, recoger impuestos, crear marcos de convivencia, poner en marcha sistemas públicos de salud o de educación. Nos intentan convencer de que las cosas se arreglan dejando que los mercados decidan quién gana y quién pierde. Nos intentan convencer, en definitiva, de que no hay que hacer nada, porque basta con la apertura al comercio internacional, la eliminación de trabas para la libre circulación de los capitales, la eliminación de rigideces y regulaciones en el mercado laboral, la incentivación a que cada individuo emprenda la búsqueda de su propia aventura empresarial, etc. Nos intentan convencer de que la devaluación de los salarios es la única forma de competir en un mundo global. Nos intentan convencer de que ya hemos salido de la crisis y que así lo demuestran los indicadores macroeconómicos. Nos intentan convencer de que las políticas de austeridad son las únicas posibles si queremos mantenernos como un país desarrollado.

EL SAHARA EXISTE

AUNQUE QUIEREN INVISIBILIZARLO[i]


Antonia Corona Aguilar
. Profesora de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

3 de diciembre de 2024

 

Desde el 27 de octubre al 3 de noviembre de este año se ha desarrollado la III Marcha Internacional de Mujeres por el Sahara, liderada por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui y la PIMSO (La Plataforma Internacional de Mujeres por el Sahara Occidental).

Es difícil, en un breve artículo, reflejar lo vivido y sentido durante esta semana, e imposible poder asimilar lo que supone la resistencia y resiliencia de este pueblo desde hace casi 50 años. Por ello, pongo a pie de página algunos artículos[ii] que pueden ayudar a conocer un poco más la realidad de este pueblo. De todo lo vivido, que es mucho, voy a centrarme en tres aspectos que para mí han sido relevantes: la generosidad, la resistencia y la dignidad y terminaré con algunos de los riesgos que he percibido.

La Generosidad. Hemos convivido en Samara en diferentes familias. Sabemos que tienen muy pocas cosas materiales pero lo que tienen, lo comparten. Yo, como buena occidental, antes de ir, quería saber qué querían de nosotras, qué teníamos que hacer allí. Toda la respuesta que recibía era: no quieren nada, no esperan nada, sólo con ir y convivir con ellas ya es suficiente. Una vez allí lo entendí. Es una comunidad que nos recibe con alegría, muestran su satisfacción por conocernos y porque conozcamos su realidad, su lucha, su estar en el mundo. Hemos con-vivido en familia. Cada experiencia ha sido única e irrepetible. La familia con la que hemos estado mis dos compañeras y yo, han hecho que nos sintiéramos como en casa, hemos compartido la comida, que estamos seguras era la mejor que tenían, nos han presentado a su familia extensa y hemos podido compartir muchos té, que supone mucho más que el saborear la vida, el amor y la muerte[iii]. Hemos vivido en su pequeña comunidad y nos han hecho partícipes de su realidad. Nos han cuidado, como yo recordaba que cuidaban mi madre y mi padre.

La Resistencia. 50 años resistiendo la ocupación ilegal de Marruecos de sus territorios, 50 años resistiendo el abandono internacional y el no respeto de las normativas internacionales, 50 años viviendo en campamentos y sosteniendo la vida, 50 años luchando por recuperar lo que les arrebataron con la connivencia de los diferentes gobiernos de España. Me sorprendo de lo poco que conozco de este pueblo. Uno de los días visitamos el Centro de Minas (es un hangar lleno de armamento recuperado al ejército marroquí). Nos quedamos muy impactadas por el nivel de violencia que se respira. El Sahara Occidental es el territorio ocupado más infectado de minas anti persona del mundo. Según nos cuenta su responsable, a cada habitante de los campamentos le corresponde 20 minas. La fabricación de las minas es de todas partes del mundo, España incluida. Ningún país se ha opuesto a vender minas a Marruecos. Ahora las lógicas militares principales que utilizan en Marruecos son drones y con estos no discriminan en asesinar a civiles o militares. Me conmueve cuando hacen referencia a lo difícil que es procurarle una muerte digna a sus víctimas, pues si te acercas a rescatarlas te pueden atacar con los drones ya que los usan de manera indiscriminada.

Resistencia e impotencia cuando conocemos que Marruecos les ha construido 2.720 km de muro que impide que puedan entrar en su tierra. Son en total 6 muros, el último con intervención /convenio del gobierno de España de Felipe González en año 1986 y el beneplácito del rey, todo ello a cambio de caladeros de pesca saharauis. Esta barrera artificial es la más grande del mundo, junto con la muralla China. Están intercalados entre sí y cada uno tiene sus propias defensas militares. Conforme han ido ampliando territorios estos los han blindado con nuevos artilugios de guerra, frente al obsoleto y envejecido armamento saharaui. He leído en diferentes publicaciones que Marruecos se gasta ¡¡¡cuatro millones de dólares al día para mantener el muro!!! Se puede considerar que es la versión marroquí del Apartheid. Es un muro que está apoyado tanto por Oriente como por Occidente y que ha provocado un gran éxodo. No sé puede flanquear, siempre está vigilado y amenazado con la milicia marroquí. El pueblo está castigado por Oriente, por ser socialistas, y por Occidente, por ser islamistas. Cuando se les pregunta por Naciones Unidas, nos dicen que no sienten un apoyo real, no la ven ni eficaz ni eficiente. Marruecos y su rey son maestros en generar enfrentamientos y divisiones. Me sobrecojo cuando nos narran que en un mes mató Marruecos más civiles en el Sáhara que el gobierno de Obama en ocho años y en cuatro países. El muro está hecho con dinero internacional, modelo estratégico israelí y mano de obra marroquí. Y a pesar de todas estas barbaridades es un pueblo que rezuma…

Dignidad. Es un pueblo rico en valores y en dignidad. La mayoría de los hombres están en la guerra y la mayoría de las mujeres están sosteniendo la vida y la organización política. Hemos tenido la suerte de conocer a alguna de las mujeres guerrilleras que han luchado desde los orígenes por recuperar lo que es suyo. Sus planteamientos son lecciones de vida para nuestros entornos. Priorizan la salud, la educación y la comunidad. Me sorprende escuchar a un niño de 11 años cómo conoce la realidad del mundo, el análisis que hace de los conflictos internacionales. Me conmueve cómo con los pocos recursos materiales que tienen, los multiplican y los comparten. Los dispensarios médicos, en medio del polvo del desierto, atienden las necesidades de salud que van surgiendo. A nivel organizativo son un referente. Uno de los días mantenemos un encuentro con la Unión Nacional de Mujeres Saharauis. Este año celebran su 50 aniversario. Han preparado con mucho cariño el encuentro con nosotras. Una explicación acompañada de una presentación en PPT nos ayuda a conocer la historia de la organización. Me resulta muy interesante que celebran congresos cada cinco años, el primero fue en 1985 en un entorno de extrema hostilidad ambiental y con la carencia de recursos que tienen (con lo que nos cuesta aquí organizar cualquier actividad). Son conscientes que, con la ausencia de hombres en los campamentos, ya que la mayoría está en la guerra, ellas tienen que asumir la organización de la vida civil y familiar y luchan para incrementar el nivel educativo, profesional y político de todas las mujeres y toda la comunidad. Conocer a la Ministra de Promoción de las Mujeres y Asuntos Sociales y ver su clarividencia en las estrategias organizativas nos enseña que a veces menos, es más.

Para terminar esta pequeña reflexión, señalo dos riesgos que me preocupan. Por un lado, uno externo, que es la invisibilización que hay de esta realidad, y como bien sabemos, lo que no se nombra no existe. No hay noticias en los circuitos oficiales sobre este pueblo, no hay apenas manifestaciones ni denuncias por parte de la sociedad civil, no se estudia en los contextos oficiales. Silencio total. Por otro lado, uno interno que está relacionado con la influencia de las redes sociales, a alguna gente joven las sentía muy alejada de la propuesta revolucionaria, se pasan las horas viendo bailes de regaetton, coches de alta gama y todo aquello que el capitalismo salvaje nos intenta vender al común de la humanidad.