martes, 2 de diciembre de 2025

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA), EL ÚLTIMO NICHO PARA INVERTIR DEL CAPITALISMO

La denominada ‘Inteligencia Artificial’ según algunos investigadores ni es inteligente ni es artificial, no es una novedad, su nombre ya fue utilizado en la Guerra Fría [1], por tanto, su llamativo nombre hay que entenderlo sólo como un mensaje engañoso, grandilocuente y propagandístico. Independientemente de lo que pueda aportar de positivo en materia científica, no valida su utilización negativa, que incluso algunos de sus progenitores, como Geoffrey Hinton, Yoshua Bengio o Yuval Noah Harari, ya han denunciado [2].

 

Antonio Sánchez Rodríguez

2 de diciembre de 2025

Parto del respeto a las tecnologías en su uso y orientación social; de la IA se valora sobre todo su velocidad de cálculo cuántico, con datos científicos para poder avanzar en investigaciones sanitarias, medioambientales, etc., pero carece de capacidad emocional –ya ha sido utilizada en las actuales guerras-, no tiene capacidad creativa –toma la información de los libros publicados o las imágenes de los mejores cuadros- etc. Del mismo modo, se confirma que la carga de datos es esencial para sus análisis. Por ejemplo, según estudios con datos masivos si son tomados de las redes la ‘entorpece’ [3], así como cuanto más inteligente y avanzado es un modelo de IA, más egoístas y menos cooperativas se vuelven sus decisiones: los principales modelos de razonamiento casi siempre actúan en su propio interés, sin importarles las consecuencias para la sociedad [4].

Pero hay un elemento esencial que no permite la confianza en ella respecto a sus respuestas, y es la historia. La historia de los adelantos tecnológicos de los últimos doscientos años. Ella nos enseña que todos los ‘adelantos’ han sido ‘utilizados’ por el capital para aumentar su riqueza exclusivamente y controlar el mundo laboral, social y político. La cuestión entonces es:

¿Por qué la mal llamada Inteligencia Artificial tendría que ser distinta a lo que ha venido ocurriendo?

Creo importante que repasemos estos antecedentes, porque son las bases para entender de lo que hablamos.

I.- El Capital:

En la historia del sistema capitalista desde su mismísimo origen, ya sesgado por el anterior modelo mercantilista, la ansiedad por el enriquecimiento ha sido su razón de ser; de hecho, su definición: ‘El Capital’ no es un simple nombre, es un verbo, es una acción constante para que el capital ‘crezca’, si se queda parado se convertirá en una ‘propiedad’ sujeta a los acontecimientos externos o en ‘pérdidas’ directamente, según la propia esencia del capitalismo que determina que “Parar es perder”.

Un ejemplo de lo que significa ‘parar’ para el capital y la imposibilidad de ‘recuperar’. Comentarios sindicato-empresa, al finalizar una huelga ganada:

El sindicalista dice: No es una debacle, reiniciamos con un buen acuerdo y el tiempo de huelga se podría recuperar, con refuerzo de plantilla, etc.

- La respuesta fue: El tiempo de huelga siempre está perdido, porque nunca se podrá facturar el valor añadido de las horas de trabajo no realizadas. Ese tiempo perdido siempre se podría haber ejecutado, incluso sin haber ocurrido la huelga, como un añadido o refuerzo de plantilla.

Este es, y siempre ha sido, el capital: tiempo no trabajado, beneficio irrecuperable. Por ello los trabajadores debemos tomar conciencia de nuestra fuerza: ¡la huelga! Si el mundo del trabajo y asalariado para, el mundo se para.

Esto del crecimiento no ha parado nunca y aún hoy, en práctica quiebra, el occidente global (EE. UU.) intenta resistir difundiendo al mundo el último ‘nicho económico’ como una nueva ‘fiebre del oro’: la Inteligencia Artificial.

II.- Crecimiento - (PIB) o Progreso y Desarrollo – (IDH)

Ya a mitad del siglo XVIII los economistas clásicos querían convencer a la población de que el ‘crecimiento’ conlleva la riqueza y que esta terminaba afectando positivamente al bienestar social, pero la realidad es que nunca ha sido así. El crecimiento de la productividad y el aumento de la acumulación de capital no tenía nada que ver con el incremento de los salarios, la reducción de las jornadas o las mejoras de las condiciones laborales y sociales. ¡NUNCA! Si algo se ha venido consiguiendo en las mejoras sociales y en el mundo asalariado ha sido por la lucha con conciencia de clase.

Es conveniente por tanto discernir entre los siguientes conceptos expresados en el título del apartado, porque son tratados como equivalentes y no lo son: el crecimiento y acumulación de capital ya nos lo vendían desde el siglo XVIII como bien para todos, pero la realidad es que no les importa el Progreso y Desarrollo social y cada bloque se fijará unos objetivos netamente diferentes: el Estado, el capital privado y la economía mixta.

Cualquier Estado ha de entregarse específicamente en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos y por tanto su objetivo es solventar las necesidades básicas para la vida como consecuencia de la evolución y la cultura. Son esas necesidades las que definen la supervivencia y el bienestar, y son las mismas para todos los seres humanos. Obvias son las de carácter fisiológico o más individual. En todo caso, el Estado será el garante de este compromiso y dictará las leyes correspondientes como base para obtener los bienes y servicios para cubrirlas; por ejemplo, una vivienda digna, alimentación, el agua, energía, comunicaciones, disfrutar del acceso a la atención médica de calidad y a la educación. Objetivos, junto a muchos otros, que afectan directamente a la sociedad, y todos ellos constituyen un ‘gasto’, una inversión social en la que no existe ánimo de lucro, que se cubre con los impuestos, algunas tasas e incluso con ingresos de algunas empresas públicas.

Estas actividades, evidentemente requeridas por las poblaciones, significan un progreso centrado en la mejora de las condiciones sociales y bienestar social y en la efectividad del desarrollo de la misma con avances, mínimamente, en los indicadores del Índice de Desarrollo Humano (IDH): esperanza de vida, educación, e ingresos per cápita.

El capital privado podrá, si el Estado oferta y si así le conviene, acometer objetivos que le son propios al Estado. Sus demás actividades son ‘creaciones de falsas necesidades’ que no tienen por qué formar parte en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, pero dichos objetivos, que denominan ‘nichos’ económicos, o ‘resquicios’ donde invertir para seguir creciendo y acumulando capital, los transmitirá con mercadotecnia y machacona publicidad a través de sus medios a la población para “fomentar el deseo” de consumos no necesarios, pero que terminarán, tras las campañas incluso de influencers o creadores de contenidos, insertándose culturalmente. Un extenso ejemplo de sus logros es conseguir que cada día del año se califica de especial para hacer regalos: santos y cumpleaños, aniversarios, rebajas temporales, cambios de modas, convertir las fiestas populares en escenarios turísticos y derroche energético y una mercancía tecnológica de utensilios tan perecederos como las verduras: móviles, ordenadores, tablet, e-Book, pen drivers y ‘contenidos’ de redes. Todo ello ha sido estudiado estratégicamente para convertirlos en mercancías, estos últimos los de más éxito que ha abierto la Industria tecnológica hasta la IA de hoy.

La idea de crecimiento sin limitaciones no implica necesariamente una mejora en la calidad de vida, y por otra parte lo que sí requiere es un enorme control de los costes que puede acarrear. Hay que controlar con el qué, el cómo y el dónde, dado que los costes ambientales, sociales y culturales pueden ser la bancarrota no sólo económica sino de la humanidad

No obstante, para mantener el ritmo de crecimiento también se han ayudado en los últimos tiempos con otras argucias, como cambiar el sistema de financiación y origen de fabricantes, dando prioridad absoluta a la financiarización porque ya en EE. UU. no dan dinero las grandes fábricas de miles de trabajadores, con grandes instalaciones que requerían enormes cantidades de inversión y regular retorno de la misma. Es más fácil negociar o invertir el dinero de otros, como los activos depositados en los bancos, planes de jubilación, aseguradoras, etc.… De tal manera que a fecha de hoy el capitalismo sólo apuesta por dos macro-actividades: Las empresas tecnológicas y las grandes gestoras de activos. Ambas por supuesto con la misma ansiedad de ‘crecimiento’ sea cual sea el método, dejando constancia de que la situación social no importa.

Como sabemos, el crecimiento tiene su “sistema de medidas” que es el Producto Interior Bruto (PIB) y es un valor que cuando sube hace presumir a los gobiernos, pero no es un valor que refleje la calidad de vida, ni la equidad del reparto de esa supuesta riqueza. El PIB mide todas las inversiones, incluidas las que seguirán en los próximos años Gaza, Ucrania, Sudán, Cisjordania, Yemen, etc., después de las guerras con centenares de miles de muertos y destrucción de toda la infraestructura civil.

Tanto las tecnológicas como los fondos de inversión mantienen, incluso han potenciado, su ambición y las desigualdades se van incrementando y por ende el engaño, con su poder de manipulación a “todo gas” a partir de sus propias y controladas instituciones: Banca, Bolsa, medios de difusión, Universidades, el ejército y el poder político, con las Democracias representativas que se humillan ante las élites económicas; y si les fallan echarán mano de la ultraderecha para sustituirlas.

La economía mixta puede coexistir, a mi modo de ver, siempre que el producto o el servicio sea una necesidad básica que el Estado en sus limitaciones económicas desea priorizar. En cualquier caso, los proyectos mixtos deben estar controlados por una institución pública y por ende bajo la soberanía popular. Dicho de otra manera, una élite económica, pese a su riqueza, no puede dirigir un Estado ni económica ni políticamente, e incluso desde ciertos niveles de su estructura la intervención popular debe participar en sus decisiones si estas influyen en las necesidades básicas y esenciales de la ciudadanía.

III Los ‘nichos’ del capitalismo para que su capital no deje de ‘crecer’:

No he realizado un análisis exhaustivo, ni he encontrado fuentes que los relacionen secuencialmente; por tanto lo que sigue está enhebrado aunque haya un cierto orden cronológico, e incluso habrá más iniciativas o ‘modas económicas’ que las que siguen a continuación y únicamente me centro en ellas por lo conocido y vivido. Evito no obstante el entrar en detalle de cada una de ellas, y no quiero dejar de recordar que todas ellas fueron apoyadas por muchos gobiernos económicamente con fuertes subvenciones y legislación: 

  • Mecanización,
  • El Trabajo en serie,
  • Modernidad,
  • Innovación,
  • Externalización o Outsourcing, (I)
  • Mini Job,
  • Temporalidad,
  • Emprendimiento (Los buscadores del dorado y sus fracasos),
  • puntocom, (II)
  • Las TIC
  • Ciberprogreso
  • Sociedad del conocimiento
  • Digitalización, D+I+C Datos, Información, Conocimiento,
  • I+D+i - Investigación (I), Desarrollo (D) e innovación (i),
  • Las redes
  • Las tecnológicas
  • Globalización. (Externalización Internacional-(III)
  • Financiarización,
  • Turismo, (Campaña)
  • Turistificación, (Resultado de la campaña)
  • La Inteligencia Artificial, último bastión de inversión (IV)   

(I) Cambio radical del modo de producción y potenciación del individualismo.

(II) Potenciación máxima del paso de lo secuencial o lo digital.

(III) El mundo, en el que un polígono industrial podría ser un país, como una parte de las “cadenas de valor globales” (CVG).

(IV) La inteligencial Artificial.


Estos impulsos, cuyo objetivo era mantener la tensión económica, eran todos iniciados con fuertes campañas de propaganda en todos los medios existentes, prácticamente todos nos venían de los EE. UU. y como huracanes devastadores cambiaban los sistemas productivos y herramientas, esparciéndose por la Unión Europea, con la inestimable colaboración de un Reino Unido que actúa como un infiltrado, y donde Alemania y su zona de influencia económica y Francia, que posiblemente podrían ofrecer competencia a los estadounidenses, siempre fueron respetuosos, cosa que a fecha de hoy lo están pagando caro. Toda estos ‘impulsos’ llegaban’ ineludiblemente a otros terceros países.

Otro mantra se incorpora al crecimiento y un tanto al desarrollo, de aspecto dudoso a mi entender: la ‘innovación’, o sea, crear algo nuevo y mejor para lograr la eficiencia. Esta fase siempre acompañaba a las nuevas propuestas. Otra cosa es asociada al 'Progreso'.

A continuación, párrafo para ‘vender’ su bondad, pero aunque no soy enemigo de las tecnologías, ya lo comenté antes, por lo mucho que pueden aportar a la sociedad, dudo mucho de ella por a.- porque la ‘trasformación económica’ no está dirigida a reducir la ‘desigualdad’,  b.- por ‘competir’ a ultranza y no dirigirse hacia un mundo colaborativo, c.- La inversión, en sí misma, no es positiva, d.- La realidad de hoy no demuestra que 200 años después haya mejorado la ‘calidad de vida’ de la población, sino todo lo contrario y e.- el enriquecimiento no es de todo el país, sino de unos cuantos, cada vez más. 

Durante los últimos 200 años, la innovación, los avances técnicos y la inversión en bienes de capital que incorporan nuevas tecnologías han transformado las economías de todo el mundo. De hecho, cuanto más innova un país, más aumenta su competitividad y más atractivo es para inversores propios y extranjeros,Lo que a su vez contribuye a mejorar la calidad de vida de la población y al enriquecimiento del país.

Por tanto, no olvidar que para ‘innovarse’ durante todo este tiempo atrás y en lo sucesivo habría que pasar por adquirir los nuevos ‘tiestos’ y ‘conocimiento’ para manejarlos. Tanto los ‘chismes’ como los ‘cursos’ han sido muy costosos y con amplio margen de beneficio, dado el desconocimiento del coste real por parte de los compradores, pero era ‘adaptarse o morir’, tanto empresas como gobiernos podría ser apartados por su resistencia… Por cierto, ¿lugar donde adquirirlos? Evidentemente, los EE. UU.

Conclusiones:

La relativamente nueva Inteligencia Artificial no es algo nuevo, es una moda más, un nicho de inversión, que como las/os anteriores no nos dejará más que el sobrante de sus logro económicos, cosa que de momento es incierta.

La Inteligencia Artificial es hoy la esperanza del capitalismo occidental, sobre todo de los EE. UU., para superar su bancarrota económica. Si la apuesta por la IA falla, la próxima crisis será peor que la del 2008 y el occidente global estará en un gran riesgo de desaparecer, lo que implica un riesgo de enfrentamientos bélicos catastróficos para el resto del mundo.

No obstante, la exigencia de control y reglamentación sobre esta nueva máquina es algo más que urgente.

 

Enlaces:

[1] https://observatoriocrisis.com/2025/09/19/morosov-ni-es-inteligente-ni-es-artificial-es-una-herencia-de-la-guerra-fria/

[2] Geoffrey Hinton, padrino de la IA: "Las personas que pierdan sus empleos no tendrán otros trabajos a los que acudir"

[3] Las redes sociales pudren el cerebro de la IA

[4] La Inteligencia Artificial más desarrollada tiende al egoísmo