La denominada
‘Inteligencia Artificial’ según algunos investigadores ni es inteligente ni es
artificial, no es una novedad, su nombre ya fue utilizado en la Guerra Fría [1],
por tanto, su llamativo nombre hay que entenderlo sólo como un mensaje engañoso,
grandilocuente y propagandístico. Independientemente de lo que pueda aportar de
positivo en materia científica, no valida su utilización negativa, que incluso algunos
de sus progenitores, como Geoffrey
Hinton, Yoshua Bengio o Yuval Noah Harari, ya han denunciado [2].
Antonio Sánchez Rodríguez
2 de diciembre de 2025
Parto
del respeto a las tecnologías en su uso y orientación social; de la IA se valora
sobre todo su velocidad de cálculo cuántico, con datos científicos para poder
avanzar en investigaciones sanitarias, medioambientales, etc., pero carece de capacidad
emocional –ya ha sido utilizada en las actuales guerras-, no tiene capacidad creativa
–toma la información de los libros publicados o las imágenes de los mejores
cuadros- etc. Del mismo modo, se confirma que la carga de datos es esencial para
sus análisis. Por ejemplo, según estudios con datos masivos si son tomados de
las redes la ‘entorpece’ [3], así como cuanto más
inteligente y avanzado es un modelo de IA, más egoístas y menos cooperativas se
vuelven sus decisiones: los principales modelos de razonamiento casi siempre
actúan en su propio interés, sin importarles las consecuencias para la sociedad
[4].
Pero
hay un elemento esencial que no permite la confianza en ella respecto a sus
respuestas, y es la historia. La historia de los adelantos tecnológicos de los últimos
doscientos años. Ella nos enseña que todos los ‘adelantos’ han sido
‘utilizados’ por el capital para aumentar su riqueza exclusivamente y controlar
el mundo laboral, social y político. La cuestión entonces es:
¿Por qué la mal llamada Inteligencia Artificial tendría que ser distinta a lo que ha venido ocurriendo?
Creo
importante que repasemos estos antecedentes, porque son las bases para entender
de lo que hablamos.
I.- El Capital:
En la
historia del sistema capitalista desde su mismísimo origen, ya sesgado por el anterior
modelo mercantilista, la ansiedad por el enriquecimiento ha sido su razón de
ser; de hecho, su definición: ‘El Capital’ no es un simple nombre, es un verbo,
es una acción constante para que el capital ‘crezca’, si se queda parado se convertirá en una ‘propiedad’ sujeta
a los acontecimientos externos o en ‘pérdidas’ directamente, según la propia
esencia del capitalismo que determina que “Parar es perder”.
Un ejemplo
de lo que significa ‘parar’ para el capital y la imposibilidad de ‘recuperar’. Comentarios
sindicato-empresa, al finalizar una huelga ganada:
– El
sindicalista dice: No es una debacle,
reiniciamos con un buen acuerdo y el tiempo de huelga se podría recuperar, con
refuerzo de plantilla, etc.
- La
respuesta fue: El tiempo de huelga siempre
está perdido, porque nunca se podrá facturar el valor añadido de las horas de
trabajo no realizadas. Ese tiempo perdido siempre se podría haber ejecutado, incluso
sin haber ocurrido la huelga, como un añadido o refuerzo de plantilla.
Este es, y
siempre ha sido, el capital: tiempo no trabajado, beneficio irrecuperable. Por
ello los trabajadores debemos tomar conciencia de nuestra fuerza: ¡la huelga!
Si el mundo del trabajo y asalariado para, el mundo se para.
Esto del
crecimiento no ha parado nunca y aún hoy, en práctica quiebra, el occidente
global (EE. UU.) intenta resistir difundiendo al mundo el último ‘nicho
económico’ como una nueva ‘fiebre del oro’: la Inteligencia Artificial.
II.- Crecimiento - (PIB) o Progreso y
Desarrollo – (IDH)
Ya a mitad
del siglo XVIII los economistas clásicos querían convencer a la población de que
el ‘crecimiento’ conlleva la riqueza
y que esta terminaba afectando positivamente al bienestar social, pero la
realidad es que nunca ha sido así. El crecimiento de la productividad y el
aumento de la acumulación de capital no tenía nada que ver con el incremento de
los salarios, la reducción de las jornadas o las mejoras de las condiciones
laborales y sociales. ¡NUNCA! Si algo se ha venido consiguiendo en las mejoras sociales
y en el mundo asalariado ha sido por la lucha con conciencia de clase.
Es
conveniente por tanto discernir entre los siguientes conceptos expresados en el
título del apartado, porque son tratados como equivalentes y no lo son: el crecimiento
y acumulación de capital ya nos lo vendían desde el siglo XVIII como bien para todos,
pero la realidad es que no les importa el Progreso y Desarrollo social y cada
bloque se fijará unos objetivos netamente diferentes: el Estado, el capital
privado y la economía mixta.
Cualquier Estado ha de
entregarse específicamente en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos
y por tanto su objetivo es solventar las necesidades básicas para la vida como
consecuencia de la evolución y la cultura. Son esas necesidades las que definen la supervivencia
y el bienestar, y son las mismas para todos los seres humanos. Obvias son las
de carácter fisiológico o más individual. En todo caso, el Estado será el
garante de este compromiso y dictará las leyes correspondientes como base para
obtener los bienes y servicios para cubrirlas; por ejemplo, una
vivienda digna, alimentación, el agua, energía, comunicaciones, disfrutar del
acceso a la atención médica de calidad y a la educación. Objetivos, junto a
muchos otros, que afectan directamente a la sociedad, y todos ellos constituyen
un ‘gasto’, una inversión social en la que no existe ánimo de lucro, que se
cubre con los impuestos, algunas tasas e incluso con ingresos de algunas
empresas públicas.
Estas actividades,
evidentemente requeridas por las poblaciones, significan un progreso centrado en la mejora de las
condiciones sociales y bienestar social y en la efectividad del desarrollo de la misma con avances, mínimamente,
en los indicadores del Índice de Desarrollo Humano (IDH): esperanza de vida,
educación, e ingresos per cápita.
El capital privado
podrá, si el Estado oferta y si así le conviene, acometer objetivos que le son
propios al Estado. Sus demás actividades son ‘creaciones de falsas necesidades’
que no tienen por qué formar parte en la mejora de la calidad de vida de los
ciudadanos, pero
dichos objetivos, que denominan ‘nichos’ económicos, o ‘resquicios’ donde
invertir para seguir creciendo y acumulando capital, los transmitirá con mercadotecnia
y machacona publicidad a través de sus medios a la población para “fomentar el deseo” de consumos no
necesarios, pero que terminarán, tras las campañas incluso de influencers o
creadores de contenidos, insertándose culturalmente. Un extenso ejemplo de sus
logros es conseguir que cada día del año se califica de especial para hacer
regalos: santos y cumpleaños, aniversarios, rebajas temporales, cambios de
modas, convertir las fiestas populares en escenarios turísticos y derroche
energético y una mercancía tecnológica de utensilios tan perecederos como las
verduras: móviles, ordenadores, tablet, e-Book, pen drivers y ‘contenidos’ de
redes. Todo ello ha sido estudiado estratégicamente para convertirlos en mercancías,
estos últimos los de más éxito que ha abierto la Industria tecnológica hasta la
IA de hoy.
La idea de crecimiento sin limitaciones no implica
necesariamente una mejora en la calidad de vida, y por otra parte lo que sí
requiere es un enorme control de los costes que puede acarrear. Hay que
controlar con el qué, el cómo y el dónde, dado que los costes ambientales,
sociales y culturales pueden ser la bancarrota no sólo económica sino de la
humanidad
No
obstante, para mantener el ritmo de crecimiento también se han ayudado en los
últimos tiempos con otras argucias, como cambiar el sistema de financiación y
origen de fabricantes, dando prioridad absoluta a la financiarización porque ya
en EE. UU. no dan dinero las grandes fábricas de miles de trabajadores, con grandes
instalaciones que requerían enormes cantidades de inversión y regular retorno
de la misma. Es más fácil negociar o invertir el dinero de otros, como los
activos depositados en los bancos, planes de jubilación, aseguradoras, etc.… De
tal manera que a fecha de hoy el capitalismo sólo apuesta por dos macro-actividades:
Las empresas tecnológicas y las grandes
gestoras de activos. Ambas por supuesto con la misma ansiedad de ‘crecimiento’
sea cual sea el método, dejando constancia de que la situación social no
importa.
Como
sabemos, el crecimiento tiene su
“sistema de medidas” que es el Producto Interior Bruto (PIB) y es un valor que
cuando sube hace presumir a los gobiernos, pero no es un valor que refleje la
calidad de vida, ni la equidad del reparto de esa supuesta riqueza. El PIB mide
todas las inversiones, incluidas las que seguirán en los próximos años Gaza,
Ucrania, Sudán, Cisjordania, Yemen, etc., después de las guerras con centenares
de miles de muertos y destrucción de toda la infraestructura civil.
Tanto las
tecnológicas como los fondos de inversión mantienen, incluso han potenciado, su
ambición y las desigualdades se van incrementando y por ende el engaño, con su
poder de manipulación a “todo gas” a partir de sus propias y controladas
instituciones: Banca, Bolsa, medios de difusión, Universidades, el ejército y el
poder político, con las Democracias representativas que se humillan ante las
élites económicas; y si les fallan echarán mano de la ultraderecha para
sustituirlas.
La economía mixta puede coexistir, a mi modo de ver,
siempre que el producto o el servicio sea una necesidad básica que el Estado en
sus limitaciones económicas desea priorizar. En cualquier caso, los proyectos
mixtos deben estar controlados por una institución pública y por ende bajo la
soberanía popular. Dicho de otra manera, una élite económica, pese a su
riqueza, no puede dirigir un Estado ni económica ni políticamente, e incluso
desde ciertos niveles de su estructura la intervención popular debe participar
en sus decisiones si estas influyen en las necesidades básicas y esenciales de
la ciudadanía.
III Los ‘nichos’ del capitalismo para que
su capital no deje de ‘crecer’:
No he realizado un análisis exhaustivo, ni he encontrado fuentes que los relacionen secuencialmente; por tanto lo que sigue está enhebrado aunque haya un cierto orden cronológico, e incluso habrá más iniciativas o ‘modas económicas’ que las que siguen a continuación y únicamente me centro en ellas por lo conocido y vivido. Evito no obstante el entrar en detalle de cada una de ellas, y no quiero dejar de recordar que todas ellas fueron apoyadas por muchos gobiernos económicamente con fuertes subvenciones y legislación:
- Mecanización,
- El
Trabajo en serie,
- Modernidad,
- Innovación,
- Externalización
o Outsourcing, (I)
- Mini
Job,
- Temporalidad,
- Emprendimiento
(Los buscadores del dorado y sus fracasos),
- puntocom,
(II)
- Las
TIC
- Ciberprogreso
- Sociedad
del conocimiento
- Digitalización,
D+I+C Datos, Información, Conocimiento,
- I+D+i
- Investigación (I), Desarrollo (D) e innovación
(i),
- Las
redes
- Las
tecnológicas
- Globalización.
(Externalización Internacional-(III)
- Financiarización,
- Turismo,
(Campaña)
- Turistificación,
(Resultado de la campaña)
- La Inteligencia Artificial, último bastión de inversión (IV)
(I)
Cambio radical del modo de producción y potenciación del individualismo.
(II)
Potenciación máxima del paso de lo secuencial o lo digital.
(III) El mundo, en el que un polígono industrial podría ser un país, como una parte de las “cadenas de valor globales” (CVG).
(IV) La inteligencial Artificial.
Estos impulsos, cuyo objetivo era mantener la tensión económica, eran todos iniciados con fuertes campañas de propaganda en todos los medios existentes, prácticamente todos nos venían de los EE. UU. y como huracanes devastadores cambiaban los sistemas productivos y herramientas, esparciéndose por la Unión Europea, con la inestimable colaboración de un Reino Unido que actúa como un infiltrado, y donde Alemania y su zona de influencia económica y Francia, que posiblemente podrían ofrecer competencia a los estadounidenses, siempre fueron respetuosos, cosa que a fecha de hoy lo están pagando caro. Toda estos ‘impulsos’ llegaban’ ineludiblemente a otros terceros países.
Otro mantra
se incorpora al crecimiento y un tanto al desarrollo, de aspecto dudoso a mi
entender: la ‘innovación’, o sea,
crear algo nuevo y mejor para lograr la eficiencia. Esta fase siempre
acompañaba a las nuevas propuestas. Otra cosa es asociada al 'Progreso'.
A
continuación, párrafo para ‘vender’ su bondad, pero aunque no soy enemigo de
las tecnologías, ya lo comenté antes, por lo mucho que pueden aportar a la
sociedad, dudo mucho de ella por a.- porque la ‘trasformación económica’ no
está dirigida a reducir la ‘desigualdad’,
b.- por ‘competir’ a ultranza y no dirigirse hacia un mundo
colaborativo, c.- La inversión, en sí misma, no es positiva, d.- La realidad de
hoy no demuestra que 200 años después haya mejorado la ‘calidad de vida’ de la
población, sino todo lo contrario y e.- el enriquecimiento no es de todo el
país, sino de unos cuantos, cada vez más.
Durante los últimos 200 años, la innovación, los avances técnicos y la inversión en bienes de capital que incorporan nuevas tecnologías han transformado las economías de todo el mundo. De hecho, cuanto más innova un país, más aumenta su competitividad y más atractivo es para inversores propios y extranjeros,Lo que a su vez contribuye a mejorar la calidad de vida de la población y al enriquecimiento del país.
Por
tanto, no olvidar que para ‘innovarse’ durante todo
este tiempo atrás y en lo sucesivo habría que pasar por adquirir los nuevos
‘tiestos’ y ‘conocimiento’ para manejarlos. Tanto los ‘chismes’ como los ‘cursos’
han sido muy costosos y con amplio margen de beneficio, dado el desconocimiento
del coste real por parte de los compradores, pero era ‘adaptarse o morir’,
tanto empresas como gobiernos podría ser apartados por su resistencia… Por cierto, ¿lugar donde
adquirirlos? Evidentemente, los EE. UU.
Conclusiones:
La
relativamente nueva Inteligencia Artificial no es algo nuevo, es una moda más,
un nicho de inversión, que como las/os anteriores no nos dejará más que el
sobrante de sus logro económicos, cosa que de momento es incierta.
La Inteligencia
Artificial es hoy la esperanza del capitalismo occidental, sobre todo de los
EE. UU., para superar su bancarrota económica. Si la apuesta por la IA falla,
la próxima crisis será peor que la del 2008 y el occidente global estará en un
gran riesgo de desaparecer, lo que implica un riesgo de enfrentamientos bélicos catastróficos para el resto del
mundo.
No
obstante, la exigencia de control y reglamentación sobre esta nueva máquina es algo
más que urgente.
Enlaces:
[3] Las redes sociales pudren el cerebro de la IA
[4] La Inteligencia Artificial más desarrollada tiende al
egoísmo
