Vientos de Cambio Justo

martes, 6 de noviembre de 2018

PARID, PARID, MALDITAS QUE ESPAÑA SE ACABA.


Han pasado treinta y cinco años y, como no podía ser menos, este renovado PP sigue llegando tarde y vuelve con una propuesta que podemos resumir en una frase “parid, parid malditas, que España se acaba” y lo peor de todo es que, al parecer, ellos son los “progres” de la derecha española.


JOSE ANTONIO BOSCH.

6 de noviembre de 2018

El otro día escuché unas declaraciones de Pablo Casado con relación al aborto (por cierto escasas fechas después de otras que hizo el Papa Francisco) y me produjeron una sensación de “rejuvenecimiento” porque me trasladaron al año 1983; el día 25 de mayo de aquel año se debatía en el Pleno del Congreso de los Diputados el proyecto de ley del artículo 417 del Código Penal, proyecto que dos años después dio lugar a la Ley Orgánica 9/1985, norma que despenalizó el aborto en España. En el pleno, uno de los padres fundadores del que luego fuese Partido Popular (en aquella fecha Alianza Popular) Sr. Fraga Iribarne expresaba en forma vehemente su opinión y la de su grupo contraria a la despenalización del aborto y proponía como alternativa al aborto que “lo que debemos es establecer ayuda a las familias necesitadas y a las madres solteras; ayuda igualmente a los hijos, de cualquier origen: mejora de los sistemas de adopción, y así sucesivamente[i]”.

Treinta y cinco años después de aquel debate el Sr. Casado propone derogar la Ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria de embarazo y que se vuelva a la Ley del 1985, la que no quisieron y recurrieron en su día, porque dice que con la vigente hay “barra libre y es un coladero” proponiendo una ley para proteger a las mujeres embarazadas y a las familias, es decir lo que ya proponía su partido hace treinta y cinco años como alternativa al aborto; la parte positiva, por ser optimista en algo, es que como sólo llevan de retraso siete lustros, para el año 2053 calculo que expresarán su apoyo a la ley vigente hoy.

Por lo demás, las declaraciones del joven dirigente no tienen desperdicio; lo que supone su pretensión de volver a la ley del 1985 es partir del principio de que el aborto es un delito y sólo en aquellas circunstancias excepcionales que se consideren adecuadas, se despenalizan algunos supuestos, por eso proclama a los cuatro vientos que el aborto no es un derecho sino un fracaso. Para justificar su posición habla del problema demográfico de España y de la “barra libre” y “el coladero” y de que las mujeres se ven obligadas a abortar, concluyendo que no le gusta la Ley de Zapatero y que la derogará.

Lo que supone la “innovadora” propuesta del Partido Popular es ignorar que los derechos humanos de las mujeres incluyen el derecho a tener el control y a decidir libre y responsablemente sobre su sexualidad, incluida la salud sexual y reproductiva, libre de presiones, discriminación y violencia; lo que realmente pretenden, es negar el derecho a las mujeres a tomar decisiones sobre su propio cuerpo, derecho que hay que negarles porque no saben lo que de verdad les conviene, que para eso estamos los hombres para indicar cuando hay que parir y cuando se puede no hacerlo.

Llama la atención que, aparte de retrógrados, sean tan poco rigurosos con los datos; la realidad es que desde el año 1985 al 2010, el tiempo en que estuvo vigente la ley a la que pretenden regresar, el número de abortos en España fue incrementándose año a año (salvo en uno); frente a ello, desde el año 2013 el número de interrupciones voluntarias de embarazo en España se ha venido reduciendo; así si comparamos el número de IVE del primer año completo de vigencia de la actual normativa con el año 2016 veremos que se ha producido un descenso del aborto en España del 21%, entre ambas fechas, por lo que la referencia a “la barra libre” sólo podemos entenderla como que aborta quién quiere, horrible pecado este, o que el aborto es gratuito, y hasta ahí podíamos llegar que la Sanidad Pública se haga cargo de la salud de las mujeres.

¿Cuál es la necesidad pues de cambiar la norma? Por lógica un antiabortista, como mal menor, debería preferir una norma que viene acompañada de la reducción del número de IVE a otra que estuvo acompañada de un incremento progresivo de los mismos, pero no nos equivoquemos, lo que molesta a los reaccionarios no es el número de interrupciones de embarazo, lo que molesta no es ni tan siquiera el aborto como tal, dado que no están pidiendo su prohibición, lo que realmente molesta, lo que no pueden soportar aquellos que se empeñan en imponernos su moral, es que sea la mujer quién decida, que sea la mujer quién disponga de su cuerpo; lo que rezuman las citadas declaraciones es machismo militante y un paternalismo sexista.

Desde su caverna, reinstaurar una ley despenalizadora, negar a la mujer el derecho a decidir si interrumpe o no su embarazo e instaurar una ley de supuestos, es una magnifica alternativa para venderle a sus parroquianos que están contra el aborto, aunque la solución que proponen no lo disminuya; es una solución farisaica que permite mantener la ambivalencia que tanto gusta a la derecha en algunas materias en épocas preelectorales; que uno de los fundamentos de su propuesta sea el problema demográfico, demuestra la poca imaginación que tiene el señor Casado para ofrecer soluciones reales a problemas reales, porque si lo que quiere es aumentar la tasa de natalidad antes que limitar el aborto e incrementar el nacimiento de hijos no deseados, que piense en políticas de igualdad de género, de apoyos públicos a todo tipo de familias, de mejoras sociales y verá como aumenta la población y todo ello, sin hablar de inmigración que es materia que no gusta en esa casa.

Han pasado treinta y cinco años y, como no podía ser menos, este renovado PP sigue llegando tarde y vuelve con una propuesta que podemos resumir en una frase “parid, parid malditas, que España se acaba” y lo peor de todo es que, al parecer, ellos son los “progres” de la derecha española.


[i] Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, 1983, núm. 40.