Vientos de Cambio Justo

viernes, 8 de marzo de 2019

LA MEMORIA HISTÓRICA, ASIGNATURA PENDIENTE DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA



Antonio Raúl Sánchez Caro
Coordinador de la Asociación de Memoria Histórica del Partido del Trabajo de Andalucía (PTA) y de la Joven Guardia Roja de Andalucía (JGRA) y Miembro de la Plataforma de Memoria Histórica de San Juan de Aznalfarache (Sevilla).

8 de marzo de 2019

  • Más de 4.500 personas fueron asesinadas en Sevilla en la brutal represión que siguió al triunfo del golpe de Estado en la ciudad.
  • La democracia española debe corregir el olvido de las víctimas y la impunidad de los verdugos.
La Memoria Histórica es una asignatura pendiente de la sociedad y la democracia española por todas las injusticias que se cometieron, desde el 18 de julio de 1936 hasta bien entrada la Transición. No se puede mirar para otro lado ante unas injusticias de esas dimensiones, cometidas contra tantísimas personas.

Al llegarse a la democracia “por la puerta trasera”, sin ruptura con el régimen anterior, muchas estructuras y personas del franquismo permanecieron intactas. Lo más grave de todo es haber cerrado los ojos ante la enorme cantidad de asesinatos que cometieron los franquistas. Detrás de cada asesinato hay un asesino, y ninguno de ellos ha pagado por lo que hizo. Todo lo contrario, siguen recibiendo honores, algunos están enterrados en lugares públicos y preferentes, y han gozado hasta ahora de total impunidad.

En cuanto a las víctimas, solo en Sevilla se han contabilizado más de 4.500 en las ocho fosas conocidas del Cementerio Municipal, algunas de ellas desaparecidas y otras parcialmente destruidas.

Ha ido pasando el tiempo y la sociedad no ha corregido el error. Es de justicia hacerlo, porque en Memoria Histórica está todo prácticamente por hacer, hemos avanzado muy poco. En los últimos 4 años hemos desplegado en Sevilla muchas iniciativas, pero hasta ahora el resultado es insignificante si se considera la magnitud de los hechos. Lo que se consiga en adelante dependerá del esfuerzo y trabajos que hagamos.

El Movimiento de la Memoria Histórica ha construido un lema, Verdad, Justicia y Reparación.

Verdad, porque queremos que se ponga en claro lo que ocurrió, que ha llegado hasta nosotros muy distorsionado a causa de las mentiras repetidas una y mil veces por el franquismo.

Justicia, que los asesinos y torturadores del franquismo paguen por ello, o al menos su memoria, porque la mayoría de ellos ha muerto tranquilamente en la cama sin que hayan tenido que rendir cuenta de sus actos. Alguno de esos asesinos y torturadores siguen desarrollando tranquilamente su vida y para colmo habiendo recibido honores, medallas y privilegios que siguen disfrutando, incluidas retribuciones extraordinarias. Ahí están los casos de Emilio Hellín Moro, contratado por la Guardia Civil y la policía tras ser condenado en 1982 a 43 años por asesinar a la militante del Partido Socialista de los Trabajadores Yolanda González; o como el célebre y condecorado torturador de tantos luchadores antifranquistas Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño.

Reparación para las víctimas significa, en primer lugar, anulación de los juicios sumarísimos y consejos de guerra absolutamente injustos que se efectuaron en y tras la guerra, y en los procesos del Tribunal de Orden Público (TOP) franquista. Estos juicios carecieron de toda legitimidad, y deben por tanto quedar anulados, y los condenados han de ser reconocidos y reparados en su honor y memoria, tras tanto sufrimiento que quedó sepultado por la losa del olvido, el desprecio y la represión. Y de otra parte está la reparación económica. Además de cometer esos asesinatos, los franquistas comenzaron a robar desde el primer día de su alzamiento. El Tribunal de Responsabilidades Políticas incautó todos los bienes que tuvo a mano, una práctica generalizada que llevó a la miseria a muchas familias. Un caso paradigmático es el de Blas Infante. En 1940, cuatro años después de ser asesinado, el Tribunal de Responsabilidades Políticas volvió a condenarlo y le impuso a la familia una multa tremenda. Aquí la única reparación que se ha hecho ha sido a los partidos políticos y a los sindicatos, a los que se devolvió solo una parte de las propiedades que en su día les robaron. Pero a ningún ciudadano particular se le ha devuelto nada.

Los objetivos del movimiento por la Memoria Histórica son muy pragmáticos. Nuestra prioridad actual son las fosas comunes del cementerio de Sevilla. Hasta que en 2011 y 2013 se publicaron sendos trabajos del historiador José Díaz Arriaza que marcan un antes y un después en el conocimiento de estos hechos, ignorábamos su magnitud. En octubre de 2015 logramos que los grupos municipales de Izquierda Unida y Participa Sevilla presentaran una moción pidiendo entre otras cosas que se señalizaran las fosas.

La moción fue aprobada, y a partir de ahí se realizaron estudios sobre cuatro fosas: la de Pico Reja, fosa que ya se utilizaba desde antes para pobres e indigentes. Esa fosa se colmató de cadáveres en tan solo mes y medio, desde el 19 o 20 de julio hasta final de agosto de 1936, y en ella quedaron sepultadas 936 víctimas de la sublevación franquista, según el profesor Díaz Arriaza. En esa fosa deberían estar los restos de Blas Infante, del alcalde y buena parte de la corporación municipal republicana, y de los integrantes de la columna minera de Riotinto, todos ellos asesinados. Según parece, esa fosa está tal y como la dejaron en su momento.

Otra fosa es la del Monumento, también conocida como de los Alpargateros, la que alberga a mayor número de asesinados, 2.613 según Díaz Arriaza, una de las cuales sería Carmen Díaz, hermana del Secretario General del Partido Comunista de España, José Díaz. Según los primeros informes de las arqueólogas que están trabajando en ella la fosa ha sido reventada en dos ocasiones: la primera, en 1990, durante el mandato como alcalde del socialista Manuel del Valle Arévalo, destruyó un 4 % de la fosa para construir unos nichos; la segunda destrucción, que afectó al 16 % de la fosa, se cometió entre 2006 y 2008, en tiempos de otro alcalde del PSOE, Alfredo Sánchez Monteseirín, para construir panteones de lujo, a unos 30.000 euros cada uno. Los restos que sacaron para erigir dichos panteones fueron alzados con una retroexcavadora y arrojados a un osario vertedero. En total un 20 % de esta fosa se ha perdido. Habría que exigir responsabilidades a estos alcaldes por la tropelía cometida.

Otras dos fosas, de menor entidad para el caso, son la fosa Antigua, con unos 508 asesinados, y la de la Rotonda de los Fusilados, con unas 86 personas represaliadas. Estas dos fosas han desaparecido por completo al ser “limpiadas” en 1960 y perdidos sus restos. En otras fosas también hoy desaparecidas se enterraron cuatro o cinco guerrilleros de la Sierra Norte de Sevilla.

Conocidos ya estos hechos, los objetivos que tenemos son que se diriman las responsabilidades por las destrucciones perpetradas en las fosas y sobre todo que se inicien las exhumaciones cuanto antes, para la posterior identificación de los restos, si es posible. Los trabajos en Pico Reja no han comenzado aún porque el grupo del PSOE en el Parlamento Andaluz no lo quiso llevar adelante. Por su parte el Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en funcionamiento una Oficina de la Memoria Histórica que está promoviendo la recogida de muestras de ADN de familiares de asesinados, para que si se identifican los restos puedan serles entregados. Con los restos no identificados de los asesinados podría hacerse un columbario que sirviese de reconocimiento a todas estas personas.

Las víctimas asesinadas en Sevilla de las que estamos hablando no fallecieron como consecuencia de la guerra civil, sino como resultado de la brutal represión que siguió al triunfo del golpe de Estado franquista en la ciudad. De las más de 4.500 contabilizadas por Díaz Arriaza hay identificadas con sus nombres unas 2.600 personas.

Muchos familiares de los asesinados participan en la recuperación de la Memoria Histórica. En Sevilla el movimiento memorialista está bastante organizado, y lucharemos para que el nuevo Gobierno andaluz de derechas no paralice las actuaciones iniciadas.

Otro centro de atención de nuestra actividad es el callejero de Sevilla. En junio de 2018 se presentó en el Ayuntamiento una moción apoyada por IU y Participa Sevilla para que desaparezcan 19 nombres de calles, barriadas y centros docentes a las que les afecta la Ley de Memoria Histórica, como la calle Cardenal Ilundain, cómplice del golpe de Estado, o la Barriada San Gonzalo, así llamada por el criminal Queipo de Llano, responsable máximo de la brutal represión franquista en la ciudad. La moción no salió adelante por la abstención del PSOE y el voto en contra de PP y Ciudadanos. Recurriremos al Defensor del Pueblo Andaluz, porque se ha incumplido la Ley de Memoria.