Sebastián Martín Recio. Médico. Mareas Blancas de Andalucía
17 de marzo de 2023
Introducción
Las luchas que en estos
últimos tiempos estamos desarrollando en defensa de la sanidad pública las
hacemos frente a graves problemas que fueron gestados hace una, dos o incluso
tres décadas.
El proceso de deterioro de
la sanidad pública y la expansión paralela de la sanidad privada es de largo
alcance... Las luchas de estos días tienen su origen mucho más atrás.
Por eso he querido en estas
reflexiones que os adjunto situar dos temas que se están fraguando en estos
tiempos cercanos y que, en la próxima década, constituirán un grave hándicap para
la sanidad pública en todos sus aspectos.
¿Hacen falta médicos? Sí. Y
hacen falta estudiantes de medicina... ¿Qué es lo que prepara entonces la
sanidad privada?: facultades de Medicina en universidades privadas.
La sanidad privada sabe que
hacen falta plazas MIR y especialistas para que, en conexión con las facultades
privadas de Medicina y los hospitales privados, puedan conformar un
"circuito totalmente privado" muy parecido al de las grandes
distribuidoras de productos de alimentación como Mercadona, que están
apoderándose tanto de la producción en origen como luego de la puesta en el
mercado de los productos.
También está la sanidad privada, en connivencia con gobiernos y administraciones, expandiendo la cantidad y la cualificación de los hospitales privados... De eso van estas reflexiones.
UNA
ESTRATEGIA PARA LA HEGEMONÍA ASISTENCIAL EN LA SANIDAD
La
sanidad privada tiene una serie de estrategias para alcanzar su hegemonía
asistencial en nuestro país en unos años. A corto plazo, de manera
presente e inmediata, todos los días vemos cómo se contemplan en los
presupuestos públicos cantidades importantes para conciertos, contratos,
externalizaciones y privatizaciones de todo tipo; todo ello, claro está, en
connivencia con los diferentes gobiernos y administraciones públicas, y que se
realizan, es obvio, para obtener grandes beneficios a costa de realizar pruebas
diagnósticas y del abordaje de patologías casi siempre menores, es decir, sin
entrar en problemas complejos en pacientes vulnerables, o muy mayores,
pluripatológicos o vulnerables, desde el punto de vista quirúrgico o clínico-médico
por especialistas …
Vemos entonces aquí dos líneas estratégicas, a medio y largo plazo (son más de dos las que tienen) que van encaminadas, con una perspectiva prácticamente de una década, a conseguir afianzar su modelo, que no es el “público-privado” sino que es el “privado-público”, entendiendo que la primacía radicará en lo privado, donde estará la hegemonía en las políticas imperantes de salud, por la capacidad de intervención económica y social.
No en vano nos estamos
acercando ya al 40 % del gasto sanitario
total como gasto sanitario privado. No en vano las pólizas de seguros privados en España se acercan a los
catorce millones de personas y en Andalucía a los dos millones…, teniendo
en cuenta -ojo al dato- que el dinero que se gasta la población en seguros
privados es sólo un 25 % del gasto privado total, porque el 75 %, según sus
propias estimaciones, corresponde al dinero del bolsillo, es decir, el que el
propio paciente costea de manera individual, sin seguro ni póliza alguna, cuando
acude a una clínica o un especialista privado.
Más
facultades de Medicina en las universidades privadas
Entre estas estrategias a
largo plazo quiero señalar dos. Una del mayor interés, y es la siguiente: todos
sabemos que hay una escasez de médicos y que esta escasez de médicos está muy
fundamentada en una escasez de
estudiantes de Medicina, hasta tal punto que los estudios que se han
realizado demuestran que el número de plazas MIR que se ofertan es superior al
número de estudiantes de Medicina que acaban su grado. Es decir, hay que aumentar la cantidad de médicos
para que en un plazo de diez-doce años se puedan equilibrar y podamos
superar el gran bache de déficits que tenemos ahora, que es estratégico, que
viene como consecuencia de no haber abordado hace una década todos los
problemas que hoy se están dando y que necesitaremos otra década para
superarlos. Para conseguir más estudiantes de Medicina que estén “bien
mentalizados” hacia la sanidad privada les
resulta muy interesante que se creen facultades de Medicina privadas.
Quisiera que prestasen atención a estas gráficas que les adjunto. Son datos del estudio para el Sistema Nacional de Salud que han elaborado desde la Universidad de Gran Canaria sobre “Necesidades de especialistas en España para 2021-2035”. Y también sobre la evolución del número de estudiantes de Medicina, graduados en Universidades públicas y privadas:
En la gráfica veis dos
líneas: una superior amarilla, que sería las plazas de grados de Medicina que van saliendo, incluyendo las universidades
públicas y las privadas. Y una línea inferior, roja, que son las plazas de grado de Medicina que salen sólo
de universidades públicas.
Observen cómo se ha ido
incrementando el diferencial hasta tal punto que en el 2021, según este estudio,
se han formado un total de 7.264 médicos provenientes de las facultades
públicas y privadas -todavía sin hacer el MIR- y un total de 5.753 salidos exclusivamente
de las universidades públicas. Es decir, hay una diferencia aproximadamente de más
de 1.500 médicos que corresponden exclusivamente a estudiantes que vienen de
universidades privadas. Tendremos en cuenta que los estudiantes salidos de
universidades privadas en 2021, han estudiados en éstas cuando ya estaban en
funcionamiento en 2015 o años anteriores. Habría que ver las nuevas facultades
de Medicina que se han ido abriendo desde entonces. Si nos vamos a lo que había
hace una década, en el año 2010, la diferencia era prácticamente solo de 300 o
400 estudiantes de Medicina los que salían de las universidades privadas. En
España hay actualmente 46 facultades de Medicina repartidas en todo el país; 34
son de universidades públicas y 12 son
de universidades de carácter privado.
Más
plazas MIR y especialistas formados en hospitales privados
Por otra parte, el deseo estratégico de acceder por parte de los hospitales privados a la formación MIR es patente y de hace tiempo. Son pocas las plazas de formación sanitaria especializada en centros privados que se ofertan cada año y, hasta ahora, estos hospitales admitían a los aspirantes MIR que habían seleccionado antes de presentarse a la prueba. Sin embargo, el nuevo Real Decreto de Especialidades aprobado hace semanas por el Consejo de Ministros eliminaba el requisito de información previa por parte de estos centros. En la pasada convocatoria de plazas de formación sanitaria especializada solo 47 de las 8.188 plazas MIR ofertadas correspondían a centros privados, según esas fuentes. La patronal de la sanidad privada señala que para conseguir fortalecer el músculo formativo de la sanidad privada «deberían tener en cuenta las peculiaridades de nuestros hospitales en el proceso de acreditación de las unidades docentes». La sanidad privada se enfrenta, por tanto, a un proceso a medio-largo plazo, que están dispuestos a llevar a cabo con la complicidad de diferentes administraciones y gobiernos, para conseguir introducir la formación MIR en sus centros privados con todas las consecuencias.
¿Qué quiere decir todo esto?
Quiere decir que para el año 2030
podemos tener la gran paradoja de un equipamiento
hospitalario privado muy robustecido gracias a los conciertos,
externalizaciones y la financiación que desde los presupuestos públicos
estatales, autonómicos y europeos se han transferido a los consorcios privados,
es decir, más hospitales privados, más capacidad y por lo tanto, con más medios
e infraestructuras para atender la formación MIR. Y también más estudiantes de Medicina, casi en
una cifra que podría ir acercándose a la de las universidades públicas.
Estudiantes de Medicina que, por otra parte, proceden de familias adineradas
que han podido sufragar los elevados costes de las facultades privadas y que no
han superado los requisitos académicos y de capacidad de las universidades públicas
El resultado de ambas cosas
en esta estrategia, sumando el incremento de los seguros privados y llegando,
como va a suceder si seguimos así, a que más del 50 % del gasto sanitario total
sea gasto sanitario privado, será un modelo sanitario de primacía privada, en
la cual el ámbito público quedaría en un
segundo plano en cuanto a los procesos decisorios sobre el modelo sanitario,
y en cuanto a la calidad y ofertas de servicios. Y que sería, por un lado, el
que va dirigido a la población “común”, por decirlo así, inmerso en las demoras
y en la precariedad, de cada vez menor calidad asistencial; mientras que la “otra
oferta” estará condicionada a los niveles económicos de las personas a la hora
de poder afrontar los costes de cada uno de los diferentes seguros privados que
se oferten, que irán desde el “seguro básico” al “seguro extra plus” y del “seguro
Supersalud” al “seguro Premium 5 estrellas”, cada uno de acuerdo con carteras
de servicios y costes diferentes… (y como diría la canción, “A ti te encontré
en la calle…”)
Ese es el modelo
privado-público que se está gestando.
Fuentes:
-https://www.uloyola.es/universidad/estructura-academica/facultad-de-ciencias-de-la-salud