Estas elecciones han dejado en toda Europa una marca muy
negativa del “modelo y sistema de Democracia” confluyente de todos los Estados
que la componen, con el referente de un importante respaldo popular a las
fuerzas políticas que representan a las ultra-derechas del neo-fascismo en sus
diferentes vertientes.
Manuel Armenta
26
de Julio de 2024
El primer referente a destacar en unas elecciones generales es el ejercicio de poder popular en las urnas. Votantes y abstencionistas deciden quiénes representarán en las instituciones y órganos de Gobierno, a las fuerzas políticas que las dirigen y gobiernan, así como que abren puertas a las políticas democráticas de Progreso e Igualdad, o a las de Recortes en Derechos, Libertad y Condiciones de vida Dignas (experiencias vividas en todos los Estados de la UE en el pasado siglo XX, que siguen vivas y retornan).
Votantes y abstencionistas han compartido un cercano 50 % en el conjunto de países de la UE, que ya marca un importante referente de desinterés social por participar con el voto y decidir quiénes representarán al conjunto de la sociedad europea en la vida política parlamentaria y en los poderes institucionales que la regirán. Las razones y responsabilidades de ese desmarque social tan potente son diversas, variables y difíciles de entender, pero sí debemos arrojar responsabilidad sobre quienes se autoexcluyen y al conjunto de fuerzas políticas progresistas y de izquierda que luchan por un futuro de MÁS Y MEJOR DEMOCRACIA, necesariamente alineados siempre con el poder popular para conseguirlo sin guerras ni manipulaciones.