Cuatro veces ha
rechazado Pedro Sánchez a Unidas Podemos para formar un gobierno de coalición. Si
alguna vez cedió algo fue para corregir su error, ante la población y los medios
por el trato humillante y ofensivo, sobre su adversario Pablo Iglesias
exigiéndole su suicidio político, pero sencillamente no fue un error, Iglesias
tenía que quedar eliminado políticamente para lo sucesivo y en el gobierno
nunca entraría ni él ni ningún miembro de Unidas Podemos, porque ni él ni el 95% de la
Población podrían dormir tranquilos.
Lo demás fue dejar
pasar el tiempo, ofrecer y retraerse y esperar la fecha para convocar nuevas
elecciones.
Antonio Sánchez
Rodríguez
23
de septiembre de 2019
Es un hecho no inesperado, iremos nuevamente a votar
el 10 de noviembre de 2019, se formalizará en breve. Pero lo importante en la
historia es el proceso que analizarán los historiadores, lo que es inevitable
es que lo ocurrido quedará en la mente de la ciudadanía, y como ciudadano de a
pié, y ahora, me pregunto: ¿Cómo hemos llegado a esta situación otra vez?
Votamos el 20 de diciembre de 2015, el 26 de junio
de 2016, una moción de censura cambió el gobierno el 1 de junio de 2018 y el 28
de abril de 2019 volvimos a votar, no se resolvió pronto la formación de
gobierno porque interesaba a todos los partidos conocer los resultados propios
y ajenos de dos elecciones más, aunque no fuesen Generales, o sea las Europeas
y las Municipales y Autonómicas del 26 de mayo de 2019. Terminadas estas se
empezaron, sin prisas ya para algunos, las conversaciones para formar un
gobierno “progresista” ¡ojo! No de izquierdas sino ‘progresista’. ¿Da igual?.
NO.
Caída
y remontada de Pedro Sánchez y de nuevo a empezar:
Por un lado hemos tenido al PSOE con Pedro Sánchez,
que llegó hasta la actualidad como un ave fénix, después de vivir un proceso
épico el cual inició sufriendo las peores derrotas electorales de su partido.
Un PSOE amortizado porque sus votantes así lo entendieron: la crisis, el
bipartidismo que se balanceó durante decenas de años en una Democracia Representativa,
los casos de corrupción política, la debilidad del Estado quedando como simples
gestores de las multinacionales, todas las instituciones estaban en duda, etc. porque la
crisis no era sólo económica.
En el otro, una coalición de partidos y movimientos
surgidos de la gran protesta social del 15M que sintetizó su queja con lucidez
con el “No no representan” que demandaba cambios en las estructuras más
profundas del sistema. No eran ni son ni radicales ni antisistema en el sentido
peyorativo que se ha querido dar a estas definiciones. Simplemente exigían el cambio
de una sociedad fracasada, eran parte de un pueblo que se sentía libre y
reclamaba cambios profundos para que este país pudiera seguir adelante
avanzando en sus derechos, en la igualdad y en la equidad, etc.
En las dos primeras de las elecciones mencionadas ambas
partes estaban muy equilibradas. En el caso del PSOE el candidato a
presidente era Pedro Sánchez y los
resultados del PSOE fueron los peores de su historia. En el primer caso obtuvo el
22,01% de los votos con 90 diputados (20 menos que en caso anterior). En
paralelo el bloque de izquierda real agrupado alrededor de la idea 15M obtuvo
el 20,68% con 69 diputados pese a una fragmentación que castiga la Ley D’Hondt.
En el segundo caso fueron aún peores obtuvo el 22,63% de los votos con 85
diputados (5 menos que en el anterior). Mientras que el bloque de izquierda
real consiguió 71 diputado y el 21,15%.
Lo habitual era escuchar entre la gente: “El PSOE
desaparece y será sustituido por Podemos”. Las encuestas eran muy
significativas y el desencanto con el PSOE era ya viejo y potenciado por
Zapatero con su Reforma Laboral del 2010 y el cambio del 135 en el 2011, la
pérdida de más de 4 millones de votos mostraban que la decadencia de la
socialdemocracia era patética, no sólo en España… no daba para más y el ciclo para
muchos estaba cerrado.
En los procedimientos de investidura de estas
últimas elecciones en la que el presentado era Rajoy en el primer debate
fue rechazado en las dos votaciones (30 de agosto y 2 de septiembre), el “No es
no” de Pedro Sánchez era así de rotundo. Este asunto quedó paralizado para dar
paso a las Elecciones autonómicas de El País Vasco y de Galicia del 25 de septiembre.
Lo que ocurrió es que en ellas la caída del PSOE aumentó aún más.
El “aparato” del PSOE era consciente de que el
bipartidismo estaba totalmente tocado… Tal vez un apoyo a Rajoy frenaría el
ritmo de caída libre de su partido e incluso durante la legislatura les daba
tiempo para recomponerse, y se puso en marcha el 28 de septiembre de 2016 dimitiendo
varios miembros de la Ejecutiva, forzaron la disolución de la misma y la
dimisión de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE que presentó el 1 de octubre de 2016 dando paso a la formación de
la gestora que reclamaban sus críticos.
En el segundo debate de investidura (26 de
octubre de 2016 y 28 de octubre de 2016) seguía optando a presidente Rajoy, días
antes, el 22 de octubre el Comité Federal acordó abstenerse en la segunda
votación, algunos socialistas no atendieron la orden y se abstuvieron, pero la
mayoría se acoplaron a la ley de partido. El 29 de octubre de 2016 Pedro
Sánchez entregó su acta de diputado.
Hemos de decir que a la Gestora del PSOE no le
importaba mucho, la importancia que tenía ceder un gobierno al
presidente Rajoy, a sabiendas de que lo realizado por él con anterioridad a la cabeza del
PP como partido de Derecha Neoliberal. Evidentemente el resultado fue que Rajoy nos volvió a
machacar con sus medidas, que costarán un gran esfuerzo legislativo para
derogarlas. Nunca Rajoy debió acceder a la presidencia de gobierno y en esto la
posición de Pedro Sánchez del “No es NO” era acertada.
Pedro Sánchez no se dio por vencido, sabía que una
cosa era el aparato y los barones y otra diferente eran las bases del partido,
y en enero de 2017 anunció
su candidatura a la secretaría general del PSOE para las primarias previstas
para el 21 de mayo de 2017 donde fue reelegido como secretario general del PSOE
frente a las candidaturas de Susana Díaz y Patxi lópez obteniendo más del
50 % de los votos de los militantes
Moción de censura en
la que lo elevan a presidente:
A
finales de mayo 2018 se publica el fallo de la Audiencia Nacional de la primera
macrocausa del Caso Gürtel en el que se señaló al Partido Popular (PP) como
partícipe a título lucrativo de la trama, apuntándose además la falta de
credibilidad del testimonio como testigos de varios políticos del PP, incluido
el del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Tras la difusión de la sentencia
el 25 de mayo de 2018 el PSOE registró en sede parlamentaria una moción de
censura contra Rajoy presentando a Sánchez como candidato a la presidencia del
Gobierno. El 1 de junio de 2018 tuvo lugar la votación que salió adelante. Pedro Sánchez no debería olvidar nunca quién puso los votos para hacerlo presidente.
Al
final Pablo Iglesias –con sus confluencias- no asaltaron los cielos y lo más
que, de momento, pudieron hacer es ayudar a desalojarlos. Pedro Sánchez cuya
épica iba a toda marcha ni se lo podía creer. Una llamada de la banca
prácticamente obligándole a presentar la moción de censura y en paralelo
ordenando a Rajoy que se fuese por ser impresentable ante el mundo y los
inversionistas en España un presidente y un partido de gobierno corrupto.
Un
grandísimo error cometió Pedro Sánchez al elegir para su gabinete el 7 de junio
2018 como jefe del mismo al asesor político Iván Redondo. Hay que recordar que
este profesional todos sus trabajos anteriores habían sido para líderes del PP:
Xavier García Albiol, José Antonio Monago, Antonio Basagoiti y ahora lo haría con
el PSOE de Pedro Sánchez al que al parecer ya ayudó en la campaña de las
primarias. En este aspecto lo que he de resaltar es que Pedro para estrategias y
comunicación política, etc. abandona la ideología y pone su atención en la mal
llamada “eficiencia empresarial” o sea el objetivo siempre será “ganar” como
sea, todo vale. Para “ganar” al adversario éste podrá ser atacado sin
compasión, desprestigiado, humillado, ni honor, ni lealtades, nada de
caballerosidad, nada de nada… “Ganar” y sólo ganar. Creo que en todas estas
campañas esa mano se ha notado bastante.
Gobierno de Pedro
Sánchez, Presupuestos para 2019 e independentistas:
Las presiones de los acuerdos con la, hoy desdeñada, izquierda real hizo que se dieran pasos importantes en leyes y correcciones de algunas otras sacadas adelante por Rajoy. Tras su nombramiento, Sánchez manifestó su voluntad de agotar la actual legislatura y no convocar elecciones hasta junio de 2020
Las presiones de los acuerdos con la, hoy desdeñada, izquierda real hizo que se dieran pasos importantes en leyes y correcciones de algunas otras sacadas adelante por Rajoy. Tras su nombramiento, Sánchez manifestó su voluntad de agotar la actual legislatura y no convocar elecciones hasta junio de 2020
Pero
el ciclo se frenaría parcialmente, digo parcialmente porque aun en funciones se
le ha dado salida -antes también- a importantes Reales Decretos que, no siendo la
tramitación más indicada, eran más que necesarios para avanzar en la línea de
compromisos, hasta el rechazo de los presupuestos generales de los
independentistas catalanes…
ERC Los
independentistas
Hoy
Gabriel Rufián, más tierno y suave en sus declaraciones, algo le dolerá lo que
hizo, no deja por ello de sacar partido con sus intencionadas declaraciones,
por ello apunta a Unidas Podemos como culpable de que vayamos a una nuevas
elecciones… pronto se quiere olvidar de su inexplicable rechazo a unos
presupuestos generales consensuados y que, si no eran los mejores, abrían avances
económicos al tiempo de una línea de coaliciones y encajes entre las nuevas
izquierdas y un PSOE que deseaba volver a la socialdemocracia, al menos en
estos momentos, o eso es lo que quería que se entendiese.
Por
otra parte en las elecciones generales del 28-A ERC salió muy bien parada,
entre otras cosas porque ante el freno global al independentismo donde toda
fuerza era igual de independentista. ERC entendió pronto que su matiz de
izquierdas era necesario destacarlo para separarse del otro matiz claramente de
derechas… Lo que ocurre es que a partir de ese momento empiezan a aparecerles
otros adversarios en ese ámbito político como pudieran ser Podemos, la CUP, En
común, etc. Por tanto decide achacarles culpa de que hayan sido incapaces de
pactar. Como decía antes, cuando ellos se atrincheraron en un no irrevocable, en
un momento político mucho más importante, que hubiese evitado la presente
situación
Elecciones Generales
28 de abril de 2019
El PSOE fue el partido más votado y casi duplicaba
al PP. Obtuvo el 28,67% de los votos con 123 diputados (38 más que en caso
anterior). En paralelo el bloque de izquierda real obtuvo el 14,98% con 43
diputados (22 menos que en el caso anterior) con la penalización por la
fragmentación de la Ley D’Hondt. Con ello sumaban 166 escaños que junto PNV,
Cantabria y Canarios llegaban a los 175, a uno de la mayoría absoluta.
Pedro
Sánchez exultante en la noche electoral dijo cosas, que a estas fechas
contribuyen a una mayor desorientación ante la realidad actual del desacuerdo,
que no encajan, ni guardan coherencia entre aquella noche y ahora. Bien claro le
gritaron sus bases “Con Rivera NO”
una y otra vez… que implícitamente también le decían que “con Unidas Podemos
SÍ”. Su proceso político personal seguía viento en popa, su ego personal
igualmente ascendía. Hay que aprender a asimilar y digerir las derrotas, pero
creo que mucho más las “victorias” y mucho más aún, si estas sencillamente sólo son
parciales.
No
sólo se vio excesivamente afectado Pedro Sánchez que pronto se le vino a la
cabeza que el bipartidismo lo resucitaba él, que eran “VENCEDORES de las
elecciones” potenciado mucho más que ser “El partido más votado”. También mutaron Luis
Ábalos Meco, María del Carmen Calvo Poyato y Adriana Lastra Fernández tres
personajes, al menos los más visibles en los medios. Utilizar la palabra
vencedores significaba dar por hecho que el serlo conlleva ser el presidente
del gobierno, y tal vez podría ser, pero otra cosa es gobernar solos. Los otros,
los perdedores tienen que aceptar esa gracia y regalarles sus millones de votos
gratuitamente: “Y después hablamos”. Lo del gobierno bicéfalo tan potentemente
rechazado por Pedro Sánchez fue un invento, un insulto más, es posicionar al
coaligado en la estupidez, no obstante Pablo Iglesias le aseguró lealtad como
no puede ser de otra manera.
Es
el PSOE el que no se ha ganado la credibilidad, porque aún pactando no ha respetado
los pactos ¿Cómo no iba Pablo Iglesias a plantear un referéndum para tomar esa
decisión? Evidentemente el resultado fue: o hay ministros dentro o elecciones.
La propuesta del PSOE era que como gobierno les permitiría sacar adelante algo
de lo que llevaban en sus programas, así en movimientos pendulares pactaba por
un lado un avance social con Unidas Podemos y en el siguiente movimiento lo
haría en lo económico con C’s. Todo ello sin establecer acuerdos ni pactos ni
programas conjuntos. Sólo lo suyo se plantearía ante el parlamento y esperar el
apoyo de quién quisiera o sintiese obligado a hacerlo y si no lo aceptaban que lo explicasen a sus
votantes.
La
realidad ha sido muy diferente y es que con todo el rango de vencedor nada
podían hacer solos ni nadie ha entendido su elevada soberbia, su osadía, su
descaro, su desprecio y sus declaraciones contradictorias que de ellas hay que
decir, que si no eran aclaradas, obligatoriamente encerraban una propuesta
falsa. Hasta ha habido que escuchar cosas tan extravagantes como que con C’s
las cosas les irían mejor, o sea, claramente que el partido que estaba
gobernando con la ultraderecha era una alternativa mejor para el PSOE, aquello
de las bases de “Con Rivera No” les importaba un bledo.
En
cuanto a los resultados de Unidas Podemos y otros partidos del mismo ámbito
político pagaron los tributos propios de los partidos que apoyan a fuerzas
mayores, pese a ser imprescindibles para lograrlas. Es un axioma político. El
principal partido de un pacto sale reforzado y en la siguiente ocasión pide y
se le concede el voto útil; y la segunda fuerza de un pacto lo paga caro. Esto
sin olvidar que no se puede ir a las elecciones cada uno por su cuenta, su
papeleta y su icono y después sumar escaños. Toda esta fragmentación es un enorme
error. En los colegios de Andalucía la gente preguntaba ¿Pero la de Podemos
cuál es? Y en otras comunidades, más de lo mismo.
Y
Finalmente para empeorar las cosas, en las últimas semanas se han precipitado situaciones
dentro y fuera de España que tendrán fuertes repercusiones como ha sido las
apreciaciones que se detallan en el artículo anterior de Juan Torres López
sobre la recesión económica cercana, de igual manera la posibilidad de que se
llegue a un Brexit duro, las tensiones con Irán y las subida del petróleo, las
tensiones EE UU con China o más en nuestro ámbito la resolución del Procés.
Nada
tendría que significar esto, a la contra, en las negociaciones del gobierno de coalición,
sino todo lo contrario porque el de coalición sería un gobierno más fuerte por tener gran representación social, pero sin embargo Pedro Sánchez lo ha utilizado diciendo que hay situaciones que
requieren un gobierno de estabilidad ¿En qué se basará Sánchez para posicionar
a Unidas Podemos como inestable?. Evidentemente bancos y empresarios lo han
dicho abiertamente en la prensa: “con Podemos no”. Para este PSOE, que vuelve a
las andadas, otra vez el establishment es más respetado que sus bases.
Para
terminar sólo decir que el equipo de negociación de Unidas Podemos habrá tenido errores, muchos provocados y otros propios, pero han sabido mantener la dignidad de nuestros votos y no dejar que fuesen evaluados como de segunda categoría, para lo sucesivo pedir una cosa a todo movimiento de izquierda real, a todo el que
requiera un cambio, la recuperación de lo perdido y seguir avanzando, algo que
ya ha adelantado Mónica Oltra para las próximas elecciones.
¡
Una sola papeleta ¡