La
nueva Transición nace con rasgos novedosos de coaliciones ideológicas
transversales y progresistas en la vida institucional, política y social de los
partidos, movimientos sociales y amplios sectores de la población que la
protagonizan. Para ello necesitarán Pedagogía Política de entendimiento y así
avanzar en el día a día hacia un futuro de sostenibilidad.
Manuel
Armenta
13 de marzo de 2020
La nueva Transición que se ha venido
fraguando durante años con movilizaciones en las calles, centros de trabajo, en
las urnas y en la vida política Institucional (que ha tomado cuerpo con el nuevo
gobierno de coalición PSOE-UP), se enfrenta a una realidad política y social de
especial dimensión para iniciar y
avanzar por el camino de un Cambio en las políticas de recortes y
restricciones hacia una Democracia de
igualdad sostenible.
Quienes están asumiendo estos retos de
fortalecimiento de la Democracia en todos los ámbitos de la vida política, social,
económica y territorial, soportan en su vida interna ideologías, estructuras de
organización y objetivos a conquistar, no
confluyente sino plural y transversal que implica un posicionamiento dual
en su vida personal, organizada e Institucional.
La nueva Transición, a diferencia de la del
78, nace confrontada por las dos
ideologías básicas que configuran políticamente el régimen y sistema predominante
en la sociedad, así como las mayorías absolutas para la gobernanza que se
protagoniza en las urnas. En el 78 se transita del régimen de Dictadura al de
Monarquía Parlamentaria –expresivo de la Democracia liberal-, y en el 2020
transita entre la Democracia recortada
en derechos y condiciones de vida dignas, hacia una Democracia progresista e igualitaria.
Desde esta perspectiva política y social y la
voluntad de avanzar en la construcción de
una sociedad de progreso social, justa y en convivencia, la realidad plural
nos emplaza a que desde los sectores organizados de la política, los
movimientos sociales y políticos y el mundo de sensibilidad progresista (científico,
cultural e intelectual), proyecten y
organicen actividades con capacidad de asentar las nuevas ideas y políticas
para hacer del progreso una fórmula sostenible en sus objetivos y en el tiempo.
Será difícil avanzar hacia la Transición Sostenible de Progreso (si
desde los órganos del poder Institucional, partidos políticos que soportan y
apoyan el Cambio, movimientos y organizaciones sociales y sectores progresistas
de la sociedad civil que marcan el futuro con sus demandas y reivindicaciones) si no
se abre una nueva vía de Pedagogía
Política que aporte claridad y comprensión a la nueva forma de avanzar en
Democracia.
El gobierno de coalición, aunque compartido y
apoyado incondicionalmente por fuerzas progresistas y nacionalistas, solo es un
único instrumento de poder para dar
respuesta a las demandas y necesidades de la sociedad para avanzar. Y sus
diferentes ideologías y fines políticos solo deben tener expresión al margen de la gobernanza y el personalismo de
quien lidera o promueve una ley o norma. Es el sistema de confluencia
progresista quien debe prevalecer como poder político para unir y crear futuro frente al tripartito ultraconservador de las
derechas.
Desde el gobierno y las fuerzas políticas que
lo componen, se tiene que transmitir una Pedagogía de unidad y confluencia hacia la sociedad sobre la forma de
proceder y en el alcance de las políticas posibles, para que éstas sean
entendidas y comprendidas de que se actúa
al servicio de la sociedad y frente al conservadurismo de las viejas
políticas.
Las luchas y reivindicaciones de los
movimientos y organizaciones sociales, profesionales y culturales (siendo imprescindibles para avanzar con el
protagonismo de la ciudadanía) deben mostrar su apoyo y exigencia al gobierno y confrontar con el sistema de oposición que las fuerzas políticas
ultraconservadoras utilizan en las
calles y medios de comunicación para contrarrestar las políticas de mejora
y progreso. Los movimientos y organizaciones que durante años han protagonizado
lo que hoy empieza a ser posible conseguir, tienen en las exigencias al gobierno un “aparente aliado en las derechas”.
Desde los movimientos y organizaciones
sociales de todo tipo, se tiene que mantener el protagonismo de lucha en
defensa de sus reivindicaciones, ajustándose
al corto-medio plazo para así fusionar la demanda con la acción de gobierno
–en su caso-, abriendo las puertas al entendimiento de la sociedad civil y el
gobierno que desenmascare al falso y aparente colaborador de las derechas.
La nueva Transición Política necesita de
potentes cimientos en su estructura
básica para que en la realidad que vivimos seamos conscientes todos de que
el soporte que sustenta la sostenibilidad que queremos construir, dispone hoy de capacidad relativa que
solo se podrá fortalecer en la medida que progresemos en el poder político
positivo frente al negativo, que está
inmerso en todos como bien nos indica la historia reciente.
La nueva Transición Política necesita una
confluencia y unidad de las fuerzas progresistas y la sociedad -plural y transversal- para construir una Democracia más igualitaria frente a
los recortes y las desigualdades del conservadurismo. La confrontación que se
necesita para ello es profunda porque el nuevo “bipartidismo plural y
transversal” se asienta en ambos lados y nos obliga a unir filas y voluntades, a pesar de las discrepancias que en el interior de cada
grupo político y social existan, sin que
tengamos que renunciar a exigir que el gobierno progresista cumpla sus
compromisos en Derechos e Igualdad.
La Nueva Transición solo triunfará con una Pedagogía Política de unidad y confluencia plural y no condicionada a los
objetivos de largo alcance ideológico y político, sino en los cortos períodos
de tiempo y los objetivos que cada momento y realidad nos emplace.