Nuevos y recientes acontecimientos “destacados” de las Elecciones y las Guerras que vivimos, no solo evidencian la necesidad de afrontar un futuro de PROGRESO del régimen y sistema Democrático que vivimos, sino que la premura del tiempo se está convirtiendo en imprescindible.
Manuel Armenta
1 de octubre de 2024.
Como consecuencia de los procesos electorales, destacar lo acontecido en Francia para la formación del nuevo Gobierno, que NO será presidido por el Nuevo Frente Popular a pesar de ser la fuerza de coalición MÁS progresista y MÁS votada, sino por el partido más ultraconservador de las derechas. Así lo ha decidido el Presidente Macron, que no respeta la voluntad popular mayoritaria y la proyección de progreso partidista, y sí el ultra-conservadurismo y el neo-fascismo que avanza a pasos de gigante en Francia y por toda Europa. También destacar en positivo las elecciones recientes en Alemania, con el avance de fuerzas políticas socialistas frente a las derechas ultra-conservadoras.
Igualmente ocurre con las guerras que estamos viviendo de Rusia-Ucrania y la de Israel contra Palestina, que se extiende ya por diferentes países de Oriente Medio. Momento crítico para la gran mayoría de países de todo el mundo, en todos los órdenes de la vida y en sus instituciones destacadas, como son el caso de la OTAN y la ONU. En algunos casos, por el respaldo y soporte que dan a las guerras, que solo conduce a la destrucción y muertes de países y personas, que solo necesitan de la PAZ y el ENTENDIMIENTO. (La ONU celebra su 79 sesión de Asamblea General en Nueva York del 24/30 de este septiembre, y nada positivo por la PAZ es posible que ocurra por el boicot de EEUU).
Los riesgos de crisis profunda por todo el mundo democrático con régimen liberal están avanzando, con importantes consecuencias para las mayorías sociales y condiciones de vida justa, con libertad, derechos e igualdad. Es un momento crítico, de retrocesos, que nos emplaza a dotar de contenido profundo el régimen de DEMOCRACIA que vivimos y por el que tenemos que avanzar por la vía de progreso y convivencia en la gobernanza, las políticas básicas, la pedagogía más cercana a las mayorías sociales y a los sistemas más participativos de sus movimientos y organizaciones en la vida política diaria, para así hacer confluir el ejercicio de poder popular en las urnas con la gobernanza.
Europa debe caminar por una nueva TRANSICIÓN
de Progreso Democrático y la PAZ en todo el mundo, centrando en los países que
la componen las políticas y acciones que le reportan más avances en esa
dirección de Progreso social y
Convivencia. La historia de los países de la UE, la institucional y la del
presente, en lo negativo y positivo desde
los diferentes ángulos que se analicen, la ubica en el lugar y posición más
destacada del mundo actual para avanzar y liderar la vía de Progreso Democrático y la Paz.
La búsqueda efectiva de la PAZ se contradice con los Tratados Internacionales de las Alianzas Militares (ejemplo OTAN), que deben ser declarados ilegales e inadmisibles de acuerdo con la “expresión de la vida” que define la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS de 1948 (inicio de la reconstrucción del mundo tras la IIª Guerra Mundial). Todas las guerras, incluso las definidas como justas o defensivas, son los principales enemigos y los protagonistas de destruir el Derecho Universal a la Vida reconocido a todos los seres humanos, así como la salvaguarda de los bienes comunes materiales e inmateriales básicos para la vida que se destruyen, sin descartar que son las guerras las que abren puertas a la destrucción del planeta con las armas nucleares.
Las sociedades tienen que confrontar y acabar con el gasto militar para el consumo internacional de armas y el poder “fáctico” industrial que tan negativamente afecta al GASTO PÚBLICO en todos los países y a las mayorías sociales más necesitadas.
Las Instituciones de la UE ya formulan su estrategia para avanzar en la Competitividad y la Reindustrialización, para alcanzar la necesaria autonomía frente a EEUU y China; también para reforzar el pilar social europeo y el Estado de Derecho. También define la Transición hacia una Europa descarbonizada y la necesidad del “fortalecimiento DEFENSIVO”; rasgo algo contradictorio si aplicamos el principio de que “descarbonizar” implicaría desmilitarizar y eliminar Industria armamentística.
La mayoría de población mundial siempre estuvo y está en CONTRA de las guerras y aspira a la Paz como una necesidad imprescindible para la vida. Son las instituciones de los Estados, las internacionales y los poderes fácticos armamentísticos, quienes tienen que caminar algo más deprisa en la generación de las condiciones adversas al poderío armamentístico y militarista que sustentan las guerras. El momento que vivimos es muy crítico desde todos los ámbitos de la vida, y frente a la Transición de progreso, libertad, mejores condiciones de vida, la igualdad y el medio ambiente saludable, tenemos dos referentes que nos acosan y avanzan en la vida política Institucional en Europa, con importantes respaldos sociales: el ultra-conservadurismo de las derechas (autoritario y proclive al modelo dictatorial), y las guerras que están asentadas por todo el mundo.
Cuando la sociedad civil en los procesos electorales (ahora con referencia a los Estados de Europa) se abstiene masivamente como expresión de desinterés o de que todos los partidos políticos y sus representantes “son iguales”, y otro sector importante de los que sí votan, se decantan por votar y empoderar al sector ultra-derechista (muchos de ellos vinculados al totalitarismo histórico de las dictaduras) y hoy, que se definen ellos como ANTI-EUROPEISTAS, parece evidente que el momento que vivimos es más crítico de lo que aparenta la realidad. Para la Democracia progresista, la libertad, los derechos sociales básicos, la igualdad y la calidad de vida medio-ambiental, para que se avance en condiciones de vida dignas, y sin GUERRAS, es acuciante que todos los países europeos, desde sus propias instituciones y las de la UE, avancen desde todos los ángulos en las vías de PROGRESO frente al caos de guerras, crisis, y al futuro imprevisible de los cambios de poder. Europa se desintegraría, y se avanzaría por un camino de retrocesos en todos los órdenes de la vida. El protagonismo de esta lucha también reside en la sociedad civil y en sus movimientos y organizaciones.