viernes, 3 de octubre de 2025

DESDE EL RÍO HASTA EL MAR PALESTINA VENCERÁ

 


Manuel Lara Castejón

3 de octubre de 2025

 

ANTECEDENTES HISTORICOS

Es necesario tener una idea aproximada de la geografía de la Franja de Gaza porque ayudará a entender muchas cosas. La Franja de Gaza es parte de lo que hoy queda de Palestina y forma parte de este territorio originario, aunque está aislado del resto de Palestina por el robo continuo de sus tierras por parte del sionismo. Tiene 363 km2 (superficie semejante a la que tienen de término municipal los pueblos de Baena u Orihuela por ejemplo) y una población, antes de la invasión israelí, de dos millones doscientos mil habitantes. Es una franja de tierra situada en la costa del Mediterráneo, que mide 41 kilómetros de largo y entre 6 y 12 km de ancho. La densidad de población es de las más altas del mundo, 6.100 habitantes por km2. Lanzar una bomba allí con esta densidad de población, necesariamente mata a muchas personas y hasta la fecha el ejército sionista ha lanzado, según estimaciones, sobre 45.000 misiles y bombas, equivalentes a 90.000 toneladas de explosivos, que equivale en su poder de destrucción a 6 bombas atómicas como la lanzada sobre Hiroshima en la Segunda Guerra Mundial.

En Palestina siempre vivieron una población judía junto a la árabe y minorías de cristianos. Las primeras migraciones judías más numerosas hacia Palestina empezaron a principios del siglo XX, tras el creciente antisemitismo europeo y las conclusiones del Primer Congreso Sionista, en el que se fijaron las bases ideológicas del sionismo, celebrado en Basilea en agosto de 1897, presidido por Theodor Herzl, fundador del ideario sionista. Las conclusiones más llamativas de este Congreso fueron negar que Palestina fuera un Estado propio al considerarla una provincia otomana (de Turquía), negar la existencia de los palestinos como pueblo y «un retorno a la tierra prometida», con el objetivo de crear un Estado «exclusivamente judío». «El sionismo aspira a establecer para el pueblo judío un hogar pública y legalmente asegurado en Palestina», concluyeron.

 En 1922, había unos 663.893 palestinos y solo 83.794 judíos. Los judíos de Palestina (apenas un 7 % de la población) y las diásporas judías dispersas se consideraban un «pueblo» que necesita un «hogar nacional». Este desequilibrio demográfico que existía a favor de los árabes palestinos se ha transformado, con los años y una planificación criminal, en una «asimetría europea» a favor del sionismo. De hecho, el Mandato Británico en Palestina fomentó el establecimiento de instituciones sionistas, mientras reprimía sistemáticamente la resistencia árabe en Palestina, allanando el camino para la creación de Israel. Entre 1922 y 1948, la población judía en Palestina pasó del 7 % al 30 % del total. Sin embargo, la base territorial judía seguía siendo muy pequeña y desconectada (los judíos poseían solo el 6,59 % del total de la tierra palestina). Había que invertir también esta asimetría territorial. Esto se hará entre 1947 y 1949 de forma rápida, brutal y con métodos terroristas.

Antes de la creación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948, los judíos sionistas, con la complicidad de los países europeos, en particular de Gran Bretaña, comienzan a preparar las condiciones para lograr sus fines. El fundador del sionismo, Theodor Herzl, señaló en sus diarios: «Tanto el proceso de expropiación como la eliminación de los pobres deben llevarse a cabo con discreción y circunspección» para hacer sitio a los judíos. Según su interpretación de LA TORÁ, los escritos religiosos judíos, matar niños y mujeres para llegar a la tierra prometida no es pecado. A la vista está que se lo creen.

Dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, una resolución de la Asamblea General de la ONU (29 de noviembre de 1947) dividió Palestina en tres partes: 56 % para un Estado judío, 43 % para un Estado palestino (6.165 km2 más una franja de aguas costera de 220 km2) y 1 % que quedaría bajo estatuto internacional. Los sionistas se alegraron y aceptaron: se les daba lo que no poseían. Será la única Resolución de la ONU que haya aceptado (pero sólo en lo referido a la otorgación del territorio) y cumplido el Estado de Israel. En el territorio propuesto para constituir el Estado judío había unos 498 000 judíos y 497 000 palestinos. Se organizó su exterminio o su expulsión, ya que los sionistas querían un «Estado exclusivamente judío», y no binacional. Crean varias organizaciones paramilitares sionistas, Stern e Irgun, de la que formaban parte los primeros dirigentes israelíes, Moshe Dayan, Chaim Weizmann, primer presidente de Israel, Golda Meir y muchos más. Los británicos las consideraban organizaciones terroristas, y protagonizaron una oleada de terror. El 9 de abril de 1948 (un mes antes de la proclamación del Estado de Israel) un comando del Irgún masacró a la población de Deir Yassin, un pueblo situado a solo 5 km de Jerusalén. Le siguió una serie de otras masacres destinadas a aterrorizar a la población y expulsar a los palestinos de su tierra ancestral. En 1949, más de 500 pueblos palestinos y casi una docena de barrios urbanos fueron vaciados de sus habitantes y aproximadamente dos tercios de la población palestina (750.000) fueron convertidos en refugiados.

Los Gobiernos árabes tampoco aceptaron la partición de Palestina y los ejércitos de cuatro Estados árabes lanzaron una ofensiva contra el naciente Estado judío, pero fueron derrotados. Se ocuparon y anexionaron nuevos territorios: ya en 1949, Israel amplió su base territorial ocupando el 78 % de la Palestina histórica.

Tras expulsar a los palestinos del territorio, Israel impondrá su propia narrativa, expulsando a los palestinos de la historia. Esta política bien planificada de limpieza étnica se llevó a cabo con gran celeridad y eficacia y ha sido ampliamente documentada por historiadores palestinos e israelíes. En los países occidentales, durante mucho tiempo, estos hechos han sido negados o considerados como daños colaterales.

Para los palestinos, aquella fue la Primera Nakba (catástrofe): una tragedia humana, una derrota política. Es en este tiempo cuando empiezan las matanzas y expulsiones de palestinos y el robo de sus tierras, que han sido una constante hasta los momentos actuales con más o menos intensidad y virulencia.

En 1967 se produjo otra guerra, la Guerra de los Seis Días, que desembocó en la ocupación por Israel del Sinaí egipcio, los Altos del Golán sirios y toda Palestina, incluyendo Jerusalén Este: Cisjordania bajo dominio jordano y la Franja de Gaza administrada por Egipto. La guerra trajo consigo una Segunda Nakba, ya que 430.000 palestinos fueron expulsados de sus tierras.

En 1987, veinte años después del inicio de la ocupación de los territorios palestinos, proliferaron los asentamientos judíos y la ocupación militar se hizo más dura. La situación en los territorios ocupados empeoró considerablemente. En este contexto de ocupación desenfrenada, como respuesta a tanto robo territorial, estalló la Primera Intifada pacífica palestina como un acto de resistencia pacífica y desafío. Es en ese mismo año de 1987 cuando se crea Hamás, acrónimo del Movimiento de Resistencia Islámica, creada y financiada por el mismo Estado de Israel con el propósito de romper y dividir el movimiento de resistencia palestino de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). Mientras, Yasser Arafat, envalentonado por los acontecimientos en los territorios ocupados, declaraba en Argel (12-15 de noviembre de 1988) la «independencia de Palestina». La UE reaccionó a la declaración el 21 de noviembre de 1988: «La decisión de los palestinos refleja la voluntad del pueblo palestino de afirmar su identidad nacional».

Desde 1948 hasta 2024, la cuestión de Palestina ha sido un tema central en la política regional y mundial. El conflicto generado por la creación de Israel en tierras palestinas en 1948 y su expansión territorial desde entonces, ha sido la madre de casi todos los conflictos de la región y un factor decisivo en la inestabilidad regional. Los palestinos han sufrido una tragedia permanente. En 77 años, han vivido una triple Nakba, con un primer éxodo forzoso en 1948, un segundo éxodo en 1967, una Nakba silenciosa en los territorios ocupados desde 1967 hasta hoy, y una Nakba en curso en Gaza desde 2007 y especialmente desde el 7 de octubre de 2023. Con cada guerra, Israel sumaba más territorio y hoy controla 22.145 km2 mientras que de Cisjordania queda sólo un 18 % bajo control palestino

En los 77 años de existencia del Estado sionista de Israel no ha habido paz en Palestina. La política agresiva, genocida y criminal de Israel contra los palestinos en su empeño por conquistar toda Palestina, expulsar o asesinar a sus habitantes y robar sus tierras y sus recursos lo impiden. Lo que sí ha ido cambiando en estos territorios es el papel político y militar de Israel en la zona. Siempre contó con la complicidad de Europa y a medida que el desarrollo capitalista, personalizado en el imperialismo estadounidense, necesitaba más acumulación de capital, más recursos naturales para la obtención de más beneficios, más sometimiento a éste de los países árabes circundantes de la zona que poseen la mayor parte de los recursos energéticos, petróleo y gas, del mundo, el papel de Israel ya no solo es apropiarse de Palestina sino jugar el papel de gendarme de esta parte del mundo para garantizar los intereses económicos de EEUU en la zona. En el fondo se vislumbra una manifestación de la lucha de clases con matices de viejas políticas coloniales muy propias de las potencias europeas y occidentales, de cómo estas mismas potencias reconfiguran una región del mundo rica en recursos energéticos para disponer de ellos sin resistencia y asignan el papel de guardián a Israel. A cambio, le proporcionan los medios y la fuerza militar necesaria para garantizar ese dominio imperialista sobre la zona, cuenta con el apoyo incondicional tanto político, económico y militar de EEUU y la complicidad de Europa. Ese apoyo le garantiza impunidad total en sus actos: no ha cumplido ninguna de las numerosas Resoluciones de la ONU para la solución del conflicto palestino, se burla de las leyes y normas internacionales, posee un arsenal nuclear que nadie sabe su dimensión y que está fuera del control de los organismos internacionales, está sostenido económica y militarmente por EEUU, ataca militarmente a sus vecinos, comete un genocidio con la población palestina ante los ojos y el rechazo del mundo, amenaza a gobiernos, vive aislado y rechazado por el mundo… Se ha convertido en una máquina militar fuera de control porque se siente seguro bajo la protección de EEUU.

Lo que hoy ocurre en Palestina es lo que ha venido sucediendo en los últimos decenios, pero mucho más agudizado y a un nivel de crueldad desconocido hasta ahora: Israel siempre ha estado matando palestinos y quitándole sus tierras, con más o menos violencia y rapidez, pero de forma constante. No son nada nuevo las matanzas que ahora estamos viendo.

EL SIONISMO. LA IDEOLOGÍA DOMINANTE EN ISRAEL.

¿Qué es la ideología sionista dominante en Israel desde su fundación? Es una ideología y un movimiento político nacionalista fundada en 1897 por Theodor Herzl que propuso desde sus inicios el establecimiento de un Estado para el pueblo judío en Palestina, una región que corresponde a la antigua Tierra de Israel en la cultura judía, ​ con muchas influencias religiosas provenientes de las creencias del antiguo Israel. Los judíos se proclaman descendientes de los israelitas y no se consideran un grupo étnico-religioso sino un grupo nacional como son los alemanes o los franceses y por tanto tienen derecho a un Estado propio, contradiciendo su propia historia ya que nunca tuvo Estado propio y siempre fue una etnia religiosa dispersa por el mundo, pero con mucho poder económico e influencia política. Al considerarse descendientes de los antiguos israelitas se proclaman el pueblo elegido de Dios, quien les dio la tierra prometida, cuando en realidad quien le dio esa tierra fueron los ingleses en recompensa por las persecuciones y el exterminio sufrido por el nazismo.

Una ideología política con semejanzas al apartheid que sufrió Sudáfrica bajo dominio inglés y a los últimos regímenes fascistas y sus variantes: nacionalismo a ultranza, racismo y limpieza étnica, gobiernos autoritarios y sociedad militarizada, represión extrema, exterminio de grupos sociales y raciales diferentes, conservación de la raza pura judía y no asimilación con otras razas y pueblos, militarización de la sociedad, violencia política…. Estas características del sionismo se manifiestan cada día perpetrando el genocidio del pueblo palestino.

LA INCURSION DE HAMAS EN ISRAEL. 7 DE OCTUBRE DE 2023. ¿PORQUÉ?

La incursión de HAMAS en Israel el 7 de octubre de 2023, con sus consecuencias políticas, económicas y militares, no fue el inicio de nada, solo es la excusa perfecta para Israel para acelerar la conquista de Palestina y el exterminio o la expulsión total de los palestinos de sus tierras. Es llegar a la Solución Final en la Franja de Gaza.

Pero, ¿porque se dio esa incursión? Hay que señalar que HAMAS es un grupo político-militar que gobierna Gaza porque ganó las elecciones democráticamente el 29 de enero de 2006, como se conoció tras el anuncio de la Comisión Electoral Central del gobierno palestino de los resultados: 74 escaños para HAMAS y 45 para FATAH. Para la población palestina, HAMAS es la fuerza política más reconocida y apoyada. La consideran la resistencia real que hace frente a los agresores y asesinos sionistas, al contrario del papel colaboracionista que FATAH asumió con el sionismo después de la muerte de Arafat. Aunque Europa, EEUU y Occidente la consideran una organización terrorista, cosa bastante lógica bajo su lógica al ser el grupo palestino mayoritario en Gaza que impide la desaparición de Palestina.

Para entender esta incursión hay que situarse en el contexto de los años anteriores a 2023. En primer lugar, el endurecimiento de las agresivas políticas del primer ministro y su gobierno de coalición con grupos de extrema derecha judíos, en particular desde el año 2022. Ya antes había estado presidiendo el gobierno en dos legislaturas más: 1996-1999 y 2009-2021. Aumento incesante de nuevas colonias en Cisjordania con el robo de las tierras palestinas, construcción de nuevos barrios en Jerusalén Este, asesinatos diarios de palestinos, incursiones constantes en los territorios palestinos para asesinar y destruir casas palestinas, detenciones masivas, cierre total de las fronteras desde el 2008 por donde llegaban los alimentos, el combustible, las medicinas, cortes intermitentes del agua potable y la luz…, suponían una presión criminal creciente en todos los terrenos para forzar la rendición del pueblo palestino. Estas acciones, aunque son condenadas por organismos internacionales y países del mundo, iban en aumento, despreciando las leyes y las condenas. Cada vez eran más descaradas y con más impunidad. Palestina perdía territorio a marchas forzadas, cada día había menos alimentos y servicios, mataban a más personas y aumentaba el número de presos.

Por otro lado, la diplomacia del imperio, EEUU, iba consiguiendo imponer entre los países árabes la ruptura del cerco de aislamiento hacia Israel y debilitando al gobierno palestino. Ya había logrado en los últimos años que varios de estos países establecieran relaciones diplomáticas: Egipto, Jordania y en 2020 Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán. En ese momento se estaba negociando con Arabia Saudí, considerada una potencia en la zona y que hubiera significado un fuerte golpe político para los intereses palestinos y un paso más para el olvido del conflicto.

Y por otro, los recientes descubrimientos de gas y petróleo en las costas y suelo de la Franja de Gaza: un yacimiento de gas de 1,6 billones de pies cúbicos y el territorio costero que podría albergar recursos energéticos adicionales; y el yacimiento de petróleo en Gaza Marine, que podría albergar unas reservas estimadas en 1.500 millones de barriles.

Para Israel, estos recursos energéticos serían suficientes para no depender de nadie y daría un vuelco espectacular a su economía, que se sostiene con el apoyo económico norteamericano. El territorio de Israel está asentado en su mayor parte en un desierto, más de un 60 % de sus tierras son desérticas, solo el desierto del Néguev ocupa la mitad de su territorio. Su economía está basada en la exportación de equipos electrónicos, farmacéuticos y alta tecnología. Y con esto no se alimenta un país.

Además, están las posibilidades turísticas que puede ofrecer los 41 kilómetros de costa mediterránea en un clima ideal para el turismo. Ya incluso el emperador Trump ha mostrado interés en quedarse con Gaza para construir un balneario turístico.

No todo lo que está sucediendo en la Franja de Gaza es por la Tierra Prometida por el Dios de Israel a Abraham. Como todas las guerras de conquista, detrás se esconden intereses económicos, para el robo y el expolio de territorios y los recursos y riquezas naturales. En estos momentos, EEUU no movilizaría una poderosa fuerza naval frente a Venezuela para combatir el tráfico de drogas desde Venezuela a EEUU, como dice, si este país no tuviera las mayores reservas de petróleo y gas del mundo. Además de inmensas y diversas riquezas mineras y de agua potable.

CONSECUENCIAS. GAZA DESTRUIDA.

El genocidio de ahora, la nueva Nakba, está siendo muy documentado por los medios de comunicación y redes sociales. Está llegando a niveles de crueldad, matanzas y destrucción que solo se puede lograr cuando se planifica y se organiza con esa intención y tan minuciosamente para obtener esos resultados criminales deseados. Matan indiscriminadamente o selectivamente según el objetivo a batir y para acelerar el genocidio impiden la entrada de alimentos, agua y medicinas, incorporando la muerte por hambre como arma de guerra y exterminio. En las últimas semanas han muerto de hambre 432 personas, la mayoría niños. Las muertes y destrucción de esta nueva Nakba la vemos cada día, pero es necesario hacer un breve resumen para ver su dimensión criminal en toda su extensión:

-          A fecha actual y según el Ministerio de Salud de GAZA, han contabilizado 67.000 muertos. El 70 % de estos muertos son mujeres, niños y ancianos. 26.000 niños y 12.000 mujeres entre ellos. Además, hay 41.000 niños que han resultado heridos, quemados o mutilados. Son curiosas estas cifras. ¿Por qué se matan más niños y mujeres? Los niños son los futuros combatientes de la Resistencia y las mujeres los traen al mundo. Eliminan a quienes, según el sionismo, reproducen la amenaza futura para la existencia del Estado de Israel.

-          Estas cifras puede que no sean reales. Bajos los escombros se estima que puede haber 15.000 personas cuyos cuerpos no han podido ser recuperados. Incluso estas cifras podrían ser superadas. Una publicación de la prestigiosa revista médica británica The Lancet calculaba hasta mediados de julio de este año que la cifra de muertos real era mucho mayor, en torno a 186.000 personas, el 8 % de la población de la Franja de Gaza.

-          1.600 trabajadores sanitarios. El fin de atacar a los sanitarios es eliminar a quienes pueden curar a los heridos y salvar vidas.

-          310 trabajadores de la UNRWA, agencia de la ONU encargada de repartir la ayuda que llega de fuera. Objetivo, cortar la distribución de alimentos y medicinas.

-          120 académicos. Imposibilitar la educación y formación cultural.

-          251 periodistas, para impedir que el mundo conozca lo que está ocurriendo allí.

-          12.000 presos palestinos en las cárceles sionistas.

-          908 familias completas han sido exterminadas.

La destrucción material de infraestructuras civiles y económicas es casi total:

-          Han destruido la pequeña flota pesquera de que disponía Gaza como parte de su alimentación. Los campos agrícolas han sido arrasados y ya no existe la agricultura.

-          Destruidas 47 mezquitas.

-          300.000 edificios dañados o destruidos. Viviendas, mercados, negocios, almacenes de alimentos de la ONU, etc.

-          203 escuelas, institutos y universidades dañadas o destruidas.

-          Destruido el patrimonio arquitectónico y cultural palestino para borrar la historia y raíces del pueblo palestino.

-          Han destruido totalmente 17 hospitales y 12 centros médicos, además de puestos médicos y hospitales de campaña. Desde octubre de 2023 han atacado 697 veces los centros médicos. Solo funcionan parcialmente 19 de los 36 hospitales de Gaza. El 94 % de la atención sanitaria está destruida o muy dañada. No está quedando sitio ni personal sanitario para curar a los heridos que suman en torno a 150.000 personas.

No está quedando nada en la Franja de Gaza. Solo un enorme cementerio que se hace más grande cada día. Una guerra de exterminio con el apoyo total del imperio norteamericano y las bendiciones de Europa. Cada día, el sionismo asesina entre 50 y 100 palestinos, puede haber desaparecido ya un 8 % de la población, puede que a este ritmo de matanza en pocos años no quede rastro de quienes han vivido allí desde tiempos inmemoriales.

Las potencias occidentales, que miran y no hacen nada más que vender armas y comerciar con los genocidas, ahora hablan con más fuerza, como solución, de la creación de dos Estados, Palestina conviviendo junto a Israel, cuando Netanyahu lo rechaza categóricamente. Se dan prisa por reconocer en la ONU a Palestina como un Estado observador, de forma simbólica ya que no le dejan participar con todos los derechos igual que lo hacen sus propios países. Se distraen discutiendo si definirlo como genocidio o masacre. Se han aprobado numerosas Resoluciones en la ONU de condena a Israel, pero ninguna ha sido cumplida ni obligado a cumplir. A lo largo de los años se han firmado treguas en las sucesivas agresiones militares de los sionistas contra la Resistencia palestina, y acuerdos de paz como el de Madrid y el de Oslo, y todos han sido incumplidos y violados por Israel. Aun así, Occidente sigue confiando en que la paz se logrará con la formación de dos Estados.

LAS CAUSAS PROFUNDAS DEL GENOCIDIO PALESTINO. SOLUCIONES.

Las raíces y causas de este conflicto son otras. Los fines del sionismo no se corresponden con sentirse amenazado en su seguridad existencial por la Resistencia palestina, ni por Siria, ni por Irán, ni Líbano ni Yemen, países todos que han sido atacados por el sionismo en los últimos meses. El conflicto israelí-palestino y entre árabes y judíos no es un conflicto del que depende su existencia como país, como Israel lo presenta ante el mundo, y con lo que justifica sus agresiones. Israel es el único país del mundo que no ha definido sus fronteras y es una arrogancia inaceptable pretender tener seguridad de los países vecinos cuando los está agrediendo militarmente, sin provocación previa de estos, casi a diario y robándole territorio no sólo a Palestina sino también a los países fronterizos desde hace casi 80 años. Las guerras sionistas son de conquista, con fines coloniales, para anexionarse territorios y recursos naturales de otros.

La primera premisa para pacificar esta región de Oriente Medio y reconocer a Palestina el derecho a vivir en su tierra en paz, es la desaparición de la ideología sionista y sus seguidores. Al igual que en Sudáfrica: hasta que los afrikáners blancos que sostenían el régimen de segregación racial del apartheid no fueron derrotados y expropiados de las tierras que habían robado, no hubo paz en Sudáfrica. Hoy los que quisieron quedarse, viven junto a la mayoría negra. Es muy poco creíble que los sionistas renuncien a la Tierra Prometida y seguirán matando y robando mientras cuenten con el apoyo incondicional de EEUU y la complicidad de Europa. Las causas de este conflicto, que dura 78 años, tiene su origen en el momento en que los ingleses abren la puerta de Palestina a los judíos dándoles más de la mitad de la tierra Palestina y la ONU legaliza la partición de Palestina entregándola a los seguidores de la ideología sionista el 56 % del territorio. Desde ese momento, estos deciden que las tierras palestinas les pertenecen y las obtendrán. Tras la Franja de Gaza vendrá la conquista de toda Cisjordania, de la que ya el 61 % de su territorio están en manos de 150 asentamientos autorizados y otros 128 no autorizados por las autoridades de Israel, aunque todos declarados ilegales por la ONU, en los que se asientan 630.000 colonos judíos; y después vendrá el Gran Israel, con territorios de Siria, Egipto, Líbano y Jordania. Los sionistas y el sionismo es una especie que tiene que extinguirse para que llegue la paz.

Otra condición necesaria para lograr la paz sería la reconfiguración de las relaciones políticas en la zona. Mientras el imperialismo USA mantenga su interés y ambición de controlar los recursos energéticos de los países árabes, seguirá sosteniendo a Israel económica y militarmente para que se los proteja y se los guarde. Los países árabes en esto tienen mucho que decir y se abren algunas esperanzas de cambiar a relaciones más justas e igualitarias y por tanto de pérdida de influencia de EEUU en la zona, con la configuración y empuje creciente de grupos de países que construyen relaciones multilaterales que debilitan las hegemónicas a las que el imperialismo ha estado sometiendo al mundo durante los últimos dos siglos.

La Resistencia militar dentro de Palestina y el apoyo de muchos países árabes a la causa palestina es condición imprescindible para lograr una Palestina Libre. La lucha solidaria de la clase obrera mundial en apoyo de la lucha palestina cada vez es mayor y está tomando una envergadura y una fuerza que está obligando a los gobiernos a tomar medidas cada vez más contundentes contra Israel: prohibir la venta y compra de armas, la ruptura de relaciones diplomáticas y prohibir el comercio con el Estado de Israel son medidas cada vez más posibles de adoptar si no cede la presión mundial como parece ser.

Existe una oposición creciente y rotunda desde dentro de Israel de una parte de ciudadanos judíos que rechazan la ideología sionista y salen a la calle para lograr la liberación de los rehenes y parar el genocidio; mientras, otra parte hacen recorridos turísticos por las costas y las fronteras para ver caer las bombas sobre las ciudades palestinas. Los rehenes judíos en manos de HAMAS son una excusa más del sionismo para justificar el genocidio porque en la práctica no hacen nada para liberarlos. Al sionismo no le importa la vida de un puñado de sus ciudadanos, lo importante para ellos es la Tierra Prometida, conquistar más territorio y el gas y petróleo de Gaza.

Las vías para solucionar este conflicto hay que abrirlas en la dirección de restaurar la unidad territorial de Palestina para buscar un acuerdo político, sin sionismo, entre los diferentes pueblos y razas que conviven allí y concretarlo en un único Estado Palestino Libre desde el río hasta el mar y laico, donde convivan en paz sus habitantes y los diferentes pueblos, razas, religiones y creencias.