Vientos de Cambio Justo

viernes, 5 de febrero de 2021

EDUCAR PARA LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA


Mairena Solidaria

5 de febrero de 2021

Declaración en el Día escolar de la paz y la no violencia

El pasado sábado 30 de enero de 2021 se conmemoró el Día Escolar de la Paz y la no violencia. En todos los colegios e institutos de Mairena del Aljarafe hubo actividades en defensa del ideal de la paz mundial y de la resolución de los conflictos sin recurrir a la guerra. Fue como en años anteriores una jornada escolar dedicada a la difusión de «la cultura de la paz y la no violencia» que tanto defendió Mahatma Gandhi, que fue asesinado precisamente un 30 de enero. Se trata de una iniciativa ciudadana desde sus orígenes en 1964.

Existe también la jornada del 21 de septiembre que fue declarada por la Asamblea General de la ONU «Día internacional de la paz», pero el hecho de que haya actividades en todos los colegios del mundo todos los 30 de enero han convertido a esta fecha en la jornada de referencia internacional por la paz.

La escuela y la sociedad no son universos desconectados. Si en los colegios, en función de la edad de los alumnos, se hace más hincapié en sembrar los valores de amistad, solidaridad y respeto entre los niños y de evitar competir fieramente unos contra otros, cada vez más el 30 de enero se celebra también fuera de los centros educativos con iniciativas de denuncias de las guerras actuales y a favor del derecho internacional como forma de resolución de los conflictos.

Desde primeros de siglo la guerra se va extendiendo por zonas cada vez más amplias del planeta, desde los países de Asia central hasta las costas atlánticas africanas. Las intervenciones militares y de desestabilización política, los bombardeos y ocupaciones militares de la autodenominada «coalición internacional» afectan ya a decenas de naciones. Desde Pakistán, Afganistán, Iraq, Siria y Palestina hasta las antiguas repúblicas soviéticas de Asia central, desde Somalia, Sudán, Tchad, Libia, Malí y Burkina Fasso hasta Nigeria, en un incendio generalizado que parece no tener límite.

Vivimos en un mundo en guerra, y cada vez más militarizado, donde las intervenciones militares están provocando movimientos migratorios que no se daban desde 1945. Donde a la crisis migratoria provocada por los conflictos hay que añadirle una crisis social también sin precedentes. Donde los recortes en gastos sociales son parejos a los inmensos recursos que destinamos a políticas militaristas ajenas a nuestros intereses. Una sociedad confinada por la pandemia, sin médicos suficientes, sin vacunas suficientes, con un paro en aumento donde los gastos en armamentos parecen ser los únicos prioritarios.

En medio de esta pandemia interminable, y de una competición desalmada de las farmacéuticas por ver quién de ellas hace el negocio del siglo, que no se nos olvide que se hace más necesario que nunca la defensa de la paz y del derecho, el repudio de la guerra y de la propaganda que intenta justificarla, el rechazo a los pretextos espurios e hipócritas de las guerras actuales.

Este 30 de enero pidamos la paz, como la pedía Alberti desde su exilio en Roma en 1968.

 

Lo grito fuerte desde Roma: ¡Afuera!

afuera esos fusiles y cañones,

esos cohetes, esos aviones,

esa bandera extraña, esa bandera.

 

Afuera el que en la paz tan solo espera

invadir por la paz otras naciones

y planta por la paz sus pabellones

y pide por la paz la tierra entera.

 

Triste paz tan traída y llevada

triste paloma tan apuñalada

que se puede morir tan de paloma.

 

Pido la única paz, la verdadera,

la paz de un solo rostro, antes que muera

¡pido la paz! Lo grito desde Roma.