1 de mayo de 2018
No podemos olvidar la fecha. Hoy
Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores. En honor a esta
histórica fecha que recuerda a los Mártires de Chicago en su lucha por las ocho
horas, dejo una imagen como icono del artículo que une trabajo y mujer.
No
obstante el artículo no versará sobre este evento directamente, pero sí, como
no puede ser de otra manera, sobre las componendas o manipulaciones tecnológicas
que se vienen realizando para influenciar sobre la gran mayoría de la población
y el riesgo que conllevan.
¿Sucumbirá la
Democracia Representativa ante la Dictadura de la Información?.
Este es el mensaje de
Martin Hilbert uno de los gurús del Big Data, sólo que no lo cuestiona sino que
lo afirma en el título de uno de sus artículos: "La democracia no está preparada para la era
digital y está siendo destruida", en
el texto del mismo siempre hace referencia a la Democracia Representativa.
Como vemos son
palabras mayores. Al hablar del asunto de las tecnologías de la Información y
las Comunicaciones (TIC), no estamos tratando un asunto trivial. Por ello hay
que seguir insistiendo en los peligros que encierra el control de los datos, de
ellos se obtiene información y de esta el conocimiento, pero no siempre son
utilizados en beneficio de
la sociedad, muchas veces se emplean en su contra. Este control es llevado
a cabo fundamentalmente por gobiernos y grandes corporaciones gracias a responsabilidades
cedidas por la ciudadanía en un caso, y las otras por ser quienes los custodian
y negocian.
Queda constatado que
la ‘digitalización’ de toda actividad humana, aunque ha permitido importantes
avances en los estudios científicos, también ha posibilitado aplicaciones perversas,
y éste uso malévolo es el que ha llegado a tal nivel de manipulación que está dando,
por si mismo, jaque a la Democracia.
Vieja
es la frase de que “El que controla manda” muchos poderes la han estado
llevando a la práctica desde hace miles de años para garantizar su seguridad y
permanencia comprando información del ‘enemigo’ y de sospechosos ‘amigos’, pero
fue tomando especial consistencia orgánica en los primeros años del siglo XX y
se desarrolló en los siguientes cincuenta años entre las guerras mundiales, el
entremedio de la revolución rusa y especialmente en la guerra fría y los sistemas de espionaje de ambos bloques. Cantidad
de expedientes abiertos han ido guardando los gobiernos, pero eso de los archivos de papel duró hasta
final de los setenta del mismo siglo con la implantación de ordenadores o
computadoras.
La
situación tecnológica a día de hoy hace realidad el sueño de todos los poderes:
políticos, económicos e incluso religiosos. La tecnología ha acabado con el
espía de gabardina, gafas oscuras y sombrero y los pasillos de archivadores se
han quedado sin visitas porque todo está en la Red y lo que no en los registros
de las Administraciones Públicas (sobre los datos de las AAPP hablaremos otro
día), ya no se vigila el sospechoso, ahora se vigila todo de todos porque se
guarda todo digitalmente.
Servidores de almacenamiento de datos
Estamos en la ‘Sociedad de la Información’ y nos
la han vendido como un hito de desarrollo e innovación, pero ya vemos que
vendan lo que vendan con las palabras más rebuscadas a la inmensa mayoría pocas
veces nos soluciona la vida, más bien nos la complican porque las tecnologías
no han estado ni están en las manos adecuadas que dirijan racionalmente su
potencial hacia el beneficio social. Lo que es innegable es que la Información se
ha convertido en el núcleo y la clave en la que se sustentan las estrategias de
los poderes de todo tipo para influir a los ciudadanos a través de sus cadenas
de TV, sus medios de comunicación y sobre todo las REDES Sociales.
Especialmente las redes, porque mientras la TV emite en abierto y los medios se
exponen de igual manera, en las redes hay un perfil detrás de cada cuenta.
El
abuso de toda esta información personal es lo que ha traspasado las fronteras
del beneficio económico, en la búsqueda de clientes, en la
‘individualización’ del mensaje para distribuir una propaganda
personalizada, para instaurarse en el beneficio
político utilizando el mismo método mercantil.
No debemos olvidar que Las Redes han tenido
una incidencia altísima en los resultados electorales, en demasiadas ocasiones
favorables a la derecha neoliberal o al populismo. Para poder hacer esto se
requieren inversiones importantes que para los partidos apoyados por la Banca amiga
no es un hándicap, al tiempo de disponer de una falta de moralidad y
honorabilidad sin límites.
Ya
sabemos que el problema no es sólo la información, el deshonor y el precio, ya
fue dicho en mi artículo anterior de fecha 27 de marzo de 2018 que el
origen está en los cambios de los modelos de producción provocados por las
tecnologías en muchísimos casos, y por ende sus consecuentes transformaciones en la economía, modelo social
y cultural que la sociedad española está experimentando. Por tanto son las
transformaciones en el mundo del trabajo, en las relaciones de este con las
personas, las que están siendo decisivas, si bien hay que admitir que desafortunadamente
existe una adaptabilidad importante en gran parte de la población a la nueva
forma de relación social y a la nueva economía social que se ha implantado en
nuestra comunidad.
Volviendo
al asunto de la información, podemos conocer algo más de detalle de la
estrategia utilizada respondiendo la pregunta ¿De qué manera se ha hecho? La
respuesta es simple: utilizando el Big Data y el modelo comercial aplicado al
mismo, que consiste por ejemplo en poder entregar mensajes de pañales infantiles
directa y específicamente a las madres recién paridas. En el caso de unas
Elecciones bastará con entregar mensajes periódicos de propuestas políticas a millones
de ciudadanos indecisos seleccionados y elegidos lavándoles el cerebro diciéndoles
aquello que ellos desean escuchar aunque no sea lo que realmente se hará, o sea
populismo puro y duro, oportunismo político y demagogia.
Un ejemplo
más: si un candidato como Trump dice “estoy por el derecho a tener armas”,
algunos recibirán esa frase con la imagen de un criminal que entra a una casa, -porque
es gente más miedosa-, y otros -que son más patriotas- la reciben con la imagen
de un tipo que va de caza con su hijo. Es la misma frase con dos versiones,
pero las variantes sobre los millones de perfiles pueden ser de centenares de
miles. Es un evidente lavado de cerebro, que no tiene nada que ver con la Democracia.
Obama utilizó las redes sobre unos 16
millones de perfiles, Trump ya lo hizo sobre más de 50 millones (por cierto su
asesoría: Cambridge Analytica), Rajoy también invirtió en ello y los resultados
ya conocemos los que son. El flujo de datos que corre entre ciudadanos y gobernantes es donde radica el
peligro, y es
verdaderamente preocupante lo fácil que puede resultar cambiar la Democracia Representativa
por una Dictadura de la Información únicamente tratando a cada ciudadano como
un elemento distinto.
En otro momento Hilbert metido en estos entresijos de
las tecnologías, la privacidad, la comunicación entre gobernante y gobernado, el
uso o propiedad de la información dice lo siguiente: “No es tanta la preocupación por el comercio o la economía. Lo que
realmente preocupa es la democracia representativa que no está nada preparada
para esta transparencia brutal que hay desde el ciudadano hacia el
representante, y viceversa.”
A mi modo de ver la contradicción
gobernante-gobernado sólo se resuelve con la participación. Por ello mi
planteamiento en positivo es ¿No será esta situación una oportunidad para
implantar la Democracia Participativa? La Democracia que exigía la población el 15M del 2011.
Por ello la sociedad, los movimientos
sociales y partidos de izquierda reconociendo que deben priorizar su actividad
evidentemente en lo urgente, lo inmediato y lo ineludible, hay que pedirles que
en su hoja de ruta no pueden olvidar y mucho menos desconocer lo que está
ocurriendo con la utilización de los datos masivos de las compañías tecnológicas
en las últimas elecciones, incluido nuestro país y no sólo en las cuestiones
electorales.
Del mismo modo tampoco deben caer en el
seguidismo, en el ir a rastras permanentemente de lo ocasional, entrando en el
juego marcado por el neoliberalismo. Hay que tomar la iniciativa, por ejemplo
es este campo, hay que establecer una legislación seria sobre la utilización de
los datos, la privacidad y lo más importante en el aspecto político, si no se
hace un esfuerzo en este sentido durante muchos años las elecciones las ganarán
quien controle, sin pudor, el mayor número de perfiles y sus estrategias
electorales las hagan calar en todos los sectores sociales, sobre todo en una
sociedad como la actual ya fiel reflejo de los deseos neoliberales: flexible, adaptable
y fácilmente cambiante, de temporalidades y desregulada, en definitiva una
‘Sociedad Líquida’ como la define Zygmunt Bauman, o Javier Aristu que la define
como una sociedad de ‘Ideologías débiles’.
Un nuevo gobierno se inicia. ¿Es predecible?