Vientos de Cambio Justo

martes, 29 de enero de 2019

Feminismo, ecologismo, democracia y universalismo. Hay que globalizar la libertad



Enrique Cobo
18 de enero de 2019

Yo,  que estoy en el bando de los opresores varones,  he decidido cambiarme al bando de las oprimidas.

Hace unos días fui con alegría a una manifestación feminista en Granada. Sentí alegría al sentirme parte de una pasión compartida en el mundo entero, porque la  liberación de la mujer  es una grandísima fuerza para un futuro mejor para todos, porque es una grandísima batalla que vienen librando en el terreno en el que las buenas gentes del mundo son invencibles cuando coinciden: el terreno del pacifismo, de la no violencia, de las razones, del esfuerzo personal y colectivo por mejorar comportamientos, en el campo de lo institucional, de la acción colectiva y de los comportamientos individuales. Es el feminismo una fuerza noble hacia la justicia difícilmente abatible. Es un  movimiento mundial, que no reconoce fronteras,  que no es  cateta, por nacionalista y que plantea la lucha en toda la tierra, en el mismo ámbito en el que el capitalismo usa sus “armas” (ellos, sí) y, por tanto,  con esperanza de victoria. Porque hay asuntos, los más importantes,  que no tienen solución en un solo país, en un solo territorio, desde un solo punto de vista sino con perspectiva de humanidad. Me dio alegría participar en la manifestación  de una fuerza cargada  de futuro. Vi una mezcla expresiva de los que coincidimos: mujeres, sobre todo, pero hombres también, jóvenes, mayores, obreros, estudiantes, profesionales, y multitud de bandereas diversas, tantas que cada una era insignificante.

Hay otros asuntos importante en el camino de la justicia que van siendo también universales, pacíficos, referidos a intereses de la humanidad, del individuo, de los grupos, de las regiones, en los que coincidimos gentes de todas las partes del mundo: es el ecologismo, la lucha por racionalizar el uso de los recursos y hacer valer los intereses de todos ante los intereses económicos, solo económicos de unos pocos por la sola razón de que tienen dinero y armas a su disposición.

viernes, 25 de enero de 2019

Desde Andalucía por Más



Nota: El presente artículo fue publicado en el periódico digital “eldiario.es” el día 21 de enero de 2019.

En el ciclo electoral que se va a abrir en 2019 es importante que se construyan candidaturas inclusivas para ganar el mayor número de municipios y comunidades e incluso llegar con una voz distinta a Europa.

En ese sentido saludamos la iniciativa lanzada por Manuela Carmena e Iñigo Errejón.



Isabel Medina y 20 firmas más recogidas al final del artículo.
 
Fecha de publicación en este bolog: 25 de enero de 2019

Andalucía marcó el 2 de Diciembre un cambio de ciclo político materializado en un gobierno construido sobre negociaciones y postulados claramente regresivos con un especial énfasis en la pérdida de derechos de las mujeres. Esto fue posible, entre otros factores, por la desmovilización de votantes progresistas que no tuvieron un referente al que acudir para reflejar sus ideas en las urnas.


Ante este cambio se puede reaccionar replegándose a posiciones defensivas que alienten la bandera de la resistencia y las trincheras o pueden plantearse nuevos horizontes innovadores y audaces que reconstruyan referentes de ilusión y logren materializar políticas en beneficio de la mayoría.

En el ciclo electoral que se va a abrir en 2019 es importante que se construyan candidaturas inclusivas para ganar el mayor número de municipios y comunidades e incluso llegar con una voz distinta a Europa. Porque la acción política no solo se lleva desde las instituciones pero sin ellas se hace mucho más complicado.

Por eso creemos en la búsqueda de nuevas fórmulas que avancen para parar los intentos regresivos en derechos y libertades. Fórmulas que propongan soluciones reales y posibles para transformar la vida de la gente y construir ciudades, instituciones, espacios y economías más colaborativas, más inclusivas, más saludables, más solidarias, más iguales y más útiles. En ese sentido saludamos la iniciativa lanzada por Manuela Carmena e Iñigo Errejón.

martes, 22 de enero de 2019

2019 AÑO DE CAMBIOS Y CONFRONTACIONES



Diferentes acontecimientos marcarán este año los referentes del Cambio hacia un nuevo modelo de MAS o MENOS Democracia para las mayorías sociales.


Manuel Armenta
22 de Enero de 2019

El nuevo órgano de gobierno tripartito y ultraconservador que se acaba de constituir en Andalucía, culmina el proceso de acontecimientos que acrecienta y profundiza en la crisis política y social que las mayorías sociales y el modelo de Democracia –en su mejor expresión que hemos conocido- viene sufriendo con recortes y pérdida de derechos.


La transversalidad de quienes han liderado los gobiernos políticos en todos los ámbitos territoriales de España los últimos cuarenta años (PP – PSOE), soportada en un modelo de Democracia que en ningún caso cuestionaba el poder y sistema económico como el elemento de primacía frente al Bien Común y unas Condiciones de Vida Dignas para el conjunto de la sociedad, ha quebrado y fracasado después de diez años de crisis y de recortes en derechos políticos, sociales y económicos.

Un nuevo ciclo de confrontaciones se abre porque el conservadurismo y los poderes económicos y financieros no están dispuestos a restablecer derechos políticos, sociales y económicos arrebatados, y mucho menos, avanzar en Democracia y mejoras para las mayorías sociales que sufren los efectos de la crisis y las políticas de recortes.

La expresión de régimen de Democracia bajo la figura de “Monarquía Parlamentaria” pretende seguir existiendo con su Constitución vigente incluida, pero con una realidad política y social en derechos, libertades y condiciones de vida y trabajo, muy recortadas de hecho y de derecho. Esta es la senda por la que pretenden avanzar en España, como ya lo están haciendo muchos países en todo el mundo occidental.

martes, 15 de enero de 2019

LA OPINIÓN PÚBLICA



  • Se impone la necesidad de desplegar una labor incansable de pedagogía política para impulsar un estado de opinión y una mentalidad social más progresista.
  • El intelectual progresista ha de erigirse de nuevo como la voz crítica que anime a la ciudadanía a tomar conciencia de los asuntos públicos y a asumir con valentía la defensa de sus intereses, los de la mayoría social.


Fotografía: noticias-falsas-periodismo-economico-fake-news.jpg
Elijah O'Donell en Unsplash. Usada bajo licencia Creative Commons


Juan Manuel Valencia Rodríguez
15 de enero de 2019

El triunfo de la derecha y la ultraderecha en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018, que va a permitirles gobernar la Comunidad Autónoma, ha supuesto todo un shock para las personas progresistas, las que propugnamos una política beneficiosa para la mayoría de la población.

No vamos a entrar en este artículo en las causas que han podido motivar estos resultados. Queremos acercarnos al problema desde otra perspectiva, la que se refiere al proceso de formación de la opinión pública que determina los resultados electorales, y  a un nivel más profundo, la mentalidad social que subyace bajo ella, es decir, la concepción del mundo que tiene cada persona, y que queda reflejada en esos estados de opinión.

En las sociedades contemporáneas los cauces tradicionales por los que se influye en la conformación de la mentalidad social y de su secuela más inmediata, la opinión pública, son los medios de comunicación. El más decisivo, por su capacidad de influencia y utilización masiva, es la Televisión, seguida de la Radio y de la Prensa escrita. A mayor poder de influencia son más caros de levantar y mantener, de manera que se ha dado lugar a un oligopolio televisivo, radiofónico y, algo más ampliado, de medios de comunicación escrita, tanto en papel como digitales.

¿Qué información se ofrece desde la mayoría de los medios? ¿Tiene pretensión de veracidad o ya de partida es tendenciosa, porque quien paga manda? ¿Qué mentalidad se contribuye a modelar en los medios de comunicación, en especial la televisión?: se impulsa en la ciudadanía un gusto adocenado a través de telebasura e hiperabundancia de espectáculos de todo tipo; esto, junto a la información sesgada, genera unos hábitos, una mentalidad social y una opinión pública orientada según los intereses de los grandes grupos económicos y de poder, y alejan la atención de la gente de sus propios problemas.

martes, 8 de enero de 2019

Agua en Andalucía: ¿abundancia o escasez? Presiones sistémicas y resistencias locales





Leandro del Moral
Universidad de Sevilla, Fundación Nueva Cultura del Agua, Red Andaluza de la NCA.

8 de enero de 2019

Síntesis

En Andalucía, en términos generales, no existe escasez absoluta de agua. A través de un proceso histórico de artificialización del sistema hidrológico se han hecho disponibles enormes cantidades de recurso. Los costes económicos, ecológicos y patrimoniales han sido muy altos. Desde hace décadas se producen respuestas sociales fragmentadas pero muy ricas que construyen un marco de prácticas y discursos alternativos.

En el lenguaje de la administración del agua en España, ‘recurso disponible’ se refiere a aquella parte del total de los ‘recursos naturales’ que se puede aplicar a la satisfacción de ‘demandas’ humanas concretas, en el lugar, en el momento y con la calidad requeridos en cada caso, dependiendo del tipo de ‘uso’ de que se trate: urbano, agrícola, ganadero, industrial o energético. Los recursos hídricos naturales son el resultado del total de precipitación menos la evapotranspiración, coincidiendo con lo que también se denomina (con expresión nada inocente) ‘lluvia útil’, que en España está entre el 20 y el 30% de la precipitación.

Precipitación --> Lluvia útil (recurso natural) --> recurso disponible

Tanto los recursos naturales como los disponibles se refieren a lo que se conoce como ‘agua azul’, que es la que circula superficial o subterráneamente. Esta es el agua con la que trabaja la política hidráulica, que no incluye el ‘agua verde’ (el 70-80% del total de la precipitación) que alimenta la humedad del suelo, la evaporación y la transpiración de las plantas, es decir, el agua de los ecosistemas terrestres, de las masas forestales y de los cultivos de secano (y, parcialmente, de los regadíos no cubiertos con plásticos).