Vientos de Cambio Justo

martes, 5 de octubre de 2021

LA NECROPOLÍTICA SE RATIFICA CON LA EXPERIENCIA DEL COVID-19

La  necropolítica es  un concepto  que hace referencia  al uso del  poder social  y político  para controlar la vida  de las personas,  hasta el punto que algunas podrán vivir y otras podrán ser olvidadas, perseguidas, rechazadas, controladas e incluso conducidas a condiciones de vida tan precarias que harán peligrar sus vidas.


Antonio Sánchez Rodríguez

5 de octubre de 2021

No era necesaria sufrir la experiencia del COVID para conocer los diferentes comportamientos de los Estados respecto a la importancia de una vida. El caso de la sindemia (1) del COVID-19 ha constatado estas diferencias, tanto en Estados como en sus regiones, respecto al tratamiento y medidas del riesgo de la población: unos priorizaban la vida y otros la economía a sabiendas que con ella se ‘admitía’ implícitamente un mayor número de muertos. En este sentido fueron bochornosas las declaraciones del Vicegobernador de Texas, quien afirmó que los mayores de 70 años deberían dejarse morir para salvar la economía estadounidense y no menos vergonzante la Comunidad de Madrid respecto a las Residencias de ancianos impidiéndoles a los enfermos el ingreso en los hospitales… Resultado: unos 8.000 muertos en dichas Residencias. 

El asunto, no sólo es lo concerniente al hecho directo de que los poderes pueden dejar vivir o matar, sino que también pueden gestionar condiciones deplorables de vida aplicándolas a sectores de la población seleccionados, bien por su extrema pobreza, por garantizar su seguridad y permanencia considerando unos supuestos peligros para el sistema provenientes de otras ideologías o religiones, o bien no respetando la vida de pueblos que habitan zonas ricas en materias primas, incluso especiales tratos a refugiados y migrantes tanto a su llegada como en su estancia, etc. Condiciones tales en la que el simple paso del tiempo terminaría con ellos. Otro ejemplo de necropolítica es la "austeridad” impuesta que siguió a la crisis de 2008, que provocó grandes recortes de servicios.

No hablamos de guerras, de situaciones bélicas puntuales, sino de un comportamiento del poder que éste desarrollará inexorablemente reconstruyendo la mejor de las veces una legislación para acomodarla a los intereses de las élites y que caerá como una losa sobre los desafortunados elegidos, así como a quien frene los mismos o muestre resistencia.

Estamos sin duda alguna hablando de una manifestación o un comportamiento sutil y lento que casi no es considerado entre los indicadores de las estadísticas o no son los de primera línea, pero que practican las élites en su papel más cruento contra la población para defender sus intereses y su sistema. Estamos hablando claramente de una faceta más de carácter neoliberal inmersa en la lucha de clases. Sólo que la imagen que ofrecen estas medidas en dicha lucha ésta difuminada y oculta, por los medios bajo su control, para el común de la gente.

En el imaginario de una parte importante de la población la lucha de clases es: “eso que dicen de derechas y de izquierdas”, y afinando mucho, añadirán: “las discusiones de los políticos en el Parlamento, y las reuniones de los sindicatos con la patronal” y no mucho más, porque según estos sectores se repiten convencidos: “Lo demás, es la realidad, que es vivir como mejor se pueda y si se tiene suerte todo irá bien”.

El asunto se complica aún más cuando entramos en detalle, y se desea que éste sea visto con claridad que está inmerso en la lucha de clases, porque en ese momento, buena parte de la población, defenderá por ejemplo: que la banca no tiene nada que ver con la lucha de clases, la globalización no influye en las clases, que las energéticas no están en la lucha de clases, las farmacéuticas tampoco, ni las comunicaciones, ni las multinacionales del transporte, ni siquiera los paraísos fiscales... Es más, es que una mala atención médica o educativa tampoco tienen que ver con ella, como tampoco está la seguridad laboral o que estas funciones con otras muchas estén privatizadas sea un problema entre clases; o la fiscalidad, o la despoblación, la desaparición de los bosques, la contaminación de las aguas, las jornadas laborales superiores a las antiquísimas 8 horas, el trabajo en negro, la austeridad, la corrupción, los bajos salarios, los suburbios o la precariedad de millones de personas sin viviendas y con hambre. También dirán: “es que se quiere politizar todo”, porque ¿qué tendrá que ver todo lo dicho, además de la cultura, con la lucha de clases? Cine, teatro, las programaciones de las cadenas de TV, la música o el deporte ¿qué tendrá que ver todo esto con la lucha de clases?

Y este sector de población se autoconvence y ofrece su respuesta, además de la que “hay que tener suerte y vivir como mejor se pueda”, a esa añadirán: “todo esto es así porque está en camino de arreglarse, ya que no hay dinero para todo, porque gastamos y consumimos más de lo que debemos…” Y es eso, “es que las élites siempre tienen las cosas que el pueblo necesita en caminos largos… que nunca llegan”, aparte de un gran poder de influencia y control (otro ejemplo de necropolítica). El gran problema global es que detrás de todo lo comentado está la VIDA. La lucha de clases es la lucha por la vida.

Cuando la vida no importa:

Donde este fenómeno se muestra con mayor crudeza es con la brutalidad del inicio de la 1ª Fase de la Revolución Industrial (Inglaterra) a mitad del siglo XVIII, encabezada por una burguesía poseedora de la mayor parte de la renta,  también del capital y dueña absoluta de los medios de producción. Todo su poder se ensaña sobre campesinos pobres y trabajadores industriales. Consciente de su fuerza se extiende por Europa y consigue en 1789 otra revolución en Francia. Las clases desfavorecidas no tenían otra salida que la organización sindical y política, en este sentido una respuesta contundente y sintetizada de Marx y Engels fue el Manifiesto del Partido Comunista en el 1847.

No nos pararemos mucho en las teorías de la economía política clásica y en cómo el capitalismo no valora, e incluso ignora, el “esfuerzo humano” y su “tiempo dedicado” convirtiéndolo en un simple “producto de mercado”. Ese voluntario “olvido” del capital precipitó toda una filosofía, una antropología y una política cuyo representante fue Karl Marx que además convierte el trabajo en el “elemento principal” de todo el proceso productivo. Y estas son las dos caras de la lucha de clases: mercancía o Humanidad.

Personajes que han resaltado la manipulación de la vida-muerte

Por otra parte, una imagen de lo que fue la ‘vida’ –si es que se puede llamar así- en las industrias es lo que narra Paul Lafargue: comunista, yerno de Karl Marx y médico, profesión que le permitió valorar, en términos de salud, las barbaridades del “trabajo” -que también es dudoso que se pudiera definir como ‘trabajo’ lo que estaba ocurriendo en esas fábricas y talleres-, no muy diferente de la esclavitud. En su libro “El derecho a la pereza. Refutación del derecho al trabajo” de 1880, donde se puede leer lo siguiente:

 

En Mulhouse y en Dornach, el trabajo empezaba a las cinco de la mañana y concluía a las cinco de la tarde, tanto en verano como en invierno... Hay que verlos llegar todas las mañanas a la ciudad y partir todas las noches. Hay entre ellos una multitud de mujeres pálidas, descarnadas, que caminan descalzas entre el barro y que, a falta de paraguas cuando llueve o nieva, llevan el delantal echado sobre la cabeza para preservarse la cara y el cuello; y un número aún más considerable de niños, no menos sucios y demacrados, cubiertos de harapos manchados de aceite de las máquinas que les cae encima durante el trabajo. Estos niños, mejor preservados de la lluvia por la impermeabilidad de sus vestidos, ni siquiera tienen, como las mujeres, una canasta al brazo donde llevar las provisiones del día; llevan en la mano, debajo del saco o como pueden, el pedazo de pan que debe sustentarlos hasta que vuelven a sus casas. Así, a la fatiga de una jornada desmesuradamente larga, de quince horas mínimo, estos desgraciados tienen que agregar la de las idas y venidas, tan penosas y tan frecuentes. Resulta que llegan por la noche a sus casas, agobiados por la necesidad de dormir, y que al día siguiente, sin estar completamente reposados, tienen que levantarse para encontrarse puntualmente en la fábrica a la hora de la apertura.»

Otro personaje, que por cierto también perteneció al partido comunista, es Michel Foucault autor, aparte de varios libros, de uno especialmente interesante porque abre camino al estudio de este comportamiento del neoliberalismo. Dicho libro recoge las clases que impartió en el “College de France” en el curso 1978-1979 que se llama “Nacimiento de la Biopolítica” y que fue publicado en 2004. Foucault crea dos palabras cuyo prefijo es VIDA: Biopoder (2) y Biopolítica. 

Respecto a este último concepto, dejamos algunos párrafos aclaratorios del artículo de Esther Jordana Lluch (Investigadora y docente) publicado  en “elsaltodiario” el 16 abril 2019, titulado: Vidas gobernadas: la biopolítica según Foucault.


La biopolítica es un concepto introducido por Foucault para describir las transformaciones de las formas de gobierno modernas, caracterizadas por el despliegue de todo un conjunto de tecnologías, prácticas, estrategias y racionalidades políticas que tienen como objetivo el gobierno de la vida.”

“La biopolítica va, pues, de la mano de la instauración de la norma como un mecanismo de orden y organización social cuya centralidad pone en crisis el orden social que pivotaba en torno a la ley.”

“No se trata de un poder que se ejerce de modo jerárquico o vertical, se trata, por el contrario, de producir permanentemente determinados modos de vida apoyados en mecanismos que se deslizan hasta lo más íntimo de nuestra subjetividad, operando sobre nuestros cuerpos, nuestros pensamientos, nuestras conductas y nuestros afectos.”

“La “libertad” según el liberalismo:

Por tanto, resulta un tanto cínico escuchar a los liberales hablando de la necesidad de preservar la libertad individual de toda injerencia gubernamental mientras no tienen reparos en impulsar prácticas de gobierno que tienen como objetivo operar sobre la conducta, el pensamiento o los afectos de esos sacrosantos sujetos.”

El primer académico en explorar el término “Necropolítica” en profundidad fue el camerunés. Achile Mbembe. En la wikipedia con última edición del 31 julio de 2020 se puede comprobar su posición: 


“… la “necropolítica” la define como “uso del poder social y político para dictar cómo algunas personas pueden vivir y cómo algunas deben morir”. Confronta este concepto con el “biopoder” de Foucault utilizado como: “uso del poder social y político para controlar la vida de las personas”. La diferencia es que Para Mbembe la “Necropolítica” también supone el derecho a exponer a otras personas (incluidos los propios ciudadanos de un país) a la muerte, el derecho de esclavizar a otros y otras formas de violencia política.

Mbembe utiliza los ejemplos de la esclavitud, el apartheid, la colonización de Palestina e incluso la figura del terrorista suicida para mostrar cómo diferentes formas de “necropoder” (estatista, racializado, estado de excepción, urgencia, martirio) sobre el cuerpo reducen a las personas a condiciones de vida precarias.”

Si atendemos a Aram Aharonian, periodista argentino en su artículo de 28 julio 2020, en el blog “observatoriocrisis” en sus comentarios sobre Achille Mbembe, y de los que dejamos a continuación alguno de gran contundencia, que nos permitirá comprobar que la Wikipedia se muestra algo más suave comparativamente.


“ La necropolítica, dice Mbembe, está en conexión con el concepto de necroeconomía: Una de las funciones del capitalismo actual es producir a gran escala una población superflua, que el capitalismo ya no tiene necesidad de explotar, pero hay que gestionar de algún modo. Una manera de disponer de estos excedentes de población es exponerlos a todo tipo de peligros y riesgos, a menudo mortales. Otra técnica consistiría en aislarlos y encerrarlos en zonas de control. Es la práctica de la ‘zonificación’ ”.

Desde luego el personaje que en este tema no puede ser olvidado es Fidel Castro -que curiosamente nació el mismo año que Michel Foucault, 1926- sobre todo por la sintonía en la defensa de la VIDA y por cómo la defendió especialmente ante la ONU el 12 de octubre de 1979, y cómo a estas fechas y pese al cruento bloqueo (Necropolítica sobre un país entero) Cuba tiene tres vacunas contra el COVID-19.  Entresacamos algo de lo expuesto:

 

“…hay que hablar también de los derechos de la Humanidad.

¿Por qué unos han de vivir 35 años, para que otros vivan 70?

¿Por qué unos han de ser míseramente pobres, para que otros sean exageradamente ricos?

La pobreza infantil en el mundo

Enfermos sin medicinas

y de aquellos a los que se les ha negado el derecho a la vida y a la dignidad humana.

Unos países poseen abundantes recursos. Otros no poseen nada.

¿Cuál es su destino? ¿Morirse de hambre? ¿Ser eternamente pobres?

¿Para qué sirve entonces la civilización? ¿Para qué sirve la conciencia del hombre? ¿Para qué sirven las Naciones Unidas? ¿Para qué sirve el mundo?

No se puede hablar de paz en nombre de decenas de millones de seres humanos que mueren cada año de hambre o  enfermedades curables en todo el mundo, ni en nombre de 900 millones de analfabetos. La explotación de los países pobres por los países ricos debe cesar.

Si no resolvemos pacífica y sabiamente las injusticias y desigualdades actuales, el futuro será apocalíptico.

Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se pueden resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos.

Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes de nuestra era. Esa es, además, la premisa indispensable de la supervivencia humana.”

En una ocasión preguntó, creo recordar que cuando nadie lo planteaba, para poner en valor el coste en vidas, por el “dejar de hacer” de muchos gobiernos… ¿Cuántas vidas cuesta: no tener hospitales abiertos, no tener escuelas suficientes, no tener viviendas dignas (en lugar de suburbios insalubres), aguas contaminadas; y cuántas vidas más cuesta el paro, la desesperación y la angustia (suicidios), cuántas los pueblos olvidados? Son números que no aparecen porque no interesan…

Para terminar no podemos dejar de insistir que un área que tiene gran repercusión en la necropolítica no es sólo el “trabajo” en sí, sino también toda “norma” que le rodea: Estatuto de los Trabajadores (ET), seguridad y salud en el trabajo, convenios colectivos, precariedad, temporalidad, tipo de jornada y toda reforma laboral que pueda torpedearla o mejorarla. Lo cito porque la presión neoliberal es altísima, dado que el trabajo es el núcleo del proceso productivo objetivo y real de donde el capital obtiene buena parte de su beneficio, nada comparable a los beneficios financieros y la subjetividad o “fantasía” en la que se sustentan los inversores en este área. Recientemente se ha derogado el artículo 52.d del Estatuto que consideraba despido objetivo estar enfermo, y aunque nos resultó increíble, ahí estaba junto a la disponibilidad absoluta de horarios, los “minijob”, falsos autómos, etc.  Afortunadamente con las medidas del gobierno de coalición en el Diálogo Social sobre ERTEs, aumento del SMI, modificación del ET y la derogación de las Reformas laborales que vienen le ganaremos la partida, en parte, a la necropolítica del neoliberalismo.

Definiciones:

1.- Sindemia: Las sindemias se desarrollan bajo inequidad sanitaria, causada por la pobreza, el estrés o la violencia estructural, y son estudiados por epidemiólogos y antropólogos médicos interesados en la salud pública, la salud comunitaria y los efectos de las condiciones sociales en la salud.

2.- Biopoder: Conjunto de estrategias y prácticas del poder en los estados modernos para administrar la vida, subyugando personas y controlando la población mediante numerosas y diversa técnicas. Dicho de otra manera: Uso del poder social y político para controlar la vida de las personas.

Bibliografía consultada. Libros y artículos

1.- El nacimiento de la biopolítica (Curso 1978-1979 de Michel Foucault)

2.- Poder y resistencia en Michel Foucault

3.- Necropolítica. Sobre el gobierno privado indirecto (Achille Mbembe)

4.- Necropolitica, violencia y disputa desde los márgenes del estado. México (A.Fuentes)

5.- Giorgio Agamben. 'El ciudadano es para el Estado un terrorista virtual' (El Pais)

6.- Cuando Fidel Castro cimbró con su palabra a la ONU en 1979 (Excelsor)

7.- Biopolítica y necropolítica (Ariadna Estevez Lopez)

8.- Vidas gobernadas. La biopolítica según Foucault (ElSaltoDiario-Esther Jordana)

9.- La necropolítica, las varias pandemias y lo que vendrá (OC-Aram Aharonian)

10.- Austeridad, necropolítica y monstruos (OC-Yago Alvarez Barba)

11.- Necropolítica. El cálculo político de la vida y la muerte (Fdo. Infante)

De Wikipedia: Paul Lafargue, Michel Foucault, Achille Mbembe, Giorgio Agamben,