Juan Manuel Valencia
Rodríguez
6
de mayo de 2025
Hemos asistido en las últimas semanas al bochornoso espectáculo de una TVE pública convertida poco menos que en emisora del Vaticano, dedicada no ya a dar cuenta de una noticia de relieve, sino al elogio sin medida del fallecido papa Francisco, con seguimiento de todos los pormenores del evento en amplísimos espacios informativos. Se trata de un atropello evidente de la aconfesionalidad del Estado dispuesta en el artículo 16.3 de la Constitución, que desborda en mucho lo también allí establecido sobre mantener “relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.
Tal panorama propagandístico, ya que no informativo, nos mueve a abordar aquí dos temas que son permanentemente marginados de la agenda política y del debate público: República y Estado laico. Asuntos ambos que suelen despacharse con un “esto no toca ahora”. Las consecuencias de esta ausencia habitual son mucho más profundas y perjudiciales para la “cosa pública” de lo que podría pensarse.