viernes, 14 de marzo de 2025

DEEPSEEK Y EL PLUSVALOR EXTRAORDINARIO

 


Pedro Andrés González Ruiz, autor del blog Criticonomia

14 de marzo de 2025

En las últimas semanas una noticia económica ha removido los cimientos del capital a nivel mundial, se trata de la aparición de R1, un poderoso modelo de Inteligencia Artificial (IA) creado por la empresa china Deepseek. Sus descargas en los móviles americanos se contaron por millones, y hace unos días los valores bursátiles de las tecnológicas occidentales, sobre todo estadounidenses, pero también alguna europea, caían de manera dramática (el Nasdaq se dejaba cerca de 1,5 billones de dólares, similar al PIB anual español).

Aunque se trata de un fenómeno con muchos aspectos (división internacional del capital, mercado mundial de la tecnología, configuración de la clase obrera y la nueva lucha de clases, entre otros), aquí nos centraremos en lo que tiene que ver con la apropiación del plusvalor extraordinario y el carácter progresivo del capitalismo. Para ello dividiremos la exposición en tres partes: observaremos los datos, nos detendremos en el relato y expondremos la crítica de la economía basándonos en los desarrollos de Karl Marx en su obra El Capital.


1.             El Dato

El pasado 27 de enero la valoración en bolsa de la empresa norteamericana Nvidia, productora de microchips, cayó cerca de 600.000 millones de dólares (un 17 %). Se trató de la mayor caída jamás vista. Junto a ella, aunque en menor medida, otras empresas se veían afectadas: la mayoría norteamericanas, pero también algunas europeas como ASML y Siemens Energy. ¿Qué había pasado?

La empresa china Deepseek (búsqueda profunda, en español) había creado una herramienta de Inteligencia Artificial (IA), el modelo R1, tan potente como la mejor versión de sus competidores (ChatGPT de OpenAI, Bard de Google, Llama de Meta, BingChat de Microsoft, entre otros), propiedad de capitales norteamericanos. Y además, gratis, con lo que las descargas en los móviles americanos se contaron por millones.

El modelo de negocio de Deepseek, por ahora, está basado en la segmentación del producto: una versión más completa (premium) de pago enfocada hacia profesionales y empresas, y otra versión menos completa y gratuita (cuando el producto es gratis el precio es tu información) destinada al público en general, de donde aprende en gran medida la herramienta china de IA.

Varias cuestiones han sido destacadas en este movimiento. Por un lado, la capacidad del capital chino para sobreponerse a las limitaciones al acceso de la tecnología microinformática (la Chips Act promulgada por la administración Biden en 2022); también, la rapidez con que lo han hecho, pues Deepseek fue creada en 2023; la reducida inversión necesaria para crear la herramienta de IA china, que ascendió a 6 millones de $ frente a los 100 millones de ChapGPT-4; que descansa en la reducción del uso de recursos informáticos (memoria y microprocesadores) cuando actúa (una décima parte que sus competidores); de lo cual se derivan ahorros en el uso de otros recursos (energía, espacio físico, agua); se entrena (alimentación con datos para ofrecer buenos resultados) en menos tiempo. Todo esto redunda en un abaratamiento significativo de la mercancía.

Esto pone sobre la mesa que la empresa china ofrece un producto tan bueno como su competencia norteamericana, pero a mucho menor coste. Y sin recurrir a los medios más sofisticados, lo cual da idea del recorrido que tiene.


2.             El relato

 


En el apartado anterior vimos que la empresa china Deepseek había sacado un modelo de Inteligencia Artificial (R1) igual de bueno que los americanos, pero bastante más barato. Esto había provocado movimientos en bolsa y en el mercado de la IA. Pretendemos aprovechar este fenómeno para exponer el punto de vista de la crítica de la economía.

Ahora se trataría de pararnos en cómo se presenta esta cuestión por la prensa. Este relato mediático trata de llevar al gran público la conciencia libremente enajenada que los economistas naturalizan. La forma más extendida de esta naturalización en las academias y universidades es la teoría neoclásica, cuyos planteamientos principales exponemos a continuación.

En general, la economía, la empresa, todo, está en equilibrio. Además, añaden los economistas neoclásicos, es la situación deseable. La mejor expresión del equilibrio es que la oferta iguala a la demanda. En el ámbito del sector eso significa que el precio iguala al coste marginal (coste adicional que supone incrementar la producción en una unidad); y en el ámbito de la empresa que el precio iguala al coste medio. 

En el equilibrio, el beneficio económico (ingresos menos costes en sentido amplio) es nulo, no existe. El beneficio económico hay que distinguirlo del beneficio contable (ingresos menos costes en sentido estrecho). La diferencia está en que la ganancia capitalista es un coste más, junto al coste del capital humano (salario); esta ganancia es la retribución que corresponde a la propiedad de la empresa. Con este “ocultamiento” se naturalizan el beneficio y la propiedad.

Ahora bien, ocurren fenómenos que perturban esta situación. Uno de ellos es una innovación tecnológica, como ha sido el R1 de Deepseek. Esto ha llevado a la economía, al sector (en nuestro caso el de la Inteligencia Artificial) a un desequilibrio (precio no se iguala al coste medio), que será más o menos pasajero, hasta que se restaure de nuevo el equilibrio. También la empresa innovadora, Deepseek, entra en desequilibrio. ¿Qué significa esto para nuestra empresa?

La innovación del R1 supone que Deepseek obtendrá beneficios positivos (extraordinarios). Pero, ¿de dónde surge este beneficio extraordinario?

La posición ventajosa de Deepseek radica en que produce a menor coste que la media del sector y, como vende al mismo precio, obtiene un mayor beneficio que el sector. Por ello, nuestra empresa obtendrá los beneficios extras. Pero, ¿quién es el responsable del éxito, quién debe apropiárselo?

Aquí se produce un pequeño debate en la economía académica, dado que está en juego el destinatario de este beneficio extraordinario, entre quienes defienden que es el propietario por ser el que arriesga el capital (capitalista emprendedor), o el gestor por ser quien ha llevado a cabo la innovación (empresario innovador). En nuestro caso el propietario de Deepseek es un fondo de cobertura, High-Flyer, y el director ejecutivo es uno de sus fundadores, Liang Wenfeng. Desde luego, el resto de la plantilla laboral ni está ni se la espera en el reconocimiento del éxito de la operación, no digamos ya en la participación del mencionado beneficio. 

El relato mediático gusta mucho de resaltar los aspectos individuales e individualistas del proceso innovador y del éxito en los negocios. Este es un asunto en el que tiene mucho interés la denominada ciencia económica que suele reclamarse del individualismo metodológico. Este individualismo, sea el del individuo emprendedor que arriesga, sea el del individuo innovador que inventa, implica que las personas y sus motivaciones son la causa última de los fenómenos sociales, dejando de lado las condiciones sociales que rodean a nuestro individuo; condiciones que explican que esa persona sea lo que es, esté donde está y haga lo que hace. Así, el épico individuo hecho a sí mismo parece una feliz aparición social. Se trata de la naturalización del individualismo.

Aunque se viertan kilómetros de tinta y gigas de video sobre Liang, Deepseek debe gran parte de su éxito inmediato, además de a sus fundadores, a su equipo investigador y ejecutor; y esta cualificada fuerza de trabajo debe algo a la formación que la sociedad china les otorgó, por no hablar de otros aspectos más prosaicos como la alimentación, el vestido, la vivienda… Son acreedores del interés que la sociedad china, a través de su Gobierno, ha puesto en la Inteligencia Artificial como rama productiva a impulsar; por no hablar de las condiciones del mercado mundial, particularmente la dificultad que el gobierno de USA impuso al capital chino restringiendo su acceso a la tecnología más avanzada, los chips de Nvidia; y podríamos seguir añadiendo circunstancias que explicarían que Deepseek haya llegado a lanzar el R1. Pero, hay una que es trascendental, la relación social general que domina la sociedad actual, el capital.

Tenemos, así, a nuestra empresa innovadora apropiándose beneficios extraordinarios que se reparten propietarios (capitalista) y gestores (empresarios). ¿Pero qué ocurre con el resto de empresas, con la competencia, cómo viven este desequilibrio de la industria? ¿Quién retornará el sector al equilibrio? 

El mercado, amigo. Sí, gracias a la competencia entre los capitales, pues todos se disputan el beneficio aspirando a maximizarlo, se restituye el deseado equilibrio. La entrada de capitales, la competencia entre estos, que reviste las más diversas formas concretas (innovaciones tecnológicas, reducciones de precios, publicidad, espionaje, atracción del talento, intervenciones estatales, etc.), es lo que hará que se nivelen las condiciones de producción. Desapareciendo el beneficio extraordinario.

La situación a la que llegaremos, el nuevo equilibrio, se caracterizará por unas condiciones de producción de menores costes, allí las empresas no tendrán beneficios extraordinarios y la demanda, los compradores de IA, será soberana. Soberanía del consumidor, que expresa su libertad, cuya base es la capacidad de compra (la libertad está en el bolsillo, dirá Marx). Las empresas estarán al servicio de los consumidores (los soberanos) buscando procurarles la máxima utilidad con la asignación de recursos más eficiente (menores costes). 


3.             La crítica de la economía política

 

La exposición de la crítica de la economía política supone, tras el análisis que se ha venido haciendo anteriormente (el dato y el relato), la reproducción sintética del movimiento del capital a nivel mundial, desde su forma competitiva entre norteamericanos y chinos -particularmente en la rama de la Inteligencia Artificial- hasta su concreción en el modelo R1 de Deepseek. En este desarrollo se destaca la apropiación del plusvalor y, en lo inmediato, la del plusvalor extraordinario. Finalizamos indicando algunas tendencias que se desprenden de este fenómeno.

La expansión mundial del capital, o sea la acumulación de capital, requiere la producción de plusvalor (ley absoluta del modo de producción capitalista, Marx); esta producción está en la esencia del capital en cuanto valor que se valoriza.

La acumulación de capital, cuyo contenido es mundial, se presenta nacional en su forma (como dice el profesor Iñigo en su obra El capital: razón histórica). Así, el movimiento expansivo del capital adopta la forma de relaciones (conflicto o alianza) entre Estados, en tanto representantes políticos del capital total de cada ámbito nacional. Hoy marcadamente enfrentados aparecen el capital chino y el norteamericano, entrando en juego la disputa por la apropiación del plusvalor mundial.

Pero, sea cual sea su forma (nacional, ramal u otra), el capital persigue el máximo plusvalor, y la modalidad más potente de producirlo es el plusvalor relativo, es decir el aumento del plustrabajo mediante el incremento de la productividad social del trabajo.

Una expresión de esto es el desarrollo de la Inteligencia Artificial, cuya aplicación generalizada, no solo como medio de vida sino además como medio de producción, supondrá un fuerte crecimiento de la productividad social del trabajo abaratando la fuerza de trabajo e incrementando, por tanto, el plusvalor. Este mayor plusvalor será disputado entre los distintos capitales, primero a nivel mundial, para luego redistribuirse nacionalmente, y no solo en su rama sino en el conjunto de la sociedad.

Por ello, el interés de los capitalistas y de los Estados en el impulso de esta estratégica rama, como muestran los diversos planes y proyectos gubernamentales. Contando el Estado chino, en este caso, con una singular potencia como es la capacidad de planificación.

Sin embargo, el mencionado aumento de la productividad social, y el mayor plusvalor que origina (plusvalor relativo), toma forma en nuestro caso en la innovación técnica, que da lugar al plusvalor extraordinario.

El plusvalor extraordinario empieza con una gran idea. Un capitalista, en nuestro caso Liang Wenfeng, también empresario de Deepseek, ha logrado que sus empleados creen un nuevo método de producción que les ha permitido producir una mercancía (R1) mejor y más barata que los modelos equivalentes de IA.

La comercialización de este producto le va a permitir obtener una plusvalía extraordinaria, que consistirá en la diferencia entre el precio correspondiente al valor social (promedio de la rama) y los menores costes de producción basados en la mayor productividad. Incluso, estos costes menores permiten a Deepseek reducir precio, con lo que amplía clientela. Pero, ¿de dónde sale esta plusvalía extraordinaria?

La plusvalía extraordinaria tiene su origen principalmente en el trabajo de la rama, y no solo en el trabajo de la empresa innovadora, constituyendo una forma en que la empresa innovadora se apropia parte del plusvalor producido por sus competidoras.

Esto explicaría el redoblado enfado del capital, del gobierno y de la sociedad norteamericanos, pues no solo han quedado tecnológicamente por detrás del capital chino, sino que éstos se están apropiando parte de su plusvalor.

Efectivamente, veamos qué pasa con la competencia estadounidense. En este proceso en el que todavía no se generaliza la nueva técnica, las empresas de la competencia (en nuestro caso, OpenAI, Google, Meta, Microsoft, entre otras) reducen beneficios porque van perdiendo clientela y se ven obligadas a bajar precios. Si la situación persiste sin que modifiquen sus procesos productivos, para ponerse al nivel de Deepseek o superarlo, entrarán en pérdidas corriendo el riesgo de desaparecer junto con la fuerza de trabajo que usan. Así, mientras una parte de los trabajadores norteamericanos pasaría al ejército laboral de reserva, el ejército activo del capital estadounidense estaría produciendo plusvalor para Deepseek mientras le siguen pagando el salario sus empleadoras yanquis.

Cuando la nueva técnica se generalice ocurrirá que: el valor social del producto habrá descendido desapareciendo la plusvalía extraordinaria; el capital de la rama habrá crecido atraído por esta plusvalía; la rama tendrá menos capitalistas que serán más grandes (concentración y centralización del capital); y el mercado se habrá ampliado al ser incorporado el producto por el resto de ramas y al consumo final, merced a la reducción de su valor social (democratización del producto).

La crítica de la economía política observa, además, que la industria de la IA habrá transformado sus procesos productivos, los obreros que los ejecutan también habrán cambiado (atributos productivos distintos). Igualmente mutarán los procesos laborales donde se implante la IA, y con ellos la fuerza de trabajo que los lleva a cabo. Gran parte de la clase obrera mutará y con ello se transformarán los requisitos de su reproducción (formación, consumos, familia, ocio, ideología). La población obrera sobrante, el ejército laboral de reserva, cambiará. Toda la clase obrera, junto con sus expresiones políticas y la necesaria lucha de clases que habrá de acompañar el proceso, también se transformarán. Cierto, esto ya ha ocurrido antes, con la máquina herramienta, con la cadena de montaje o con el robot, y ahora con la IA; siempre el mismo contenido, pero con distintas formas.

Hemos visto que tras el plusvalor extraordinario está la innovación técnica, pero, ¿qué hay detrás de la innovación técnica? En lo inmediato, está el trabajo de las personas implicadas en esta empresa, desde sus capitalistas hasta sus obreros. Pero, hay más.

Esta innovación tecnológica que ha dado lugar al modelo R1, no es el simple resultado de la genialidad de Liang, el fundador de Deepseek; ni siquiera es el producto del abstracto trabajo de su fuerza laboral. Este esfuerzo colectivo hubo de requerir unas condiciones concretas: una sociedad como la china, cuya sociedad impulsó la formación, particularmente tecnológica. También de una política gubernamental que incentivara la Inteligencia Artificial como una rama estratégica. Además, supuso, muy específicamente, unas condiciones competitivas que llevaron a restricciones en el uso de la tecnología más avanzada en ese momento, provocando la implementación de alternativas. Más aún requirió todo el conocimiento social previo sobre la IA, en buena parte de origen norteamericano. Y necesitó, como hemos mencionado, la producción de plusvalor y el capital con su pulsión expansiva.

Ahora, con estos elementos, el modelo R1 creado por la empresa china de IA, Deepseek, se nos presenta, no como una ocurrencia feliz de un chino inteligente, sino como una forma concreta síntesis de múltiples determinaciones, que han sido desveladas. Más particularmente, R1 de Deepseek es una expresión del capital; es la forma concreta en que el capital chino, en la figura de Deepseek (fuerza de trabajo y medios de producción), lleva a cabo una innovación tecnológica (plusvalor extraordinario), que es a su vez la forma en que se desarrolla la Inteligencia Artificial (plusvalor relativo), siendo ésta la modalidad más potente de producir plusvalor, sobre cuya base gira la lucha competitiva entre los distintos capitales por la apropiación de este plusvalor; esta competencia es la forma en que se desarrolla el capital, que tiene en su naturaleza su expansión mundial.