Movimiento Andaluz en Defensa
de las Pensiones Públicas (MADPP)
https://movimientoandaluz.org/
1
de abril de 2025
Vivimos unos tiempos convulsos de enorme
inestabilidad, marcados por conflictos bélicos abiertos a nivel global; de los
cuales, a nivel europeo nos vemos más afectados por la guerra de Ucrania y la
masacre y destrucción de Israel en Palestina.
La vuelta de Donald Trump al Gobierno de Estados Unidos, acercando posturas con el régimen autoritario de Rusia y otros gobiernos o partidos autoritarios de Europa y mostrando hostilidad y menosprecio hacia el proyecto de la Unión Europea, intentando sabotearlo, tanto desde dentro como desde fuera, está introduciendo nuevos factores de desequilibrio mundial y desconfianza en las relaciones de la UE y otros países europeos con EE.UU.
Ante esta situación, la Unión Europea y los
países que la integran, han reaccionado impulsando medidas de aumento del gasto
armamentístico, sin mucho debate o sin barajar otras opciones para garantizar
la paz y la seguridad europeas. A su vez, los líderes políticos están lanzando
mensajes con relatos de amenazas ficticias que no se han producido o con
fabulaciones de peligros de invasión por enemigos inexistentes, con la
intención de convencer a la ciudadanía de la necesidad de aumentar
considerablemente el gasto para rearmarse. Incluso hablando sin ningún pudor de
una III guerra mundial, banalizando las enormes consecuencias en vidas humanas
y destrucción que tendría.
Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión
europea, ha propuesto a los Estados miembros el 4 de marzo, movilizar 800.000
millones de euros para aumentar los gastos en defensa y ya se está trabajando
en lo que han bautizado con el nombre “Plan rearmar Europa”. Con declaraciones
de que el 2 % del PIB en gastos militares de los países será insuficiente, que
habría que aumentarlo por encima del 3,5 % del PIB o más. Hablando incluso, de
eliminar las obligaciones de los países de cumplir las reglas fiscales de gasto
recogidas en el “Pacto de Estabilidad” vigente en la Unión Europea, si es para
aumentar el gasto en armamento. Y contemplando medidas de mutualización del
endeudamiento para gastos militares, respondiendo los estados de forma
conjunta.
En Alemania, que acaba de celebrar unas
elecciones federales el pasado 23 de febrero, cuando todavía no hay acuerdo
para formar Gobierno; los partidos Cristianodemócrata (CDU); Socialdemócrata
(SPD) y Los Verdes, han llegado a un acuerdo para reformar la Constitución,
para dejar fuera de la regla de freno de la deuda, el gasto en defensa que
supere el 1 % del PIB.
Resulta curioso, que los límites de gasto
recogidos en el “Pacto de Estabilidad europeo” no se modificaran en la crisis
económica y financiera de 2008-2011, obligando a los países (mayoritariamente
del sur de Europa), a recortar en gasto social y servicios públicos, sin
importar el sufrimiento que causaba a la población, para priorizar el pago de
la deuda al bienestar de su ciudadanía. Y sin embargo ahora, sea posible
modificar las reglas financieras de gasto y endeudamiento sin mucho debate ni
discusión.
El Presidente del Gobierno Pedro Sánchez,
afirmó el 7 de marzo, que está dispuesto a hacer «un esfuerzo» para que el
gasto en Defensa de España alcance el 2 % del PIB antes del año 2029, fecha
prevista en un principio. Y el 13 de marzo, tras la ronda de reuniones con los
representantes de los Grupos Parlamentarios, declaró, que el aumento del gasto
no va a recortar “ni un euro” el gasto social, abriendo la posibilidad de que
este incremento no tenga que votarse en el Congreso.
Según datos del INE, el gasto en Defensa
de España en 2024, fue de 19.723 millones de euros (ME), el 1,28 % de un PIB de
1.540.000 millones de euros. Por tanto, para alcanzar el 2 % del PIB, habría
que aumentar el gasto hasta un total de 30.800 (ME), lo que supondría 11.077 (ME) más que
en la actualidad.
La subida hasta el 3,5 % del PIB, que la UE y
otras instancias están sugiriendo supondría 53.000 (ME), (Habría que
incrementar el gasto en 33.277 (ME). Y de aceptar la exigencia de Trump y la
OTAN de llegar hasta el 5 % del PIB, 77.000 (ME), el incremento sería de 57.277
(ME).
Para hacernos una idea de la repercusión que
puede tener un aumento del gasto en armamento de 11.077 millones de euros (de momento);
sobre las condiciones de vida de la ciudadanía en general; comparemos esa cifra
con las cantidades destinadas en 2024 a partidas y servicios públicos que
afectan más a pensionistas y personas mayores: El gasto destinado a Pensiones
No Contributivas (PNC) y otras prestaciones sociales, fue de 2.808 (ME), el
gasto total en Complemento a Mínimos, para compensar las pensiones más bajas
del Sistema contributivo Público ascendió a 7.261 (ME), el gasto en el Ingreso
Mínimo Vital fue de 4.193 (ME) y el gasto total en la Atención a las personas
en situación de dependencia fue de 11.521 (ME).
A otros servicios públicos en general se
destinaron 8.412 (ME) para Agricultura, Pesca y Alimentación, 9.801 (ME) a
Industria y Energía y 12.578 (ME) a Transporte e infraestructuras.
Se nos dice desde el Gobierno, que el aumento
del gasto militar no va a suponer recorte en “partidas sociales”. Cuestión
esta difícil de
creer, porque siempre ha sido así y como muestra lo
anunció Mark Rutte, el Secretario General de la OTAN, que abiertamente y sin
esconderse, declaró en una rueda de prensa el 4 de diciembre de 2024: «Los
ciudadanos de los Estados miembros de la OTAN deben aceptar hacer sacrificios,
como recortes en sus pensiones, sanidad y sistemas de seguridad, para aumentar
el gasto en Defensa y garantizar la seguridad a largo plazo en Europa», «Hay
que cambiar a una mentalidad de guerra y acelerar la producción y el gasto en
Defensa. El 2 por ciento es insuficiente. Hay que pasar al cinco por ciento
para disuadir a posibles adversarios».
Además, en el caso poco probable de que el
aumento de los gastos militares no supusiese disminución en las partidas
destinadas a gastos sociales, ¿de dónde iba a salir ese dinero extra que va a
gastar el Estado español?, de un aumento de los impuestos o de aumento del
endeudamiento.
En ambos casos, supondrá una rebaja en las
condiciones de vida de la ciudadanía y en el caso del endeudamiento, el
incremento de las obligaciones de pago de deuda e intereses supondría hipotecar
el futuro de las nuevas generaciones y dejar congeladas las partidas destinadas
a gastos sociales, privándolos de la posibilidad de la mejora que tanto
necesitan.
No se puede entender, cómo ahora se puede
aumentar el gasto en Defensa sin estar aprobados los PGE de 2025, cuando hace
poco tiempo se nos decía que no se podían aumentar por ejemplo, las partidas
dedicadas a la Atención a la Dependencia, porque no estaban aprobados los
Presupuestos.
¿Cuantas personas pueden ser atendidas para
eliminar las interminables listas de espera de la Atención a la Dependencia,
sólo con esos 11.077 millones de euros que se pretende aumentar en un principio
los gastos en armamento? ¿Cuánto se podrían mejorar las pensiones mínimas o las
Pensiones no Contributivas? Y la Sanidad Pública, la Educación Pública, el IMV,
las becas, etc.
Aumentando el gasto en arsenales militares y
deteriorando salarios, pensiones, sanidad, educación y servicios sociales en
Europa, no va a disipar el peligro de una guerra. Al contrario, ocasionará
insatisfacción en la ciudadanía y las clases trabajadoras y populares de los
países que van a sufrir las consecuencias de los recortes; creando las
condiciones para el crecimiento de los partidos autoritarios de extrema derecha
en Europa, con mensajes de odio y enfrentamiento entre los pueblos.
No es cierto que, el rearme de Europa vaya a
eliminar la posibilidad de una guerra con Rusia, ni tampoco que lo que se
pretende sea defender nuestros valores, el Derecho Internacional, los Derechos
Humanos, la libertad y a los más débiles. En ese caso, la actitud europea
hubiese sido de exigencia a Israel y denuncia del Genocidio que está cometiendo
con el pueblo Palestino en Gaza y Cisjordania. Y sin embargo Europa está
callando o lo que es peor, apoyando a Israel.
La disminución del peligro de guerra, y la
seguridad en Europa sólo puede venir de emplear los recursos públicos en planes
comunes de inversión en mejores servicios públicos, que reduzcan las
desigualdades, en protección de las personas más desfavorecidas, en la defensa
de unas condiciones económicas y de vida dignas y cada vez mejores para las
amplias clases trabajadoras y populares.
No se trata de una propuesta ingenua. Sólo
creando un horizonte de futuro mejor y de progreso para la ciudadanía de los
estados europeos, fomentando las relaciones de cooperación y fraternidad entre
estados vecinos, ayudando en caso de catástrofes, se crean vínculos y
conciencia de comunidad entre los pueblos y se puede conseguir el apoyo de la
gente aun proyecto común en paz.
La ciudadanía europea y de España, ha
demostrado que está concienciada con la paz y con las políticas antibelicistas.
Sin embargo, los líderes políticos, no están explorando negociaciones que
conduzcan a un alto el fuego y creen las condiciones para la paz en Ucrania y
Palestina.
La lucha por la paz es más necesaria que nunca.
No podemos permitir que este aumento de mensajes belicistas nos conduzca a un
camino sin salida, de rearme, odio y creación de las condiciones para una
guerra, en la que siempre pierden los pueblos y las clases más desfavorecidas.
Desde el Movimiento Andaluz en Defensa de las
pensiones Públicas (MADPP), creemos que ha llegado el momento de movilizarse,
coordinando pensionistas, trabajadores, clases populares, organizaciones de
todo tipo y toda la ciudadanía de España y de Europa que está en contra de la
guerra, para demandar que el único camino para garantizar la paz es negociando,
mediando, creando condiciones para conversaciones entre beligerantes y no
aumentando los arsenales militares. Es el momento de exigir que se pongan a
trabajar urgentemente para conseguirlo.
Nuestra organización y nuestras Plataformas de
Pensionistas estamos convencidas que ese es el único camino y desde hoy vamos a
trabajar para que se construya la paz.