APERTURA o RUPTURA del régimen de Dictadura
La
Constitución de 1978 fue el referente político del nuevo régimen de Monarquía
Parlamentaria sustitutoria de la dictadura franquista. La denominación de
DEMOCRACIA nos permite hoy un mejor entendimiento de su “origen y aplicación”
como un referente básico de la necesidad del CAMBIO y REFORMA Constitucional,
hacia Más y Mejor Democracia.
Manuel
Armenta
12
de octubre 2018
La Constitución de 1978 fue fruto y resultado
de muchas confrontaciones dentro y fuera del régimen y sistema de dictadura,
que buscaba su continuismo en el
cambio.
La caída y derrota de los regímenes
dictatoriales en Alemania e Italia, trajo consecuencias y cambios en las
estructuras y sistemas económicos y políticos de toda Europa, con el
asentamiento de regímenes democráticos, del neoliberalismo económico y los
sistemas financieros, productivos y comerciales de la globalización.
En este contexto, las propias estructuras
productivas y económicas impuestas en la vida social y laboral de las empresas
y de las personas, el sindicalismo vertical y la carencia de todo tipo de
derechos y libertades en el conjunto de ámbitos de la sociedad, emplazaba al
régimen franquista a una necesaria adaptación
y cambios en las estructuras del Estado y en la vida política, económica y
social, que le acercara a las vías de desarrollo de la nueva Europa Democrática.
Como hechos relevantes de ese proceso,
destacar: en 1947 la Restauración de la Monarquía como sucesora del dictador en la Jefatura del
Estado; en 1953 la firma del Tratado de ayuda militar con los EE.UU; en la
década de los 60, el importante impulso del capital extranjero en las
estructuras productivas, de servicios y financieras. Y en otro orden, cambios
en las estructuras de poder con el acceso de los tecnócratas del Opus Dei, que
implementarían los conocidos Planes de Desarrollo en todos los ámbitos
económicos y productivos. Y que unos 3 millones de trabajadores emigraron a
Europa y América.
Todo ello, produjo un efecto cambiante en la
situación de subdesarrollo económico
y estructural del país y de las personas. En la 2ª mitad de los 60, el PNB
crece un 35%, la RPC crece un 28%, y el consumo de energía, en la década, crece
por encima del 100%.
En este contexto de cambios estructurales y
reglas de convivencia, se tuvieron que abrir cauces de relación directa con los
propios trabajadores en empresas y gremios. Aunque el poder político incrementó
la represión de los trabajadores y
personas mediante la aplicación continuada de Estados de Excepción.
El
régimen abría puertas con Europa fortaleciendo al poder económico, y debilitaba
su poder político por la creciente “confrontación”
de los movimientos y organizaciones de masas, “asamblearios y abiertos”, que
crecían por toda la sociedad: barrios, mujeres, jóvenes, estudiantes, sectores
profesionales y el mundo de la cultura, etc., asumiendo el protagonismo de la movilización y la protesta contra las
estructuras y opresión del régimen, y en defensa de la libertad y de sus
propios derechos y reivindicaciones.
A nivel internacional cabe destacar, por su
implicación positiva en el conjunto de Europa, las luchas y movilizaciones en
Francia de MAYO DEL 68, de gran
repercusión confluyente con las movilizaciones de confrontación y ruptura contra
la dictadura franquista.
Con implicación negativa, destacar la quiebra
e incapacidad de los regímenes socialistas-comunistas para construir referentes
de sociedades libres, justas e igualitarias, con el protagonismo inclusivo de la sociedad civil en las
Instituciones del Estado, que afectó a las estructuras organizadas de partidos
y movimientos afines a esos objetivos de transformación y protagonismo social.
En la década de los 70 destacar, que a pesar
de los avances que el régimen de dictadura implementaba dentro y fuera de sus
estructuras, reprimía con fuerza
toda movilización y protesta en calles y centros de trabajo para evitar su
protagonismo de lucha hacia “la huelga
general política y la ruptura del
régimen totalitario”. En 1974 se creó la “Unión Militar Democrática”
compuesta básicamente por militares de la oficialía, con el objetivo de….. ”la
construcción de un Estado, en el que exista un socialismo de rostro humano,
capaz de conjugar Justicia y Libertad….. “.
Las tendencias representativas de personas y
organizaciones políticas progresistas, dieron vida a la Junta Democrática y a
la Plataforma de Convergencia Democrática, que a su vez confluyeron en la
Coordinación Democrática con los referentes de ruptura con el régimen y el protagonismo
de la voluntad popular en las decisiones básicas.
Con la muerte del dictador en 1975 y cinco
fusilamientos, el poder se rearma con el Rey al frente, el gobierno Suárez y
nuevos partidos extraídos de su interior y en alianzas con los poderes
económicos y financieros, hacia un cambio del régimen de dictadura. En 1976,
ese nuevo gobierno ya arrasó con su proyecto de Reforma Política (enunciada
como de “apertura”), consiguiendo el
90% de apoyos en sus propias Cortes Generales. Y en 1977 ya se comenzaría a
materializar la reforma política.
En este entorno, aparece un nuevo lenguaje en
personas relevantes de la Coordinación Democrática de “ruptura pactada” y de
“reconocimiento de la monarquía”, que implica subjetivamente el inicio de
quiebra y desarme ideológico y organizativo de movimientos y organizaciones antifranquistas, cediendo al poder
establecido, a los objetivos, al liderazgo y al protagonismo del Cambio, SIN
ruptura y SIN huelga general política. Colaboracionismo que se había venido
fraguando durante años de forma oculta a la sociedad por unos y por otros.
En las primeras elecciones libres que se
producen, la sociedad sanciona que la mayoría institucional y el gobierno queden
en manos de los sectores provenientes del régimen de dictadura. 181 escaños
frente a 144. Esto acabó siendo el referente del liderazgo real de la Constitución de 1978 y del modelo de
Transición por el régimen. También supuso la desmovilización política e ideológica de una mayoría social que luchó
durante muchos años por la quiebra del
franquismo.
Durante más de 30 años, los partidos
demócratas y de izquierda integrados en las estructuras del Estado se
atribuyeron su protagonismo y nunca su
colaboracionismo. Y es con la crisis desatada en 2008 (con recortes de todo
tipo, la corrupción instalada en las Instituciones del Estado, el conflicto
territorial y el papel de la Corona), cuando en 2018 (con el referente de las
luchas y movilizaciones del 15-M, vigentes hoy), resucitó
la crisis Constitucional del 78 y la necesidad de una reforma efectiva y Democrática con el protagonismo de la voluntad
popular confluyente con las fuerzas políticas que han sacado del gobierno
al PP-C´s mediante la Moción de Censura.